EDITORIAL

En Colombia, el gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez (2002 – 2006), enfatiza tres aspectos como parte de su “política antidrogas":
 

-          Incremento de las fumigaciones (con Glifosato reforzado). Verdadera operación de guerra que tiene como blanco directo a la población civil, produce desplazamiento forzado de personas, destruye sus fuentes de alimentos, vulnera la salud y el derecho a un ambiente sano; que viola estos y otros derechos humanos e infringe el Derecho Internacional Humanitario.

-          Propuesta de incremento de las penas a los campesinos vinculados a los cultivos declarados ilícitos, incluida en el Referendo.

-          Propuesta, incluida también en el Referendo, de penalizar el consumo y el porte de la dosis personal de “drogas ilícitas”, como la cocaína y la marihuana; cuando la tendencia mundial es a cambiar la sanción por la prevención y la “reducción del daño”.
 

"Eso no tiene reversa” es la frase predilecta del Presidente Uribe Vélez, para referirse a estas y otras medidas inclusive las de “conmoción interior” que, a juicio de la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas, violan los derechos humanos e infringen el Derecho Internacional Humanitario.

En las discusiones de las Mesas Ciudadanas para una Agenda de Paz, en foros y encuentros regionales de organizaciones sociales y en debates de algunos parlamentarios, entre otras propuestas y exigencias, se ha insistido en la necesidad de: 1) Suspender de manera definitiva las fumigaciones químicas de los mencionados cultivos, 2) Excluir cualquier método de erradicación forzada contra los campesinos y toda amenaza de guerra biológica, 3) No incriminar a los campesinos cultivadores, 4) No penalizar a los consumidores. (Véase resúmenes de conclusiones de talleres de la Mesa Ciudadana sobre “Conflicto agrario, seguridad alimentaria y cultivos tipificados como ilícitos”, en Mama Coca).

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El triunfo de "Lula" en Brasil, abre expectativas positivas en toda América latina
 

En el contexto de la situación latinoamericana es un acontecimiento de la mayor importancia, con posible impacto en el conjunto del continente.  En relación con Colombia, es muy posible que Brasil pase, con el triunfo de Lula, a una posición más activa y positiva en beneficio de una solución política del conflicto armado interno. El PT brasilero ha ofrecido su apoyo a la búsqueda de la paz en Colombia y advertido que no respaldará 'iniciativas militares' de ningún tipo para resolver los problemas en América Latina.

Véase más información en: http://www.pt.org.br

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