DEVELEMOS LA TRAMPA DEL REFERENDO 

COMUNICADO DE PRENSA

Bogotá, 11 de septiembre de 2002

El Referendo propuesto por el gobierno y actualmente en debate por el Congreso, busca una reducción del Parlamento, de sus facultades en materia económica, la desaparición de las Contralorías y Personerías en los niveles departamental y municipal, y una autorización al Ejecutivo para anticipar elecciones como forma de presión al Congreso en caso de disparidad de criterios entre el Presidente y el Poder Legislativo.

No es esta la única reforma política prevista. Otros temas referentes a la justicia, al régimen electoral, al régimen de partidos, etc., serán tramitados por el Congreso. Igual trámite tendrán las contrarreformas pensional, tributaria y laboral. Se habla de que el Referendo podría resolver de modo expedito un interminable debate sobre si se entrega facultades al presidente para decidir las contrarreformas en curso y definir el congelamiento por dos (2) años de la nómina del sector público, lo que llena de júbilo al Fondo Monetario internacional y prepara la anexión de Colombia al ALCA.

Al Congreso llegarán las medidas del Estado de Conmoción que limitan derechos civiles y políticos, como las incluidas en el decreto 1837 de 2002, las propuestas sobre modificaciones a normas constitucionales como la Acción  de Tutela y el recorte de las funciones o supresión del Consejo Superior de la Judicatura y la Corte Constitucional. Es así como lo excepcional se convierte en permanente, al estilo del antiguo  Estado de Sitio con el anuncio de una nueva Ley de Seguridad y Defensa Nacional, un Estatuto Antiterrorista, entre otras; medidas todas atentatorias de las garantías individuales y restrictivas de la vigencia de los derechos humanos. Seguimos el camino del totalitarismo hacia la dictadura disfrazada de democracia.

El proceso de cambios institucionales en marcha muestra que el Referendo es solo parte de un ambicioso proyecto regresivo inspirado en la doctrina de enemigo interno y de seguridad nacional y del Estado comunitario como pilar del autocontrol social represivo. Intenta darle vía, en un plazo corto, a un plebiscito político contra el poder legislativo y los organismos de control, utilizando la bandera de la lucha contra la corrupción del Congreso, la falacia del ahorro de recursos para la educación y el chantaje al Parlamento para que apruebe, bajo presión, las arbitrariedades del grupo gobernante. El flamante Estado Comunitario se reduce a un Congreso de bolsillo, apoyado en un clientelismo corporativo, una militarización de la sociedad y del gasto público, y un régimen de terror represivo con base en informantes encapuchados pagos con los dineros de los contribuyentes.

Temas como la ampliación de las libertades públicas y de la representación popular auténtica; el desmonte del acto legislativo 01 de 2001 que recortó las transferencias a la salud y la educación estatal; la reforma territorial con autonomía local y regional y participación popular con poder de decisión; el control ciudadano que frene las alzas en las tarifas de los servicios públicos, e impida nuevas privatizaciones con toda la corrupción que las rodea; la congelación de la deuda externa, por dos (2) años, para enfrentar con inversión productiva el desempleo y estimular la capacidad de compra con subsidio a los más pobres, son puntos de una reforma política que ni siquiera le pasa por la mente al señor presidente Uribe.

Por el contrario, sus contradicciones son evidentes. Con los derechos que se les quitan a las trabajadoras y trabajadores, a los sectores medios y al conjunto del pueblo, se planea financiar la guerra y seguir pagando la deuda pública externa e interna. Al mismo tiempo que se subsidia por la vía del Banco de la República a los especuladores financieros, se golpea con nuevos impuestos a los sectores productivos, compensando lo que le quitan a los más ricos por la vía de impuestos patrimoniales, con las utilidades que les dejarán las contrarreformas laboral y pensional. Para completar, buscan con las cesantías de los asalariados subsidiar a los desempleados, incrementando la pobreza de todos.

El Referendo busca darle legitimidad a esta política perversa y carente de contenido social, justo cuando el país se deshace por el conflicto interno y requiere de trabajo productivo. Lejos de llevar a la seguridad democrática prometida, agrava el conflicto y la confrontación sociales porque no resuelve las agudas necesidades del pueblo. Ningún acuerdo de forma podría impedir la trampa que oculta tras este Referendo, que no consulta los problemas fundamentales de los(as) colombianos(as).            

El Frente Social y Político invita al pueblo colombiano a reflexionar sobre el conjunto de los problemas que afectan a la sociedad. Invita a movilizarse para oponerse a una política que empobrece a la inmensa mayoría del país, lo sumerge en la guerra y en el creciente intervencionismo extranjero en lo económico, financiero y militar.

Bogotá, 11 de septiembre de 2002

 

POR LA MESA EJECUTIVA NACIONAL:

ENRIQUE BORDA,  JAIME CAYCEDO, NELSON BERRIO, ORLANDO FALS BORDA, FERMIN GONZALEZ, DANIEL GARCÍA PEÑA

 POR EL BLOQUE PARLAMENTARIO

Senador CARLOS GAVIRIA DIAZ, Representante a la Cámara por Bogotá WILSON BORJA, Representante a la Cámara por el Valle del Cauca ALEXANDER LÓPEZ