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PRESENTACIÓN SOBRE: CUMBRE MUNDIAL EN MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO SOSTENIBLE

Johannesburgo, Sudáfrica, agosto 26 a septiembre 04 de 2002

UN RETO A LAS UTOPÍAS

Irene Vélez, CENSAT Agua Viva (Amigos de la Tierra Colombia)

 

LA CUMBRE FUE MUCHO MÁS QUE ELLA

En el transcurso de la siguiente exposición se irá observando un hecho que, desde nuestro punto de vista, constituye el verdadero valor que la Cumbre de la Tierra tuvo para todos aquellos quienes la vivimos desde la perspectiva de los movimientos sociales, a saber, que los escasos compromisos obtenidos en Johanesburgo, la mínima profundidad de los debates, la poca sinceridad de las discusiones, etc. hacen que los resultados de la Cumbre sean beneficiosos para los negocios, pero no para el ambiente; la Cumbre fue la validación de la entrada de las Corporaciones Multinacionales a los espacios oficiales de toma de decisiones. Es por esto que decimos que el valor de la Cumbre no es el valor que ella tuvo en sí misma, es el valor que tuvo todo lo que se dio en el contexto de Johanesburgo.

Actividades como: la campaña que realizó CENSAT Agua Viva, en la que se llevó el tema de la Cumbre, el medio ambiente y los Bosques, a las universidades públicas, algunos colegios, comunidades y sectores sociales; las actividades que realizó la Red JUAN en diferentes regiones del país en el contexto de Johanesburgo; el debate sobre la Cumbre que fue mantenido en repetidas ocasiones en diferentes emisoras del país; la Escuela de Formación Ambiental que realizó su primer evento paralelamente a la Cumbre y con el tema del ambientalismo internacional, los acuerdos de Río y las perspectivas de Johanesburgo; la Caravana de Multicultural Resistencia y por la Sustentabilidad que se llevó a cabo en Bogotá el 31 de agosto, que estuvo acompañada de un conversatorio previo sobre los temas de Johanesburgo, y que se caracterizó por ser un espacio alternativo y popular de expresión de las perspectivas ambientalistas juveniles; y muchas otras actividades realizadas por los movimientos sociales y ambientalistas, hacen de que Cumbre cobre un valor especial, a saber, el valor que tiene la potenciación del pensamiento ambiental. Lo que la Cumbre debió significar para nosotros, es la posibilidad de fortalecer el Movimiento Ambientalista Colombiano, a partir de las actividades y uniones que se generaron en el contexto de la Cumbre.

LO QUE YA SE VEIA VENIR

En los espacios virtuales de discusión y preparación de los documentos y posiciones que presentaron los jóvenes en los espacios oficiales de la Cumbre, ya se sentía un ambiente pobre en cuanto a la profundidad del debate, y ya los intereses de los diferentes participantes comenzaban a inclinar la balanza. Una fuerte estructura de hacer negocios se evidenciaba en los debates: una Red Latinoamericana de Jóvenes Ambientalistas es propuesta, excluyendo de la iniciativa a varias organizaciones internacionales que se han mantenido activas en el debate, y limitando la convocatoria y participación de diferentes organizaciones al interior de los países, etc; muchos de los interlocutores y supuestos representantes de los jóvenes en las plenarias y mesas redondas con algunos gobernantes (en Johanesburgo) ya habían sido elegidos con criterios desconocidos; etc. Los ya conocidos participantes de las reuniones de Naciones Unidas, en el campo de jóvenes, se veían muy bien preparados para poner a andar su máquina de relaciones diplomáticas y consecución de financiación; nuestra tarea era clara: poner en evidencia que existen posiciones diferentes y realmente comprometidas con la sustentabilidad; llevar a estos espacios las opiniones y posiciones de actores generalmente marginados de estos debates; internar corroer la eficiente máquina que muchos encuentran en estos espacios, en beneficio del lucro y la carrera diplomática.

BREVE INTRODUCCIÓN CUANTITATIVA

Hablar de la Cumbre de la Tierra no es una tarea fácil. No tanto por la dificultad que de hecho surge al intentar exponer las discusiones y acontecimientos que allí tuvieron lugar, sino porque Johannesburgo puso a prueba los sueños de muchos, y si no de muchos, por lo menos los míos.

Probablemente quienes llevan años de militancia en el ambientalismo están ya acostumbrados a las riñas entre organizaciones ambientalistas, el despotismo de los gobiernos, la ambición y mezquindad de las multinacionales, la manipulación metódica y política del Banco Mundial, la debilidad de La Organización de las Naciones Unidas, el afán protagónico de individuos e instituciones, los intereses económicos que se imponen como mando y guía de los procesos sociales, el afán explotador de muchos, la ingenuidad de pocos. Este puede no parecer un panorama nuevo para muchos, pero para mí, aunque estaba dentro de las posibilidades, todas estas variables juntas, mezclándose libremente, constituyeron una gran sorpresa.

Cuantitativamente, eso fue la Cumbre de la Tierra: una cantidad de variables fuera de cualquier proporción, interrelacionándose libremente; una cantidad desproporcionada de documentos, comunicados y declaraciones; suficientes eventos como para no lograr decidir a cuál asistir; tanta gente como para que sólo la mitad lograra entrar a las instalaciones cada día, y sólo la mitad, de la mitad, de la mitad (1/8) lograra entrar al salón de plenaria. La magnitud de la Cumbre rebosó las posibilidades de aprovechamiento de cualquier asistente: la distancia entre el lugar en que se desarrollaba la Cumbre Oficial y el lugar en el que se llevaba a cabo la Cumbre de la sociedad civil era tal, que, sumada a la nulidad de transporte público, la movilización era digna de ser meditada; la cantidad de eventos paralelos; la inexistencia de una agenda unificada de las actividades; etc, hicieron de la Cumbre de la Tierra todo un despliegue de estrategias para la optimización del tiempo, de la información, etc.

CUMBRE INTERNACIONAL DE JÓVENES

Como parte del proceso preparatorio de la Cumbre de la Tierra se llevaron a cabo varios eventos internacionales de los llamados Grupos Mayoritarios, entre ellos, la Cumbre Mundial de Pueblos Indígenas y la Cumbre Internacional de Jóvenes. En este último evento se pretendía construir una declaración política de los cerca de cuatrocientos (400) jóvenes del Mundo reunidos, que fuera presentada en varios espacios de la Cumbre Oficial.

Aunque la declaración no pudo ser construida debido a que no hubo consenso entre los participantes en lo que respectaba a la solidaridad que debía o no tenerse con Cuba y Palestina**, hubo una cuestión planteada por el presidente de SANGOCO, que creo se sitúa y permite apreciar, una controversia neurálgica que atraviesa los debates y acontecimientos que se dieron en la Cumbre y que tendrán como resultado algunas acciones y estrategias de los gobiernos, ONG’s, instituciones financieras y multinacionales; a saber, la cuestión de si hemos generado, diez (10) años después de Río, una capacidad de aprendizaje que nos permita hacer un análisis sincero de nuestra nefasta experiencia ambiental y social, y corregir honestamente nuestros errores. Creo que este es uno de los asuntos que hoy, tras haber pasado la Cumbre, debemos tener en cuenta para cualquier análisis de situaciones y acciones que tengan carácter internacional: ¿podemos decir que hemos aprendido de nuestra experiencia, de manera que podamos esperar decisiones y acciones en el ámbito internacional, justas y sinceras, que se correspondan y pretendan dar solución a la crisis ambiental y social por la que atravesamos?

UNA CUMBRE PARA LOS BANQUEROS

Cada día de la Cumbre evidenció la ausencia de intereses sinceros por corregir los errores cometidos y darle una nueva y sustentable salida a la problemática ambiental. Varios ejemplos pueden darse para ilustrar esta falta de compromiso con la sustentabilidad, en especial, me interesa recalcar el hecho de que, desde días antes del inicio de la Cumbre, las alianzas comerciales comenzaron a constituir el eje central de los debates: varias conversaciones formales e informales se mantuvieron entre los Estados Unidos y la Unión Europea con miras a fortalecer los lazos comerciales, de manera que pudiera construirse una estrategia económica acompañada de planes de manejo sostenible de los recursos naturales y de conservación ambiental; el Banco Mundial presionó constantemente y logró que en los debates de las plenarias, se consideraran acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (como la desregulación y la liberalización) como elementos fundamentales de la nueva agenda del Desarrollo Sostenible.

Día a día el Banco Mundial y las Corporaciones Multinacionales fueron tomando las riendas de la Cumbre y fueron ellas quienes comenzaron a confrontar descarada y abiertamente a los gobiernos, en lo que se refería a la formulación y aplicación de políticas y acuerdos. El comercio Corporativizado fue defendido como una clave para el desarrollo sostenible, la única clave tal vez, y se fue convirtiendo en el principal objetivo para la sostenibilidad: el fortalecimiento de un mercado que permitiera a los países en desarrollo acceder a los productos necesarios para la agricultura (agroquímicos) y los textiles (como hoy se aprecia con al ATPA), por ejemplo, fue uno de los principales requerimientos encontrados para hacer del Planeta un espacio sostenible. El Banco Mundial como guía y rector de la Cumbre pidió a los gobiernos, en varias declaraciones y comunicados, extraordinarios esfuerzos para fortalecer el mercado mediante la reducción de tarifas, abolición de barreras comerciales y eliminación de barreras arancelarias para las Instituciones Financieras y Corporaciones Multinacionales. La Cumbre se fue convirtiendo en una Cumbre para los banqueros…

LOS ESPACIOS OFICIALES

Las expectativas sobre la profundidad de los debates y los resultados de la Cumbre se fueron frustrando; sólo quedaba el reto de hacer de la Cumbre un espacio en el cuál las organizaciones sociales pudiéramos construir verdaderas estrategias conjuntas para la sustentabilidad. El espacio oficial de jóvenes, el Caucus de jóvenes**, se mostraba esperanzador en este respecto. Los jóvenes tenemos la tendencia a decirnos a nosotros mismos: transformadores de sociedad, elementos activos de los cambios, constructores de nuevos mundos, nuevos sueños, nuevas esperanzas. Diciéndome a mi misma esto, y convencida de que una comunidad juvenil, en la que se pensaran y construyeran los nuevos paradigmas, podría ser la luz en el oscuro panorama, me acerqué a trabajar con los cerca de doscientos (200) jóvenes participantes de la Cumbre Oficial, vinculados a este espacio de toma de decisiones. Olvidaba en ese momento que así como no todos los negros son luchadores y adalides de la resistencia al capitalismo y a la modernidad, sino que también hay negros como Colin Powell; así mismo, no todos los jóvenes somos iguales, y no todos estamos convencidos de que la agresión del capital multinacional debe ser detenida para que la sustentabilidad sea posible, de que las energías no sólo necesitan ser sostenibles sino que su manejo debe ser soberano, de que las comunidades étnicas tienen derecho a la autodeterminación, de que la sustentabilidad no puede ser pensada aisladamente de las decisiones políticas, de que los desastres naturales no son gratuitos, de que la producción sustentable depende de unas condiciones y garantías que deben ser a su vez sustentables, de que la guerra no sólo mata hombre sino sueños, etc., etc. Encontré en el espacio oficial de jóvenes un ‘modelo a escala’ del panorama general de la Cumbre, encontré turistas, decisiones arbitrarias, deseos protagónicos incontrolados, ganas de poner la guerra contra el terrorismo como elemento necesario para el Desarrollo Sostenible, etc. Me di cuenta que es imposible hablar de identidad juvenil en sí misma, Colin Powell también fue joven...

LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y EL VERDADERO COMPROMISO

Pocos días antes de mi regreso, sentí una profunda desesperanza de saber que todo el esfuerzo que había constituido participar en la Cumbre, no se había visto revertido en ninguna ganancia conceptual, política o práctica. Fue entonces cuando encontré en el espacio de preparación de la marcha de los movimientos sociales** y la marcha misma, una oportunidad de reivindicarme con la vida, con los sueños, con las generaciones futuras. La marcha de los movimientos sociales se evidenciaba como una posibilidad de expresión real, de construir alianzas, de hacer análisis, de buscar un camino hacia la sustentabilidad. En efecto, la movilización de seis (6) horas estuvo llena de cantos y bailes, y en ella por fin se expresaron sentimientos sinceros de rechazo a la crisis social y ambiental causada por la inequidad entre ricos y empobrecidos, entre el Norte opoulente y el Sur devastado; y se expresó la innegable necesidad de construir espacios no institucionales en los que, verdaderos compromisos puedan ser asumidos, con miras a la construcción de un mundo sustentable.

La Cumbre tuvo un panorama oscuro, pero el encuentro con los movimientos sociales cambió mis perspectivas y en vez de tristeza, generó en mi, la sensación y la convicción de que la Cumbre debió evidenciar la necesidad de unir las fuerzas de los movimientos sociales para crear nuevos y alternativos espacios en los que se tomen las decisiones y se hagan las alianzas, la Cumbre debió ser para todos un ‘alto en el camino’ en el que poder analizar la situación y revertirla en sinceros esfuerzos de construcción de sociedades sustentables, partiendo de los procesos y movimientos que se gestan en el seno de ellas. La cumbre fue, para quienes la vivimos desde la perspectiva de los movimientos sociales, un lugar de reencuentro con las utopías.


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