M A M A    C O C A

UNA PESCA MILAGROSA

Por Germán Castro Caycedo
Los quinientos mil millones de pesos de los impuestos que pagaron los colombianos en algunas semanas, se evaporaron ante la mirada de la superintendente bancaria, Sara Ordoñez, voz y entonación de niña, rostro de mujer madura, y frente a los seis ojos de la doctora Fanny Kertzman Yankelevich, directora de impuestos y aduanas, aquella mujer de cabellera viscosa que posaba en las revistas con dos perros de presa para aterrorizar a los contribuyentes. La misma figura, la misma arrogancia, las mismas ideas de los gobernantes de 1946, promotores del torrente de sangre que nos arrolla hoy.
 
Ella decía en la televisión que sus guardias penetrarían en los hogares y se llevarían los aparatos eléctricos huérfanos de documentos de importación. 
 
¿Una licuadora amparada en la cocina por su registro de importación mientras diariamente recalan en los puertos buques cargados con armas de guerra de contrabando, y buques y lanchas con cigarrillos de contrabando, y buques con whisky de contrabando, y aviones y buques con televisores y equipos electrónicos de contrabando, y por las carreteras camiones cisterna rellenos de gasolina de contrabando?

 

         Duros con los débiles y débiles frente a los duros 
 

         Cuando la doctora Kertzman Yankelevich se ubicó en favor de una empresa multinacional papelera y anunció  públicamente que grabaría con impuestos a los libros y a los textos escolares y a los cuadernos para los estudiantes, el comentarista Isidro Rodríguez escribió en El Faro:
 

“Como lo dijo públicamente, para ella es lo mismo un libro que un kilo de papas”.
 

         Y María Mercedes Carranza en Semana:
 

“Es evidente que la señora Kertzman no distingue entre un libro y un pollo, pues se refiere a la industria editorial como a quienes venden pollos y gallinas, ignorando, por ejemplo, lo que representan las revistas culturales para una sociedad, o un libro para las escuelas.
 

“Por eso, cuando ella habla de libros lo hace con los argumentos propios de quienes padecen de ese subdesarrollo mental que tiene sumido al país en el subdesarrollo económico”. 
 

Sí, ajiaco con papa igual libro. Sancocho de gallina igual texto escolar. Desde luego. Pero nueve meses antes de que desaparecieran ante sus ojos los miles de millones de pesos de los contribuyentes colombianos,  voces oficiales le habían advertido en forma insistente: 
 

--- Se van a perder millones y millones de pesos de la gente que paga impuestos y usted continúa permitiendo que el dinero siga siendo depositado en un par de bancos en quiebra. Ojo que todo ese dinero se lo van a quedar los del Banco del Pacífico y los del Banco Andino.
 

Y se lo quedaron gracias a una de las pescas milagrosas mejor organizads dentro del Estado colombiano: 
 

El Banco del Pacífico y el Banco Andino eran de estadounidenses,  ecuatorianos y algunos colombianos. El presidente del Banco del Pacífico fue nombrado embajador de Colombia en Washington. El gerente de la firma estadounidense que controlaba al banco, Ministro de Defensa Nacional. Uno de los socios de la firma que controlaba el banco ascendió al cargo de Gran Comisionado de Paz de la Presidencia de la República. Otro a Secretario Privado del Presidente de la República. 
 

La Superintendente Bancaria, encargada por el Presidente de la República de controlar al Banco del Pacífico y al Banco Andino era socia de uno de los directivos del Banco Andino. 
 

Cuando el país comprobó que en los dos bancos habían desaparecido quinientos mil millones de pesos de sus impuestos (pesos de hoy), alguien calentó a la doctora de los Impuestos y a la doctora de la Superintendencia con un viejo cuento colombiano: dentro de sus oficinas había elefantes, pero ellas fueron las únicas que no los vieron.

No obstante, como en Colombia la ley de la gravedad opera en sentido contrario, los altos funcionarios del gobierno caen hacia arriba luego de esta clase de actuaciones. Por eso, la dama con tono y voz de niña fue nombrada ministra de salud, y la de la figura viscosa y los perros de presa, embajadora en el Canadá.

El comienzo de esta historia que aun no ha terminado, es que el Banco del Pacífico y el Banco Andino recaudaban una parte de los dineros correspondientes a los impuestos nacionales. Un convenio con el gobierno decía que como contraprestación, podían mantener esos recursos durante veinte días, al cabo de los cuales los entregarían a la Dirección del Tesoro Nacional.
 

No resultó así y el gran negocio ---para los Bancos, desde luego---  se acabó el 20 de mayo de 1999 con una algarabía que la prensa se apresuró a silenciar.

Pero el negocio terminó tarde, muy tarde para el país, porque nueve meses antes, en septiembre, octubre y noviembre de 1998, Gloria Inés Cortés Arango, directora del Tesoro Nacional le reclamó a los bancos diferencias en las consignaciones de recaudo al Estado colombiano, síntoma de que algo andaba mal en sus finanzas, y tanto el Ministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo, como la doctora Sara Ordoñez, Superintendente Bancaria y como la doctora Fanny Kertzman, Directora de Impuestos y Aduanas fueron informados. Ellos lo supieron a tiempo, pero no actuaron como deberían haberlo hecho, según documentos en, por lo menos, tres de los cuatro expedientes de investigaciones, una fiscal, otra disciplinaria, otra política y una cuarta penal, todavía vigentes pero olvidadas.

En octubre de 1998 ---siete meses antes de que los bancos coronaran su pesca milagrosa--- en un informe interno de la Superintendencia Bancaria llamado Documento No. 8, relativo a Inspección, diagnóstico y proyecciones del Banco ,  la firma A. de Juan y Asociados le informa a la doctora Sara Ordoñez:
 

“La situación del banco en términos de Patrimonio y de resultados es muy grave”.
 

En un informe interno de la Contraloría, (agosto 17 del Dos Mil Uno), un analista le dice al Contralor General:
 

“A pesar de las advertencias sobre su delicada situación patrimonial,  la Directora de Impuestos y Aduanas, Fanny Kertzman hizo todo lo contrario y amplio el plazo para consignar en el Banco Andino”.
 

Pero como si aquello no fuera poco, “La doctora Fanny Kertzman le expresó a directivos del Banco Andino su despreocupación por la mora en la consignación de los recaudos, por cuanto Impuestos y Aduanas se estaba beneficiando con los intereses de mora que percibía. Y, además, ella dijo que ese era un problema del Tesoro Nacional”, según lo declararon ante la Fiscalía, Gregorio Alfredo Obregón Rubiano presidente de la Junta Directiva y Mario Yépez López, Vicepresidente Financiero del Banco Andino.
 

Luego de que coronaran la pesca milagrosa, la Contraloría anota en su investigación preliminar: “El Banco en liquidación, advirtió que no reconocerá intereses moratorios en ningún caso”. De eso se trataba. Quienes debían pagar eran los bolsillos anémicos de los colombianos.
 

En diciembre de 1988, la Contraloría General de la República intervino en Impuestos Nacionales y en el Ministerio de Hacienda y en un informe le dijo al Ministro Juan Camilo Restrepo y a la jefe de Impuestos lo mismo que les venía diciendo cuatro meses atrás la directora del Tesoro: ustedes están permitiendo que esos dos bancos recauden dinero del público, pero ambos están mostrando una clara insolvencia en este momento. Cuidado. Revisen la situación. 
 

La Contraloría percibía que en los dos bancos había falta de liquidez y que su solvencia era el bolsillo de los contribuyentes colombianos, dicen los investigadores. Sospecha confirmada por ellos dos años más tarde, 17 de agosto del Dos Mil Uno, cuando anotan en un informe interno para el Contralor:
 

“El Banco del Pacifico tenía problemas de liquidez, desde por lo menos el año 98,  y por ello acudió como salida, al recaudo de impuestos nacionales y tributos aduaneros”.
 

Un nuevo campanazo se escuchó el 12 de enero de 1999 cuando la directora del Tesoro Nacional volvió a reclamarle a los bancos por sus demoras y por no entregarle al Tesoro todo lo que ya le debían.
 

El 17 de marzo la directora del Tesoro Nacional le pide por quinta vez explicaciones a los bancos sobre el incumplimiento reiterado con los plazos para entregarle al Estado el dinero de los impuestos recaudados por ellos y como siempre le envía copias al Ministro de Hacienda, a la doctora de los perros y a la de la voz y entonación de niña. 
 

Pero, además, ese mismo día la Directora del Tesoro le pide a los mismos  funcionarios que le cancelen a los bancos la autorización para recaudar impuestos y recibir declaraciones de renta.
 

Unos días después, el mismo marzo, el Tesoro reclamó nuevamente por incumplimiento reiterado y le dijo a los bancos que estaban cometiendo  “una falta grave”. Ese mismo día volvió a incomodar al señor Ministro, a la doctora Sara Ordoñez y a la doctora Fanny Kertzman, pero ahora iba más allá: les dijo que era necesario, ahora sí, que le cancelaran el negocio a los bancos.
 

Silencio del señor Ministro y de las doctoras.
 

Quince de abril. Nueva reclamación del Tesoro Nacional a los 
 

Bancos, y como ya era recurrente, y normal, y “cansón” como dicen en Antioquia, se les da pronta información al ministro Juan Camilo Restrepo, a la doctora Kertzman y a la doctora Sara Ordoñez.
 

Diez de mayo. Nuevamente la directora del Tesoro reclama ante los bancos y le recuerda por enésima vez al ministro Juan Camilo Restrepo que él es el único que puede ponerle punto final al convenio. A la doctora Kertzman Yankelevich le informa, por enésima vez,  que resulta fatal para el Estado que los bancos continúen con la autorización para recaudar impuestos y recibir declaraciones de renta, repitiéndole que debe tomar medidas rigurosas en favor del dinero de los colombianos. A la doctora Sara Ordoñez le notifica por enésima vez que el mismo elefante de hacía tres trimestres seguía moviéndose dentro de su despacho, pero ella continuó sin advertirlo.
 

El Ministro de Hacienda y la doctora Sara Ordoñez y la doctora Kertzman tampoco tomaron por enésima vez las medidas de rigor. Según documentos en poder de la Contraloría General de la República, se limitaron a enviarle cartas a los bancos preguntándoles qué estaba sucediendo.
 

Tres días antes de que por fin el Ministro y las doctoras fueran abocados a cortarle el chorro a los bancos, ocurrió algo aún más sorprendente: las consignaciones se dispararon en forma inusual. 
 

Según un análisis de la Contraloría General de la República, hasta entonces el promedio de captación de impuestos había sido “normal”, pero una vez se conoció en medios del alto gobierno que los bancos serían intervenidos, ese promedio se disparó de 2 mil a 25 mil millones de pesos diarios, en promedio. 
 

Los documentos oficiales señalan que solamente en el Banco del Pacífico, el día 17 de mayo fueron captados 57 mil millones de pesos, suma superior a la de cualquier banco. 
 

El 18 y el 19, 11 mil millones.
 

El 20 de mayo, cuando por fin la Superintendente Bancaria profirió 
 

un acta administrativa para intervenir, el del Pacífico captó 33 mil millones. 
 

Según otro informe de la Contraloría, entre la cancelación del Convenio para recaudar y la intervención de la Superitendente en los bancos, transcurrieron dos días. “Esa demora de la doctora Sara Ordoñez le costó al país 44 mil millones de pesos, solo en el Pacífico”, subraya uno de los investigadores.
 

El mismo documento anota algo aún más contundente sobre ésta pesca milagrosa: 
 

“Los directivos del Banco del Pacífico y del Banco Andino supieron desde el 17 de mayo, tres días antes de ser intervenidos, que al día siguiente les podrían estar notificando la resolución de suspensión del convenio de recaudo, ya que la misma doctora Fanny Kertzman se lo avisó a ellos.”
 

En esos cuatro días ---dice también el análisis citado---, el recaudo de impuestos solo en el Banco creció en un 700 por ciento frente al mismo periodo anterior. La captación en marzo abril y mayo de la vigencia pasada había sido de 23 mil millones. Ahora ascendía a 217 mil millones.
 

“Un fenómeno notorio, evidente y a la vez extraño”, dice uno de los investigadores de la Contraloría y luego se pregunta:
 

“Pero, por otro lado, ¿quién dentro del gobierno, informado con anticipación sobre la inminente intervención de los dos bancos, le dio orden a las entidades y a las empresas del Estado de consignar allí sus impuestos en masa? Alguien del alto gobierno tuvo que haberlo hecho. La pregunta es: ¿Quién o quienes? ¿Quién o quienes movían estos hilos sin que se vieran sus manos? Esa debería ser materia clave dentro de la investigación penal”.
 

Por otro lado, los investigadores de la Contraloría establecieron que, “A la fecha de su intervención (20 de mayo/99) solamente el Banco Andino tenía captados por impuestos y tributos aduaneros del Estado Colombiano, 112 mil millones de pesos.
 
 

Ese día el dólar se cotizaba en Colombia a 1.600 pesos. 
 

Una vez cauterizada aquella arteria, los dineros de los impuestos no pudieron ser recuperados, puesto que empezaron a formar parte del acerbo de la liquidación.
 

En las investigaciones previas figuraron como responsables, el Ministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo y la doctora Fanny Kerztman, pero en un análisis realizado tres meses después, el 17 de agosto del año Dos Mil Uno, la Contraloría General de la República anotó:
 

“Desde un año antes de haber sido intervenidos, la Superintendencia Bancaria tenía conocimiento de la iliquidez de los bancos del Pacífico y Andino, que sobrevivían con los dineros recaudados por concepto de impuestos y aduanas”.
 

El Banco del Pacífico era ecuatoriano, pero quien tenía allí el poder se llama WestSphere, una firma estadounidense que ahora se sabe, es el epicentro de la desaparición de los impuestos que pagaron los colombianos en esta rapiña todavía vigente pero silenciada. Por ella nadie ha sido llamado a responder formalmente, la justicia penal no ha responsabilizado a nadie, nadie ha sido sancionado. Hoy los colombianos continúan sufriendo las consecuencias de esta pesca milagrosa y están frente a la amenaza de perder nuevas sumas de miles de millones. Sin embargo, quienes debían actuar guardan  silencio.
 

La trama de esta comedia quedó al descubierto en el año Dos Mil Uno cuando una juez de la Florida le dijo, no, al Estado Colombiano que había realizado allí una estrategia ---dudosa como el resto de esta historia---para simular que trataba de recuperar algo más de3 cien millones de dólares de sus impuestos. Hoy aquí, la suma equivale a unos 300 mil millones de pesos perdidos solo en el Banco Pacífico. Es decir, un hospital de tercer nivel en un país con 27 millones de indigentes que deben morir en las calles.
 

A través de la jefe de Impuestos y Aduanas, Fanny  Kerstman, el Estado le anticipó dos millones y medio de dólares a la firma de abogados White and Case, de Miami. Finalidad, demandar al Banco Andino. Solamente al Andino. No actuaron contra el Banco del Pacífico, a pesar de que en ambos se habían perdido los dineros de los impuestos.
 

Según la investigadora Consuelo Ahumada en su libro Cuatro años a bordo de mí mismo, “En una decisión sin antecedentes en la historia del país, la funcionaria viajó a Miami en septiembre de 1999 y contrató a una prestigiosa firma de abogados... Kertzman les anticipó dos millones y medio de dólares de los cinco que le cobraron los abogados.
 

“Finalmente, lo más irónico de todo es que Nicolás Landes directivo del banco y autoexiliado en Miami, contrademandó a Colombia por 100 millones de dólares, alegando que su honra y su buen nombre habían sido afectados en los Estados Unidos debido a las acciones judiciales emprendidas en su contra”. En noviembre del 2002 una Corte rechazó su demanda. 
 

La “Operación Andino” le ha costado a los colombianos solo en el último capítulo, 7 mil millones de pesos de enero del año Dos Mil Tres ---mil escuelas para mil niños cada una: un millón de seres rescatados de la ignorancia en un país de ignorantes donde la gente muere por esta causa. 
 

A finales del año 2002 el Estado perdió el juicio ante la Corte de Apelaciones de Atlanta por demandar sin pruebas. En el Banco Andino se habían desaparecido 210 mil millones de pesos de hoy. 
 

Razón: el Banco Andino no tenía ninguna sucursal en los Estados Unidos, ni es posible demostrar que hubo un solo dólar de las arcas de aquel país dentro del problema de ese Banco. 
 

A quien debería haber demandado el Estado colombiano en Miami era al Banco del Pacífico que se benefició de la Overseas Private  Investmen Corporation, Opic, a través del fondo WestSphere que había captado, entre otros, 100 millones de dólares entregados por el gobierno Clinton. 
 

Opic es una agencia federal publica que ayuda a compañías estadounidenses a invertir en países en desarrollo. Pero además, WestSphere era socio del banco y a la vez representante de un fondo de pensionados de los Estados Unidos; el Pacífico tenía allí una sucursal en la cual recibía ahorro de los Estados Unidos y finalmente, de esa sucursal habían salido préstamos a empresas de WestSphere, una organización estadounidense.
 

Pero, ¡Bingo!
 

La firma de abogados White and Case representa a su vez a la WestSphere, accionista del Banco del Pacífico. 
 

A raíz de registros de prensa en los Estados Unidos sobre el descalabro de la demanda ---transcritos con timidez  por los medios locales---, los congresistas Gustavo Petro y Hernando Carvalho promovieron un debate en la Cámara de Representantes. Ellos aportaron pruebas de los cargos hechos a lo largo de la controversia, a excepción de aquellas mediante las cuales es posible identificar a los responsables de operaciones en el sistema bancario de las Islas Cayman, señaladas en el mundo como paraíso fiscal.
 

Esos documentos, textos del debate publicados en el Diario Oficial, el acervo de la Contraloría General de la República y grabaciones oficiales realizadas por el Congreso, son las principales fuentes de información en que está basado este capítulo.
 

“En el momento del debate, Juan Camilo Restrepo se encontraba en Francia como embajador, después de haber puesto en marcha la más drástica cascada de impuestos de la historia hasta ese momento”, señala Consuelo Ahumada en su libro Cuatro años a bordo de sí mismo.
 

Voces del debate, transcritas de documentos y grabaciones oficiales:
 

La historia del Banco del Pacífico en sus últimos años ---habla el congresista Petro en la Comisión Tercera de la Cámara----comienza con la muerte del fundador cuando algunos fondos de pensiones del hemisferio norte, especialmente alemanes y estadounidenses, comenzaron a invertir en América Latina. En ese momento el Banco del Pacífico se convirtió en  representante del WestSphere, un fondo estadounidense.
 

Por hacer inversiones en América Latina, esa organización recibe dineros del presupuesto de Estados Unidos a través de una agencia pública, la  Opic que tiene que ver con la protección de inversiones.
 

Una de las sucursales de WestSphere en América Latina creada  dentro de sus planes fue la de Colombia, algunos de cuyos socios son:
 

Jacob Bibliowicz, importante financista de la campaña del presidente Andrés Pastrana.
 

El doctor Luis Alberto Moreno, un ciudadano colombo-estadounidense que más tarde sería enviado a Washington como embajador de Colombia y ratificado en su cargo cuatro años después por el gobierno de Uribe Vélez. 
 

El doctor Moreno nació en Filadelfia. Se recibió en negocios y economía en la Universidad de La Florida en 1975, y estudios de gerencia internacional en Thunderbird en 1977. Fue socio minoritario de WestSphere Andino ---un fondo de 230 millones de dólares--- y aunque en el debate lo negó con grandes voces y grandes ademanes, los congresistas  exhibieron documentos que demostraban lo contrario, ante la risotada de las barras.
 

El doctor Luis Fernando Ramírez, distinguido con el cargo de Ministro de Defensa Nacional. Cuando lo nombraron, ocupaba el puesto de del gerente de WestSphere en Colombia y era socio del Banco del Pacífico. Pero con el fin de que nadie dudara de su honorabilidad, renunció antes de dedicarse a trazar las grandes estrategias de Estado en el campo de la defensa.
 

El doctor Camilo Gómez, quien ocupó el cargo de Gran Comisionado de Paz del gobierno. 
 

El doctor Gabriel Mesa, suplente de la Junta Directiva de WestSphere fue nombrado Secretario Privado del Presidente Pastrana.
 

La dueña de la oficina que ellos ocuparon como WestSphere,  Carrera Séptima número 71-21 oficina 702, de Bogotá, era la doctora Sara Ordoñez, a quien el presidente Pastrana ubicó como Superintendente Bancaria. Su función consiste en vigilar a los bancos que operan en el país. 
 

La doctora Sara Ordoñez fue miembro del Banco Andino y a la vez  tesorera de la campaña del Ministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo como precandidato a la Presidencia de la República en 1988. Dos cargos absolutamente compatibles. Nada anormal. El doctor Juan Camilo Restrepo recibió aportes del Banco Andino para su campaña. Nada anormal. 
 

Luego, Francisco Estupiñán uno de los directivos del Banco Andino fue nombrado viceministro de Hacienda por el ministro Restrepo. Como complemento, la doctora Sara Ordoñez lo hizo parte integrante del Concejo de asesores de la Superintendencia Bancaria, ya se dijo, encargada de controlar al Banco Andino y al Banco del Pacífico. 
 

Salomón Kassin Tesone, banquero de inversión, 52 años, era miembro de Andino Capital Markets, fondo de inversiones del Banco Andino.
 

Quien debía vigilarlo como Superintendente era la doctora Sara Ordoñez. Pero la doctora Sara Ordoñez era su socia en una agencia, medio de publicidad, medio de manejo de imagen, medio de comunicaciones, llamada Sanchiz y Asociados.
 

No se sabe realmente donde funcionó la empresa porque el 20 de abril de 1988 cuando firmaron la escritura de constitución 1485 en la notaría 35 de Bogotá, sus socios no protocolizaron ninguna dirección de domicilio.
 

Tampoco lo hicieron el 17 de junio en la Cámara de Comercio, cuando se matricularon bajo el número 638406 del libro 9.
 

         Según ese documento, la junta directiva estaba conformada por José Luís Sanchiz, Salomón Kassin Tesone y Rodrigo Puyo Vasco.
 

La primera suplente era la doctora Sara Ordoñez, Cédula de Ciudadanía 41´375.590.
 

En 1997 el ex ministro de Hacienda Juan Manuel Santos denunció al señor Kassin Tesone en su columna de El Tiempo, acusándolo de haber utilizado testaferros para que la Electric City Fund Inc se quedara con TermoCartagena.
 

Moisés Jacobo Bibliowicz era un viejo cliente del Banco del Pacífico, había recibido pequeños créditos a través de numerosas empresas que iba conformando, la mayoría de ellas con sucursales en paraísos fiscales. Pero no pagaba. Se endeudaba cada vez más con el banco.
 

Según archivos, el 4 de diciembre de 1998 le debía al Banco 2.458 millones de pesos, suma que canceló tres meses después de lo pactado, con el producto de otro préstamo por 2.200 millones. Y cubrió un sobregiro por 1610 millones de pesos.
 

Estando en aquello de abrir un hueco para tapar otro,alguien lo catapultó como miembro de la Junta Directiva del Banco del Pacífico Colombia. Luego lo nombraron en la del Ecuador.
 

WestSphere Colombia se transformó en WestSphere Andina y amplió su espectro a los países de la región. 
 

Hallándose Bibliowicz en la junta directiva del Banco del Pacífico  Ecuador, Westphere compró el diez por ciento de las acciones de la matriz del Banco en ese país. El fondo de pensiones estadounidense lograba así el control administrativo de la institución. Una vez con la sartén en la mano nombraron como presidente de la Junta directiva del Banco del Pacífico Ecuador al doctor Luis Alberto Moreno.
 

Ubicado en aquella posición, el doctor Moreno firmó un contrato que no registró en los estados contables, por lo cual hoy tiene pendiente un proceso penal en Ecuador. Se trata de una  cláusula de garantía que obliga a la casa matriz del Banco a responder por cualquier pérdida patrimonial que se presente en sus sucursales, desde luego, incluida la de Colombia.
 

De acuerdo con las leyes, aquel documento debería haber sido registrado, pues se trata de una cuenta contingente, una nota contable, tenida en cuenta en los estudios de los balances. No se hizo así. 
 

Pero, ¿Por qué WestSphere buscó controlar al Banco del Pacífico? Sencillamente porque desde allí controlaba a sus sucursales: a la de Colombia, la más pequeña de todas, a la de Panamá... A la de Miami. 
 

En Miami el doctor Ricardo Moreno ---hermano del embajador en Washington, Luis Alberto Moreno---, fue vicepresidente financiero del Pacific National Bank, hasta cuando éste se acabó luego de haber desaparecido miles de millones de pesos de los contribuyentes colombianos.
 

Según TheNew Herald de Miami y El Tiempo de Bogotá, junio 25 del 2001, el Banco Andino fue saqueado por Nicolás Landes de acuerdo con la demanda presentada por el Estado colombiano. El banquero ecuatoriano afirmó durante su defensa, que en 1994 el doctor Luis Alberto Moreno estuvo varias veces en su lujosa mansión de Miami junto con el doctor Andrés Pastrana, cuyo gobierno se abstuvo de demandar a la filial del banco del Pacífico en Miami. 
 

Luego confirmó que algunos socios de WestSphere, firma que controlaba al Banco del Pacífico, fueron homenajeados por el presidente Andrés Pastrana en la Casa de Huéspedes Ilustres de Cartagena de Indias.
 

Pero hablando de los negocios de los amigos del presidente Pastrana en la Comisión Tercera de la Cámara, un salón del quinto piso ocupado por congresistas y periodistas, y dos plantas y un par de pasillos atestados de público, televisión en vivo y en directo, micrófonos de las estaciones de radio, el congresista Petro se preguntó: ¿Qué hacían Luis Alberto Moreno y Moisés Jacobo Bibliowicz?
 

En mi opinión ---respondió él mismo--- y según nuestra investigación, ellos se dedicaban a hacer autopréstamos para WestSphere, pero a escala latinoamericana. 
 

Es importante recordar ---agregó--- que en el momento de su quiebra el Banco del Pacífico en Colombia se encontraba bajo el control de los amigos de Pastrana, y en especial de Bibliowikz. 
 

Según El Espectador, agosto 26 del 2001, y El Tiempo, junio 16 del 2002, tenían vínculos con una empresa llamada Luminex de propiedad de Bibliowikz, el doctor Fernando Londoño Hoyos, disparado por el presidente Uribe Vélez como ministro del Interior y de Justicia a la vez, el embajador Luis Alberto Moreno y la doctora Marta Lucía Ramírez, afectada en cadena por la ley de la gravedad, primero gracias a que Pastrana la nombró Ministra de Desarrollo, luego la envió como embajadora en París y finalmente Uribe Vélez la disparó al cargo de Ministra de Defensa Nacional.
 

         El 13 de septiembre de 1994 mediante el formato 188 de la Superintendencia Bancaria, el señor Jacobo Bibliowikz hizo la solicitud VJ 56179 para que fuera evaluada su posesión como miembro de la Junta Directiva del Banco del Pacífico.
 

         A ese formato le adjuntó una carta de la empresa Luminex, 5 de agosto de 1994, dirigida a Juan Carlos Bernal Romano, Banco del Pacífico, en la cual le expresa que acepta la designación como miembro suplente personal del doctor Fernando Londoño Hoyos en la junta directiva del Banco del Pacífico Colombia. 
 

         Bibliowikz presenta como referencias personales y comerciales al doctor Fernando Londoño Hoyos, Calle 96 No. 9-46, teléfono 256 15 11; a la doctora Marta Lucía Ramírez, calle 69 No. 4-65, teléfono 310 01 31, y al doctor Luis Alberto Moreno, transversal 27 No. 39-71, teléfono 269 65 13 de Bogotá.
 

Denunciar al Banco del Pacífico en Miami equivalía a llevar a los estrados judiciales de Estados Unidos, por lo menos como testigo, al  embajador de Colombia en Washington, por lo cual el gobierno Pastrana no hizo lo que tenía qué hacer, dijo luego Petro.
 

En nuestros exámenes y en nuestras indagaciones ---continuó--- nos centramos primero en el Banco del Pacífico Colombia, pero si uno hace el análisis en el conjunto de los bancos ---y el nuestro fue incompleto---, ustedes encuentran que del Banco del Pacífico Ecuador salieron cinco millones de dólares a empresas donde WestSphere tenía inversiones. En el caso de Argentina, por ejemplo. En estos documentos están nombres, fechas, cifras, nombres...
 

De Panamá salieron varios millones de dólares a empresas WestSphere localizadas en varios puntos y personas en América Latina, incluido el señor Moisés Jacobo Bibliowicz Volovitz, como es su nombre completo.
 

Del Banco del Pacífico Colombia que nosotros analizamos a profundidad, salieron préstamos a las empresas del señor Bibliowicz en varias modalidades, igual que a empresas del grupo Lloreda, amigos del  Presidente de la República. Dos de ellos fueron ministros de Estado.
 

De Miami salieron alrededor de 40 millones de dólares, cantidad apreciable de dinero, para empresas de WestSphere en Colombia que básicamente eran del señor Moisés Jacobo Bibliowicz pero él se las vendió a  WestSphere. Se trataba básicamente de empresas de flores localizadas en Madrid, no lejos de Bogotá. Esas fueron las inversiones más grandes que nosotros detectamos y por eso mismo las seguimos, pero cuando llegamos a los sitios señalados en los documentos no encontramos nada. Allí había unas carpas con trabajadores a quienes no les pagaron sus salarios. No hallamos cosas físicas porque lo de Moisés Jacobo Bibliowicz Volovitz, en este caso eran empresas de papel, a través de las cuales fluían autopréstamos para él y para otros miembros de la directiva de WestSphere como un señor Valdapalas y dos señores de apellido Bohórquez. 
 

Durante nuestra investigación también detectamos no solamente las entradas en dólares sino las salidas en dólares con destino a las Islas Cayman.
 

Estas son parte de tales empresa de flores ---dijo el congresista y leyó parte de los documentos que tenía en su poder, hoy clasificados en archivos de la Cámara de Representantes.
 

Empresas que nacen entre 1996y 1997 y a los tres años entran en liquidación, pero dejan un inmenso rastro de prestaciones laborales que nunca les pagaron a los trabajadores. 
 

Polo Flowers creada en 30 de julio de 1991. La Junta directiva estaba encabezada por Moisés Jacobo Bibliowicz. Luego hay otras en las mismas condiciones:
 

Agríciola Los Arboles
 

Maxima Farm Ecuador
Maxima Farm S.A.

Maxima Farm Inc.

Máxima Floral Traders S.A.

Maxima Berris S.A.

Rambo Flowers 

CI Maxima Floral Traders S.A.
 

Semanario La Nota Económica, junio 7 a 21 de 1999:
 

“El nuevo Ministro de Defensa Nacional, Luis Fernando Ramírez, trabajó en la Corporación Financiera Colombiana durante la gerencia de Sara Ordoñez. Después de especializarse en el Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Harvard, regresó al país para crear en compañía de Luis Alberto Moreno el fondo de inversión WestSphere Andina que operó especialmente en la consecución de recursos para proyectos de flores”. 
 

Desde el Canadá, la embajadora Fanny Kertzman anunció a mediados de año Dos Mil Dos, que desplegaría una infatigable campaña  para combatir la mala prensa que se le hace a Colombia.
 

El debate:
 

--- Según nuestro criterio luego de investigar a fondo, ¿Con qué fin creemos que WestSphere buscó el control del Banco del Pacífico? Pues para ordeñarlo. En primer lugar, obtuvo allí, créditos que no pagaron ---esos los pagamos los colombianos con nuestros impuestos---. Luego, los dineros de las empresas ficticias fueron a parar a las Islas Cayman cuyos destinatarios están por ser identificados porque las autoridades colombianas competentes no lo hicieron. 
 

--- Ahora: ¿Qué pasa en Colombia? Colombia vive hoy una parte del episodio de las Islas Cayman ¿Cual? Que el Banco del Pacífico Colombia, también entregó autopréstamos a Jacobo Bibliowicz, y préstamos a amigos del Presidente Pastrana y amigos de los amigos de Pastrana. 
 

Bibliowicz formó parte de la delegación oficial colombiana que viajó a Washington con el presidente Pastrana en octubre de 1998, en la primera visita como Jefe de Estado.
 

En la sesión fue leída parte de una larguísima lista de personas y entidades que recibieron préstamos, encabezada por los siguientes:
 

* Gramex S.A. en liquidación. Empresa creada el 27 de junio de 1997 por escritura pública 1465 notaría 16 de Bogotá.
 

Junta Directiva encabezada por Moisés Jacobo Bibliowicz Volovitz
 

* Grafex S.A.

Sede, carrera 21 No. 37-57

Gerente general: David Puyana

* El Filo Ltda.

Sede, carrera 21 No. 37-57

Gerente: Eduardo Puyana Rodríguez.

--- Los señores Puyana son familiares estrechos de la Primera Dama de la Nación, Nohora Puyana de Pastrana ---explica Petro. Luego dice:
 

--- También recibió préstamos el Grupo Lloreda de Cali, que luego iba a tener dos ministros de Estado dentro del gobierno Pastrana.
 

El 2 de agosto de 1996, se les concedió uno por 800 millones de pesos. Luego otro de 1.407 millones el 25 de agosto de 1997. Con acta 246 del 7 de junio de 1998 autorizan pasar el endeudamiento a dólares para operaciones de carta de crédito o giros financiados hasta por 2300 millones. --- Ellos se estaban ganado la revaluación del dólar, comenta el Congresista y prosigue:
 

Más adelante se le concede otro préstamo a Inversiones Jabonera S.A. hasta por 2150 millones de pesos. Una operación puntual. El 30 de diciembre de 1998 se reúne el comité y le aprueba a Jabonera otra operación puntual hasta por 2176 millones de pesos. --- Lloreda S.A e Inversiones Jabonera son una misma de acuerdo con documentación que reposa en la carpeta Comercial de Lloreda SA---, explica el congresista y continúa:
 

La investigación que ordenó por fin la Superintendencia Bancaria, no muestra salida de dineros, sencillamente porque los dineros ya habían salido en préstamos a las empresas amigas del Presidente de la República y de  Biobliowikz y sus amigos. Entonces ese faltante causado por la gente que recibe préstamos pero no los paga, ese faltante lo están llenando con los impuestos de los colombianos.
 

Otro punto: cuando se hace aplicable la cláusula según la cual el Banco del Pacífico Ecuador debía cubrir los faltantes y cubrir las obligaciones del Banco del Pacífico Colombia, el del Ecuador ---que también quebró porque el proceso de ordeñamiento fue a escala latinoamericana--- encuentran ustedes que los propietarios, incluido WestSphere, le han hecho firmar un contrato al gobierno ecuatoriano según el cual, cuando se vendan los activos del banco, quienes reciban lo que perdieron no son los ahorradores del Ecuador sino los antiguos propietarios del banco. El mayor accionista es WestSphere. Por eso estamos en condiciones de asegurarlo, y tenemos las pruebas para demostrar que ese dinero nunca lo recuperará Colombia.
 

Pero, además, todo está perdido porque, cuando era su total obligación, el doctor Luis Alberto Moreno no dejó en los balances la nota que le hubiera permitido a Colombia acogerse a la cláusula clave y pelear los dineros de nuestros impuestos.

En la Comisión Tercera de la Cámara contamos con pruebas para demostrar la verdad de todos los pasos de este asunto, aclaró el congresista citante.
 

Sin embargo, nuestro camino terminó en las Islas Cayman --- dijo finalmente---. Allí no fue posible establecer quién está detrás del sistema bancario local hasta el cual fue a parar el dinero de los impuestos de los colombianos. Esa es una información que solamente le entregan a autoridades colombianas. Pero las autoridades colombianas no han ido hasta allá.
 

Nada de esto publicaron los medios de prensa. Para ellos la noticia era la declaración airada del doctor Luis Fernando Ramírez, Ministro de Defensa Nacional. Según él, una investigación exhaustiva de los servicios de inteligencia militar comprobó cómo el debate no fue más que una patraña orquestada por el terrorismo para distraer los golpes que el Estado le estaba asestando a la narcoguerrilla.
 

Según un estudio del Fondo Monetario Internacional, en febrero del año 2003 en Colombia había 11 millones de personas por debajo del límite de la indigencia.
 

 
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