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Miembro de la Comunidad Indígena Embera Katío
Mi nombre es Kimi Pernía Domicó y pertenezco al pueblo
Êbêra Katío del Alto Sinú. Hoy estoy aquí
como testigo y como víctima del impacto desastroso de un megaproyecto
que está afectando a mi comunidad, a los pescadores y campesinos
del Medio y Bajo Sinú, a la gente de Córdoba... y también
a ustedes, que son los que pagan los negocios absurdos de los que mandan
en Colombia.
Los Embera del Alto Sinú, habitamos en un territorio de 103.517
hectáreas que conforman el resguardo Êbêra Katío
del Alto Sinú, en el Parque de Paramillo. Allí nacen los
ríos Esmeralda (Kuranzadó), Verde (Iwagadó), Cruz
Grande (Kiparadó) y el Sinú (Keradó). Nuestra tierra
es el lugar mejor conservado del Parque.
La población es más o menos de 2.400 personas, agrupadas
en 450 familias. Más de la mitad tiene menos de 18 años.
Los que tienen más de 50 años no son más de 50 personas.
Según nuestras creencias, el agua y los pescados son un bien
común para ser compartidos con toda la gente. Nosotros creemos que
Karagabí nos confió la responsabilidad de conservar el agua
y el bosque para los indígenas y los no indígenas.
La supervivencia de mi pueblo depende de los ríos. El río
(DO) da nombre a los lugares por donde pasa y crea las historias: Apartadó
(Río de plátano), Chigorodó (Río de guadua),
Chibugadó (Río de abarco); Pawarandó (Río de
agua tibia), por mencionar algunos ejemplos.
Pero ahora estamos en peligro. La dieta de los Êbêra Katío
está basada en las proteínas que recibimos de las diversas
especies de pescados que sacamos del río. Esta dieta se complementa
con arroz, yuca y plátano que nosotros cultivamos en nuestros campos.
Así vivíamos hasta hace 4 años.
En 1995, la construcción de la Represa Urrá desvió
el río Sinú. Desde entonces la situación cambió
totalmente. La represa trajo la muerte a nuestra gente: muerte de los pescados;
muerte de los miembros de la comunidad que han sentido la pérdida
de proteínas, debilitando su salud, y la muerte de nuestros líderes
que han protestado y desafiado este megaproyecto.
La represa es como una pared que corta el río Sinú e impide
la subienda de los pescados. En este momento, pescados como el bocachico,
la yulupa, la charúa, el barbule, están prácticamente
acabados.
Algo más, que seguramente los Ministros del Medio Ambiente y
sus funcionarios no saben: Urrá es también una palabra Êbêra.
Urrá es una abeja pequeña. Para hacernos daño, hasta
nuestros nombres se han robado.
1. PARA EL GOBIERNO Y LA EMPRESA, SÓLO EXISTIMOS COMO PROBLEMA
Desde hace casi 40 años, se viene hablando de Urrá. Pero
en el sector eléctrico no se hablaba de los Êbêra. Era
como si no existiéramos. Los ingenieros pasaban por nuestros tambos,
por el territorio de nuestra propiedad, pero nunca escribieron que fuéramos
personas con derechos. Servíamos para la foto.
En 1951 se hizo el primer estudio donde se señala la Angostura
de Urrá como sitio de embalse. Pero los Êbêra no aparecemos
en ese estudio.
En 1971 CORELCA contrató un estudio para ver si era posible un
proyecto hidroeléctrico de cerca de 300.000 kilovatios. En 1977
se presenta otro estudio. Ahora sí, de Urrá I y Urrá
II. En esos estudios no se menciona la existencia de los indígenas
en la región.
El mismo año se declara de utilidad pública la zona del
proyecto. Metieron nuestro territorio en esa zona y ni siquiera nos preguntaron.
En 1982 hacen el convenio con la empresa rusa (V.O. Energomachexport)
para el diseño, suministro y montaje del equipo hidroeléctrico.
En 1985 se hace contrato con Skanska Conciviles (sueca) para la construcción
de obras civiles. Tampoco nos dijeron nada.
En 1992 se crea la Empresa Multipropósito Urrá S.A. y
seis meses más tarde, el entonces Instituto de Recursos Naturales
Renovables, ahora Ministerio del Medio Ambiente, otorga la licencia para
la construcción del proyecto. Tampoco nos preguntaron.
Ni le preguntaron a los pescadores, ni a tos campesinos.
2. LOS IMPACTOS QUE HEMOS IDENTIFICADO
Se ha dicho que Urrá es una necesidad para la región.
Pero nosotros sabemos otra cosa.
Cuando aprobaron la obra, tuvieron que decir que era multi-propósito,
porque la sola generación de energía es muy poquita. ¿Cuáles
eran los otros propósitos? Dizque controlar las inundaciones. Pero
el presidente de Urrá reconoció en una revista de Montería,
que se llama Impacto, que la represa no iba a controlar todas las inundaciones,
sino las menos graves. ¿Entonces para qué era la obra?.
El propósito de la represa era secar los humedales y las ciénagas,
para que el Incora se las titulara a los terratenientes de Córdoba,
que todos saben quiénes son y cómo actúan. La Corte
Constitucional ordenó al Incora parar esas titulaciones ilegales
y a los alcaldes hacer los trámites para devolver esas tierras a
la nación.
Y también era para que la clase política de Córdoba
convirtiera la empresa en un negocio clientelista.
No es cierto que sea una obra que trae beneficio: Nosotros identificamos
105 impactos provocados por el proyecto; solo cinco de ellos son positivos.
Los impactos más importantes del proyecto son:
Descomposición de más de 7.000 hectáreas de plantas.
Dijeron que eso no era importante, pero ahora en Tierralta hay una nube
de mosquitos en todas partes.
Alteración gravísima de importantes ecosistemas: páramo,
selva húmeda, humedales y estuario. Dijeron que eso no era tan grave,
pero como han dicho los pescadores, ya el agua para las ciénagas
se acabó y los pescados se están asfixiando.
Acabó con el pescado que subía al Alto Sinú y le
dañó la puesta de los huevos al Bocachico. Le dañó
la Economía de los pescadores del Bajo Sinú.
Nos trajo la división interna, que hoy nos cuesta vidas, pérdida
de la cultura.
Atrajo el conflicto armado.
Nos dañó el transporte por el río.
Penetración de la cuña Salina en el Estuario.
Va a inundar a 130 personas y obliga al desplazamiento de 280 personas.
Se van a inundar las tierras más fértiles del territorio
del pueblo Êbêra, y los cementerios y sitios sagrados (Jaidéra).
Pregunto: ¿Todos esos daños se justifican para una obra
que va a costar casi 780 millones de dólares y se va a vender por
menos de 200 millones de dólares?
La Hidroeléctrica de San Carlos, que costó 300 millones
de dólares generará 350 megavatios, mientras Urrá
generará solamente 340 megavatios.
La vida útil del Proyecto es estimada por la propia Empresa en
50 años, pero la firma monitora internacional (MONENCO AGRA) de
Canadá la proyecta a 2O años. Quienes conocen del tema nos
informan que será mucho menos aún.
3. NUESTRA LUCHA
Por eso es que peleamos y hemos peleado. En 1994 hicimos el Do Wambura
o "despedida del Río", primera manifestación masiva del Pueblo
Êbêra frente al proyecto hidroeléctrico. No era una
movilización para aceptar la obra y la derrota. Sino para decirle
a todo el departamento que si no se movilizaba el río iba a morir.
La historia nos ha dado la razón.
Luego ocupamos la Embajada de Suecia. Allí se acordó la
participación en los beneficios de la hidroeléctrica por
la inundación de parte de nuestro territorio.
Luego vienen los mayores problemas internos porque se ordenó
la suspensión del corte de madera, pues varios indígenas
vivían de esta actividad. Los madereros se oponen a nuestra decisión,
y buscan el apoyo de la Alcaldía, Urrá y Asuntos Indígenas
del Ministerio del Interior. Aprovechando el conflicto interno, Urrá
suspende los proyectos del Plan de Etnodesarrollo.
Fue cuando presentamos la tutela contra Urrá y la Alcaldía
de Tierralta. Perdimos en el Tribunal Superior de Córdoba y en la
Corte Suprema.
Mientras tanto, ocurre la quema de la canoa de la Organización
indígena por los paramilitares, hay amenazas contra las comunidades
de Río Sinú y Verde. Es asesinado por paramilitares ALONSO
DOMICO JARUPlA.
Hace un año, la Corte Constitucional tutela los derechos fundamentales
a la supervivencia, a la integridad étnica, cultural, social y económica,
a la participación y al debido proceso del Pueblo Êbêra
Katío del Alto Sinú. Allí se le ordena al gobierno
que suspenda el llenado, mientras se hace la consulta que ordena el Convenio
169 de la OIT. Además ordenó una indemnización que
nos trajo más problemas que beneficios.
A principios de este año, un grupo paramilitar retiene 10 indígenas,
quema varias canoas y asesina a ALEJANDRO DOMICO.
Pero el Ministerio del Ambiente y Urrá se pasan por encima su
Ley. Y empiezan el llenado del embalse sin que haya consulta con el pueblo
Êbêra Katío. Eso se hizo con autorización del
Ministerio, como lo reconoce en la Licencia Ambiental. La Defensoría
y nosotros protestamos y denunciamos eso en marzo. Pero nadie hizo caso.
La Procuraduría no investigó nada y el delegado parecía
estar haciéndole el trabajo a la empresa.
Un mes después, el 24 de abril, es asesinado en su casa, nuestro
líder y vocero en este proceso LUCINDO DOMICÖ CABRERA. Las
amenazas a nuestros líderes continúan, lo que obliga a que
tres de ellos abandonaran temporalmente la zona.
A pesar de todo eso, entregamos nuestra propuesta de Consulta y Concertación
enfatizando en necesidad de un acuerdo único para que no se afectara
más nuestra integridad como pueblo.
Pero el Gobierno Nacional siguió impulsando dos acuerdos, buscando
con engaño, la autorización de los Gobernadores indígenas
para el llenado y operación del embalse. El Ministro del Ambiente,
Juan Mayr, quiso hacer firmar a los 3 Gobernadores Mayores un acta donde
se aceptaba el llenado del embalse antes del proceso de consulta.
Como estas artimañas no dan resultados, los Ministerios del Interior
y Medio Ambiente, así como la Empresa Urrá, días después,
firman preacuerdos con un sector del pueblo Êbêra, en materia
de indemnización y de reposición de tierras. El gobierno
acepta la entrega de tierras para uso exclusivo de un sector del pueblo
Êbêra (una finca), cuando el territorio es de todos. Y avala
el pago de una indemnización de 45 mil pesos mensuales a cada persona,
que ya estamos viendo lo que produce; abandono del territorio, alcoholismo,
prostitución.
Es una consulta en medio del terror. En junio, en un ataque paramilitar
a Saiza, en límites del territorio del resguardo, son heridos dos
Êbêra, que son trasladados al Hospital de Tierralta. De allí
se remiten a Montería y en la vía son interceptados por paramilitares,
quienes sacan de la ambulancia a RUBÉN DARÍO MOSQUERA PERNÍA,
sin que se sepa de su paradero todavía.
Así fue como nos sentamos a la mesa en agosto. Sabiendo que el
Ministerio del Ambiente estaba del lado de la Empresa y contra nosotros;
sabiendo que el gobierno no iba a facilitar un acuerdo para poder decidir
por su lado; sabiendo que nuestra oposición nos significaba riesgo
de muerte.
El gobierno, a través de la Dirección de Asuntos Indígenas,
convocó a dos mesas de concertación con Urrá. Con
dos mesas, suponiendo que iba a haber acuerdo en ambas, esos acuerdos iban
a ser diferentes. Y entonces el Ministro del Ambiente podía decidir
diciendo que no tenía otra alternativa. De todos modos, ni siquiera
presentaron propuestas en la mesa.
La empresa y el gobierno utilizaron métodos de mala fe y dividiendo
a nuestras comunidades. Nos han ofrecido pequeñas cantidades de
dinero a cambio de un acuerdo. Algunos de nuestros compañeros, los
del Cabildo de Río Esmeralda, aceptaron esa propuesta, sin tener
en cuenta los impactos de la obra y el daño a nuestra vida. Pero
muchos de nosotros estamos muy convencidos que el daño a nuestro
medio ambiente y a nuestra seguridad alimentaria es irreparable y que ningún
pago pueda compensar eso.
A menos que obtengamos una ampliación a nuestro territorio para
que podamos cultivar y pescar, nuestra sobrevivencia como pueblo está
en grave peligro. No comemos plata, y nuestros ancianos nos han prevenido
y nos han dicho que el dinero trae grandes males. Esa era nuestra propuesta
en la mesa.
No hubo acuerdo. Mejor dicho, hubo un acuerdo por dinero con algunos
lideres del río Esmeralda. Cuando esas comunidades rechazaron el
acuerdo que se había firmado, apareció una carta de los paramilitares
a los Ministros del Interior, Medio Ambiente y Minas, al presidente de
Urrá y a la Comisión Quinta del Senado -donde están
los senadores cordobeses como Julio Manzur, Salomon Náder y Julio
César Guerra- en la que dicen que la posición de los Êbêra
es presionada por la guerrilla y que no van a dejar que eso pase. Mejor
dicho, nos amenazan a todos nosotros y a nuestros amigos y colaboradores.
En esa carta, los paramilitares exigían que se hiciera el llenado
inmediatamente. Cinco días después, luego de una reunión
de alto nivel de Pastrana con esos senadores y ministros, salió
la licencia.
Lo de la licencia es otra historia. Lo que importa es mostrar qué
ha pasado luego.
Urrá empezó a llenar el 18 de noviembre. Pero hay 130
Êbêra que no se han reasentado ni piensan hacerlo. Pregunto:
¿Nos van a inundar? Hace cinco días, otras 40 familias bajaron
a la zona de inundación y han empezado a hacer sus tambos. Pregunto:
¿Los van a inundar también?. ¿0 nos van a sacar a
balazos?.
Urrá no tiene permiso pare usar nuestras tierras. Para hacerlo
tienen que tener una escritura pública. Preguntamos: ¿Van
a inundar una tierra que no les pertenece?
Luego de la inundación creció la nube de mosquitos. Los
compañeros pescadores han contado cómo se han formado charcas
donde los pescados se han muerto y empieza a oler podrido. Las ciénagas
ya no reciben agua. Algunas casas se han derrumbado. También nos
llegó la información de que el agua salada del mar ha empezado
a meterse.
Las islas que se han formado con la inundación, han dejado atrapadas
a las iguanas. Nosotros, y no Urrá ni el Ministerio del Ambiente,
hemos rescatado a esos animalitos.
Por otra parte, Urrá ha empezado a hacer pagos en efectivo a
las comunidades de río Esmeralda y eso ha producido mucho problema,
mucho dolor. Me duele decirle a ustedes que de esas comunidades ya hay
200 que viven en Tierralta, porque ni la Corte Constitucional, ni Urrá,
ni nuestros hermanos, fueron capaces de decirle NO a ese dinero maldito
y darse cuenta que plata de bolsillo era dañina. Nosotros siempre
exigimos que no fuera plata de bolsillo, sino recursos para proyectos colectivos.
Ese dinero también ha producido la descomposición social:
con el conocimiento y aval de Urrá, hay casos en que una persona
cogió los hijos de otros Êbêra y los registró
como propios para pedir la plata de la indemnización. En muy poco
tiempo, los papás de esos niños van a pelear y puede haber
conflicto de muertos.
A nosotros nos han acusado de estar contra el desarrollo. Esa es una
palabra difícil. Como decía Abadio Green, más que
analizar el desarrollo, nos ha tocado defendernos de él.
Yo conocí el desarrollo hace como 20 años, un día
que un cura de apellido Betancur, nos dijo que si no aceptábamos
la represa nos íbamos para el infierno. Para nosotros el desarrollo
ha significado el desconocimiento de nuestros derechos, la muerte del pescado,
la división de nuestra comunidad, la muerte de Lucindo Domicó.
El desarrollo para nosotros es que nos cambiaron de sitio los restos de
nuestros muertos como si fueran huesos de animales. El desarrollo para
nosotros es que inunden 28 lugares sagrados.
Creemos que para los campesinos y pescadores el desarrollo tampoco ha
sido mejor, pues ha significado el secado de las ciénagas y los
humedales. El desarrollo es que nos quitaron las ciénagas para luego
titulárselas a los ricos de Córdoba.
Hasta ahora, lo que conocemos del desarrollo es que a los que defendemos
la vida y el medio ambiente nos dicen que somos egoístas; y a los
cinco políticos y los Bancos que quieren ganar plata con Urrá,
les dicen que representan el interés de la nación.
Si eso es el desarrollo, entonces tienen razón los que nos acusan.
Porque nosotros si estamos contra ese desarrollo.
Es muy importante que todos ustedes sepan toda esta forma como se ha
comportado el Ministro del Medio Ambiente en este caso, que no es muy distinto
a lo que hizo con nuestros hermanos U´was.
Primero, autorizó un pre-llenado sin que hubiera consulta. Luego,
quiso engañar a nuestros Nokó mayores, para que autorizaran
llenar el Embalse y dejaran la consulta para después. Firmó
un acuerdo en el que se acepta que un territorio que debía entregársele
a los Êbêra se usara de forma exclusiva por un sector de la
comunidad como si fuera una finca. Luego en la licencia desconoce toda
la propuesta de los Êbêra, y no estudió ninguno de los
puntos de la reposición. EI propio Ministerio de Minas le mandó
un concepto donde se dice que Urrá no tenía Plan de Manejo
Ambiental todavía en septiembre de este año y sin embargo,
le dio la licencia a la empresa.
El Ministro aparece en todas partes como defensor del medio ambiente
y amigo de los indígenas. Pregunto: ¿Puede ser defensor del
medio ambiente una persona que autoriza una represa sin que haya Plan de
Manejo? ¿Puede ser amigo de nosotros una persona que usa a los indígenas
como floreros para sus fotografías, pero que no respeta ni entiende
nuestras propuestas?
Creemos que no. Que no es amigo. Ni de nosotros ni del medio ambiente.
El se pone unas aseguranzas (manillas) koggi, pero tiene el corazón
en los bancos y en las transnacionales.
4. ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE LA LICENCIA AMBIENTAL OTORGADA A URRÁ
El Ministerio no podía expedir licencia, porque no hubo consulta.
Fue una decisión arbitraria y autoritaria, pues nunca buscó
llegar a acuerdo con nosotros para poder decidir por su cuenta. Nunca actuó
de buena fe y con la transparencia necesarias.
El Ministerio del Medio Ambiente nunca nos pidió nuestros estudios
de ambiente, sociales o de suelos, ni nos pidió nuestra descripción
de los impactos, ni los proyectos para mitigar y prevenir impactos. Solo
tuvo en cuenta lo que entregó Urrá. En la licencia dicen
que lo hicieron, pero eso es falso y no tienen cómo demostrarlo.
El Ministro del Ambiente reconoce en la licencia que Urrá no
ha cumplido con todas las obligaciones del Auto 828 del propio Ministerio,
tales Como Plan de contingencia para el llenado, o el Plan de Ordenamiento
Pesquero del Embalse y la Cuenca Alta (es decir, el territorio Embera).
A pesar de eso, le otorga la licencia.
La Empresa Urrá no obtuvo el consentimiento de varias comunidades
para la implementación del plan traslado y reubicación. Por
lo tanto, un grupo de familias de las comunidades indígenas de Sambudó,
Dozá, Beguidó y Amborromia, no están cobijadas bajo
el plan de reasentamiento. Aquí volvemos a preguntar: ¿Nos
van a inundar'? ¿Podían darle la licencia, sin que hubiera
reasentamiento?
Ahora dice en la resolución que responde las reposiciones, que
si Urrá necesita una escritura pública para usar nuestro
territorio, eso no es asunto del Ministerio sino de Urrá. ¿Cómo
va a resolverlo la empresa?
La licencia es un listado de expectativas. En todas las páginas
se habla de que Urrá podrá cumplir "después" las obligaciones
que debió cumplir "antes" de la licencia. La licencia ambiental,
debe otorgarse sólo una vez se haya verificado que todas las condiciones
requeridas se han cumplido en forma completa.
En la realidad la licencia considera que hay dos pueblos, que tienen
impactos diferentes y que deben ser tratados de manera diferente. Mejor
dicho, la licencia son "dos licencias", lo que no sólo divide a
nuestro pueblo sino que hace totalmente inútiles las medidas de
mitigación.
La licencia no resuelve la obligación de Urrá de reconocer
una participación en beneficios al pueblo Êbêra y opta
por dar una renta, lo cual es totalmente inconstitucional. La única
razón por la cual el gobierno no resolvió este punto, es
porque implica reconocer esta participación en beneficios a todos
los pueblos indígenas.
El Ministerio se toma la libertad de modificar nuestro Plan Êbêra
y "decide" en un alarde de autonomía indígena, unir la raíz
Êbêra Wandra y la raíz Dazhi Zho.
5. LA OTRA PARTE DE LA LICENCIA: EL CONCEPTO TECNICO 330
El concepto técnico 330 del 5 de octubre, es decir, la misma
fecha de la licencia y que hace parte de la licencia, está lleno
de imprecisiones, errores y hechos inexistentes. No vamos a concentramos
en cada uno, porque duraríamos un día:
Se habla de documentos entregados antes de ser pedidos, como el Plan
de reforestación. O de documentos aprobados en reuniones que no
existieron. Se corrigen Autos de hace un año, para quitarle responsabilidades
a la empresa. Se acepta como acciones ejecutadas el traslado de peces,
que no dio resultados favorables porque era una medida errónea y
fue un fracaso. Se habla de documentos discutidos con las comunidades,
los cuates nunca lo fueron, como el Plan de Contingencia para el llenado
del embalse. Se llega al extremo de afirmar que el reasentamiento de las
familias se cumplió a principios de año, cuando a la fecha
hay más de 130 personas que no se han reubicado. Se dice falsamente
que todo el Plan de Ordenamiento Pesquero ha sido aprobado.
Mejor dicho, es una novela de "ciencia ficción".
6. LA CONSULTORÍA DE IVAN ORDOÑEZ
Por otra parte, el Ministerio del Medio Ambiente y el de Minas, mandaron
a hacer una consultoría para evaluar la propuesta de Urrá,
al ingeniero JAIME IVAN ORDOÑEZ. Está escrito en los términos
de los ingenieros, pero igual los leemos:
Hay omisión de Planes de Manejo ambiental, Planes de Monitoría
y Seguimiento y Planes de Contingencia detallados.
En su segundo Memorando al Ministerio del Medio Ambiente, en Agosto
13 de 1999, el evaluador formalizó su observación de que
ninguno de los informes evaluados hasta esa fecha tiene carácter
de Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del Proyecto, y que su contenido
y conclusiones están lejos de ser suficientes como elemento de juicio
para el otorgamiento de une licencia ambiental, de acuerdo con las consideraciones
técnicas y legales que son pertinentes.
... "No existe un solo volumen donde se concreten y resuman todas las
evaluaciones de impactos, se establezcan todas las condiciones de manejo,
y se fijen todas las políticas del Proyecto sobre Planes de Monitoría
y Seguimiento y Planes de Contingencia. Las políticas están
por esta razón, en una serie de libros parciales, dispersos y difíciles
de utilizar en forma práctica, donde además se han pasado
por alto la conectividad que debe existir entre los aspectos tratados en
los informes originales y las condiciones nuevas que se han encontrado
en la presente evaluación"
Se estableció además, que en el campo de calidad del agua,
los informes sugerían un nivel inaceptable de incertidumbre sobre
los efectos del llenado y operación del embalse, en la calidad del
agua del río Sinú y de las cuencas media y baja del mismo.
Y hay omisión de un análisis detallado de la variación
de
la cuña salina continental y de la cuña satina en el río
Sinú, bajo la presunción de que existe suficiente información
para esperar que los efectos ambientales son descartables por su escasa
magnitud, (no cuantificada con precisión).
Dice el consultor que en la totalidad de los casos hace falta rigurosidad
en el tratamiento de estos problemas como impactos ambientales de un proyecto,
que es sin duda alguna, agresivo sobre el medio ambiente, y que por lo
tanto, no justificaba tampoco el otorgamiento de una licencia con los informes
existentes, sin el lleno de las formalidades técnicas y legales
de un Estudio de Impacto Ambiental.
Esto significa que durante toda la concertación del Plan de ordenamiento
Pesquero, en la cual se trabajó con la información de Urrá
avalada por el Ministerio del Medio Ambiente, se estuvo trabajando, discutiendo
y se hicieron acuerdos sobre datos inexactos.
Es decir, Urrá no cuenta con un Plan de Manejo Ambiental, y tampoco
ha realizado de forma adecuada un Estudio de Impactos Ambientales y los
informes y propuestas de la Empresa están dispersos y son inconexos.
Esto es muy grave, pues en estas condiciones no es posible otorgar Licencia
Ambiental alguna.
Aunque el Ministro Mayr tenga muchas ganas de hacerlo.
Todo eso, que ya estamos viendo, lo habíamos advertido. Pero
no nos oyeron. Ahora que nos estamos muriendo, ahora que se están
muriendo los pescadores, tampoco el gobierno ni Urrá van a oír.
A pesar de todo esto, vamos a seguir luchando. Para que no nos nieguen
el derecho que tenemos a vivir como pueblo.
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