En el capitalismo es un imposible la búsqueda de una relación armónica del hombre con su medio ambiente, integrada al crecimiento económico. Por el contrario, las fuerzas productivas se convierten en fuerzas destructivas.
La necesidad y el afán
de acumulación, se acompañan con otro elemento esencial y
poco denunciado que manejan principalmente los grandes capitalistas: no
pagan sus cuentas a la sociedad. Su lógica consiste en que, si se
invierte en medidas de protección del medio ambiente y de los recursos
naturales, o en bienestar social, disminuyen las ganancias.
Hoy, cuando el concepto
de desarrollo sostenible adquiere fuerza entre la opinión mundial,
involucrando la discusión en torno de una estrategia orientada a
satisfacer las necesidades de las mayorías, sin arriesgar las opciones
de las generaciones venideras, hace falta hablar claro de la evidente contraposición
entre este gran objetivo de la humanidad y los patrones que impone el capital.
No pueden decir que impulsan
el desarrollo quienes promueven el atraso de nuestros países, especialmente
desde los Estados Unidos, con ayuda de quienes acá gobiernan, con
monitoreos impuestos por la gran banca, y con tratados comerciales y de
patentes ventajosos para ellos, y ruinosos para nosotros.
Se está agrediendo
a la naturaleza y por lo tanto a la gran mayoría de la humanidad.
En veinte años en todo el mundo se han talado más de 200
millones de hectáreas de bosques, equivalentes al doble de toda
la superficie de Colombia. La erosión ha arrastrado casi 480.000
millones de toneladas de terrenos agrícolas, más que el conjunto
de toda la superficie cultivable de los Estados Unidos.
Pero si en el campo llueve,
en la ciudad no escampa. La imitación servil de los modelos de vida
de los grandes centros dominantes ha llevado a nuestros países a
construir ciudades, como Bogotá, que crecen fuera de todo posible
control como consecuencia de estructuras injustas y contradicciones sociales
feroces.
Por lo anterior el sistema
dominante no promueve ni desarrollo, ni sostenible. Genera atraso insostenible
!!!
En las FARC-EP pensamos
que la búsqueda de una relación armónica entre los
grupos humanos y el medio ambiente natural, debe ser un gran propósito
mundial, ya que todos compartimos el planeta tierra. Este propósito
igualmente hace parte insustituible de la elaboración democrática
de una estrategia soberana hacia el desarrollo económico con justicia
social para Colombia.
Contamos con un gran tesoro
representado en la tercera mayor reserva de agua del planeta, en la segunda
despensa de oxígeno, especies vivas, y en los incalculables recursos
genéticos. Es el tesoro hoy codiciado por poderes imperiales, el
que quieren agarrar desde ya, y es precisamente uno de los objetivos del
"Plan Colombia", para que un día cualquier presidente gringo pueda
decir: "I took Amazonas" ("Yo robé la Amazonia").
Lo que no tenemos es un
Estado que promueva el amor a nuestro paisaje. Hace falta rescatar la grandeza
patriótica que, también en materia de recursos naturales,
"anticipándose a los apremiantes llamados de los ecologistas modernos",
sembró el Libertador, cuando advirtió sobre la necesidad
de cuidar y defender el equilibrio de la naturaleza, en oposición
a las prácticas y costumbres irracionales y devastadoras en el uso
de aguas, tierras y bosques, y cuando legisló y ordenó con
sentido práctico y previsivo en torno a esto (como bien lo señala
Juvenal Herrera en su obra "Bolívar, el hombre de América").
En nuestro país
las agresiones al medio ambiente son causadas en gran medida por el desorden
que implican las estructuras de uso irracional y la estructura de propiedad
injustamente concentrada de la tierra. Son miles los campesinos desplazados
del interior del país, condenados violentamente, por generaciones,
a una permanente migración, a romper la frontera agrícola,
a tumbar montañas por varios flancos, a trabajar con cultivos ilegales.
Las necesidades de nuestros campesinos no han encontrado otra salida. Por eso hay quema de campos, cultivo anti-técnico y sobre-utilización de tierras, páramos sometidos a actividad agraria y pecuaria, envenenamiento del campo con pesticidas y agroquímicos, relleno de ciénagas y humedales, manejo rústico de la minería abierta y subterránea.
Con un nuevo régimen
se podrá desarrollar una política agraria que, sobre la base
de eliminar el latifundio y redistribuir las mejores tierras, permita dejar
quietos los bosques y brindar alternativas a los actuales colonos que se
han internado más allá de la frontera agrícola, entre
ellos a las aproximadamente 500 mil familias dedicadas a cultivos ilegales.
Se podrá proteger el 70 por ciento que nos queda de la Amazonia
e integrar a un nuevo plan de aprovechamiento del territorio a los 700
mil colombianos que allí habitan; reconstruir la Sierra Nevada de
Santa Marta, la Sierra de la Macarena, y organizar un auténtico
sistema nacional de parques naturales.
Las auténticas autoridades
ambientales deben estar dentro de las mismas comunidades. Cuanto se logre
hoy aprender de los pueblos indígenas, de las comunidades negras
y de las mejores tradiciones campesinas, de sus culturas, ayudará
a desarrollar sistemas armoniosos y creativos de relación entre
el hombre y la madre tierra. Porque esas culturas contienen valores muy
distintos a las ambiciones sin límite, propias del capitalismo,
que están destruyendo las posibilidades de vida sobre el planeta.
Es necesario afianzar el
reconocimiento de la propiedad social de los colombianos sobre los recursos
biológicos y genéticos existentes en nuestro territorio.
Impedir los intentos de patentar la vida. Someter a vigilancia ética
cualquier experimento con seres vivos. Desarrollar planes de reforestación
y protección de cuencas hidrográficas que defiendan y amplíen
nuestras reservas de agua y de oxígeno.
Proponemos, exigimos!!!
con la gran mayoría de los colombianos, suspender definitivamente
las fumigaciones, que como lo muestran las cifras, significan una doble
destrucción ya que los cultivadores se corren más adentro
de la selva a seguir tumbando, a sembrar dos hectáreas más
por cada una que es fumigada, a más del daño producido sobre
la vida. En el caso de la coca, el enemigo no es la planta, sino el negocio
capitalista. Y ese negocio no está propiamente en las selvas, donde
están campesinos desplazados violentamente desde otras zonas del
interior del país.
Colombia debe ponerse alerta. Se están fraguando desde el gobierno de los Estados Unidos con la complicidad del gobierno colombiano y de la Organización de las Naciones Unidas para la Fiscalización de las Drogas (UNDCP) representada en nuestro país por el señor Klauss Niholm, irresponsables planes en torno a la utilización de hongos en la mal llamada "guerra contra las drogas".
El Ministro del Medio Ambiente, quien dejó de ser medio-ambientalista, ha negado que se esté experimentando con el ya famoso hongo FUSARIUM, luego de que se reclamara claridad. Pero ahora están trabajando un proyecto disfrazado, que han encargado al Instituto Sinchi y al Instituto Humboldt, autorizado por Colciencias, con el cuento y el nombre de "alternativas criollas". Esto no es otra cosa que una peligrosa guerra biológica, y una amenaza gigantesca a la Amazonia.
Los colombianos, de la
mano de un nuevo gobierno de reconciliación y reconstrucción
nacional, con base en una estrategia, en un proyecto de país para
la felicidad y la dignidad de todos, hecho con el concurso de las mayorías
(para el cual en las FARC-EP tenemos aportes), podemos darle a la humanidad
más que un grano de arena para reconstruir el ambiente, porque somos
privilegiados en cuanto a recursos.
Comisión Temática de las FARC- EP
Villa Nueva Colombia, Noviembre 4 de 2000
Para mayor información:
Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia - Ejército del Pueblo FARC-EP
E-mail: elbarcino@laneta.apc.org
Webs: http://www.farc-ep.org/ [Página oficial de FARC-EP]
http://orbita.starmedia.com/~caelos1/ [Página en Francés]
http://www.qualinet.com.br/farc-ep/ [Página en Portugués]
http://www.marx2001.org/cnafarc [Página en Italiano]
http://www.resistencianacional.org/ [Página del Secretariado de las FARC-EP]
http://farc.narod.ru/ [pagina en Ruso]