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MOCHUELO BAJO
Proyecto de trabajo Comunidad-Estudiantes U.N.
Grupo de estudiantes F.C.H.
Durante el desarrollo de la clase de Fundamentos de la Educación[1] se nos orientó hacia el planteamiento de una propuesta educativa, en el proceso de recolección de información, datos y aportes para hacerlo nos interesamos por los jóvenes en situación de desplazamiento. A medida que lográbamos acercamientos para saber quienes son estos jóvenes y el entramado social en el que viven, nos fuimos contactando con gente cada vez más cercana a esa realidad. Fueron ellos quienes nos llevaron a Mochuelo bajo, y ahora que el curso de Fundamentos se ha terminado la realidad de Mochuelo hace parte de nuestra realidad.
El proyecto Mochuelo nace como una acción colectiva de un grupo de estudiantes de la U.N. que se puede enmarcar en la preocupación de llevar el quehacer universitario a ciertos sectores de la sociedad. Sabiendo que por la situación (social, política, económica.) de nuestro país existen sectores de la población que tienen un acceso muy limitado al conocimiento iniciamos nuestro trabajo con la comunidad de Mochuelo bajo y más exactamente con el grupo juvenil de este barrio. Así mismo entendemos el conocimiento como una herramienta que puede posibilitar una participación democrática, legitima, conciente y la convivencia pacífica.
Desde sus inicios el proyecto ha venido buscando la concertación y valoración permanente de los medios y las finalidades de nuestro trabajo de acuerdo a las reflexiones que se han propiciado a partir de la observación y desarrollo que en el presente texto expondremos. Comenzaremos con una descripción muy superficial para hacernos una idea del barrio y su gente.
Mochuelo Bajo es uno de los barrios de la periferia de la ciudad de Bogotá y más exactamente se ubica en la zona rural, al extremo sur, de la localidad de Ciudad Bolívar. Es de anotar que no hay un medio de transporte publico que conecte directamente a Mochuelo con la zona céntrica de la ciudad, lo cual implica cierto aislamiento y dificultad para la movilidad de sus habitantes. Por su situación geográfica su economía se fundamenta en la agricultura y la ganadería, por otro lado las mayores fuentes de empleo son el relleno sanitario de Doña Juana (que emplea a los jóvenes y adultos temporalmente como asalariados) y las ladrilleras que pululan en la zona (estas contratan por días, $8000 diario). En general las vías de acceso de uso peatonal están sin pavimentar y no es raro ver el acueducto de aguas negras canalizado por zanjas a lado y lado de las calles. El agua potable proviene de un nacedero en la montaña y hasta ahora se están iniciando las obras para la construcción de un tanque y la red del acueducto. El servicio de energía es prestado por la empresa privada.
El sector de Mochuelo Bajo esta dividido en 4 barrios, cada uno con Junta de Acción Comunal (JAC), existe una escuela de educación básica primaria, un jardín de madres comunitarias del ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) y un jardín infantil que surgió de la colaboración y trabajo conjunto de la comunidad y una ONG (Fundación Apoyemos) que trabaja con comunidades en diferentes puntos de la ciudad. Para terminar la descripción física diremos que en todo Mochuelo solo hay un teléfono que es manejado por una de las Juntas de Acción Comunal (JAC) y atiende a los 4 barrios.
Para acercarnos a la gente de Mochuelo veremos que allí viven familias provenientes de todas las zonas del país que, en gran parte, llegan aquí a raíz del fenómeno del desplazamiento forzado. Igualmente hay familias e individuos que viven en Mochuelo por razones de seguridad, económicas o familiares que los llevan a dejar las zonas céntricas y/o deprimidas del casco urbano. El número de niños y adolescentes excede ampliamente al de adultos y adultos mayores. Hay un gran número de familias constituidas por 6, 8 o más personas, de las cuales solo una o dos trabajan. En muchos casos es la mujer quien asume el sostenimiento de las familias y algunos niños también se emplean en las ladrilleras o como ayudantes en los colectivos que “bajan” a la gente de Mochuelo a San Joaquín (casco urbano).
Como ya se había mencionado, la organización comunal esta compuesta por 4 JAC, las cuales han adelantado las pocas obras que se han llevado a cabo, han presentado proyectos ante la alcaldía local y han gestionado los trámites de reconocimiento y legalización del barrio ante Planeación Distrital. Además de las JAC la comunidad se organizado en otros dos grupos:
a) las madres comunitarias, quienes se encargan de los niños de 0 a 5 años mientras sus madres trabajan, aunque el número de niños excede la capacidad de los jardines infantiles
b) El grupo juvenil, de quienes hablaremos a continuación.
El grupo juvenil aparece hace 2 años como grupo de apoyo de las JAC para tramitar un proyecto ante la alcaldía local para la construcción de un parque recreativo. El proyecto fue aprobado pero después de año y medio su ejecución no ha comenzado. Con la colaboración (intermitente y ocasional) de la fundación Apoyemos se han organizado actividades con los niños de Mochuelo (brigadas de salud y actividades lúdico-recreativas). Los mismos integrantes del grupo reconocen que los proyectos nacen de sus ocurrencias y que aunque los han llevado a cabo no han podido construir un proceso al interior de la comunidad. En este punto es donde los estudiantes de la U.N. y los muchach@s de Mochuelo comienzan a trabajar juntos.
El grupo de estudiantes de la U.N. nos presentamos ante esta comunidad como ciudadanos con una preocupación clara, o mejor una idea en mente: Educación Popular. Nuestra propuesta es meramente educativa aunque estamos conscientes de los alcances políticos que esta puede tener. Así pues comenzamos el trabajo planteando una auto-observación de las condiciones sociales y económicas de Mochuelo, fue esta descripción, realizada por los muchach@s del barrio, la que brevemente presentamos al inicio de este texto. Contando ya con ciertos elementos informativos se plantearon unos núcleos problemáticos como la drogadicción, el madresolterismo, la inestabilidad de la unidad familiar, la inseguridad laboral y la desorganización y rivalidad entre los habitantes (esta última es muy marcada).
En verdad la problemática de Mochuelo es aún más amplia y refleja la realidad del país, pero aún así sabemos que un aporte desde la educación es clave e importante. De acuerdo con la observación y reflexión que nosotros, los estudiantes de la U.N., hemos venido haciendo nos atrevemos ya a plantear un proceso que pueda, a su vez, abrir alternativas para la resolución de los núcleos problemáticos antes mencionados. Pero más allá del tratamiento de estas situaciones conflictivas buscamos que los muchach@s del grupo desarrollen ciertas capacidades y manejen ciertas herramientas que les permitan ser promotores de cambios culturales que lleven a cambios en la manera de vivir la sociedad, la política y la economía. En últimas se busca que la construcción de una comunidad en la que convivan individuos activos, participativos y transformadores se dé desde un proceso de educación popular.
Llegados a este punto es necesario hablar de la propuesta educativa y para esto hay que exponer brevemente algunas ideas que nos introducen al por qué de las temáticas, medios y finalidades de los talleres que se han venido realizando con los muchach@s del grupo juvenil.
Nos referiremos a actos comunicativos como a todas aquellas actuaciones que pasan por el lenguaje (sea este escrito, corporal, visual o auditivo) y tiene como elementos a un emisor, un mensaje y un receptor interactuando e intercambiando una carga cultural, unas intenciones y unas expectativas mediadas por el sistema de inferencias individuales. De lo anterior resaltamos la intención del emisor (sea esta informar, pedir o propiciar una reacción o actitud) y la correspondiente respuesta del receptor. Como ya se ha dicho los actos comunicativos tienen una intención y buscan generar un efecto en el receptor u obtener una respuesta de este. Es claro que en nuestros días bombardeados de publicidad, radio, telenovelas, libros, religiones, escuelas y una larga lista de emisores, nosotros, los que estamos al otro lado del canal, estamos siendo requeridos para tomar posiciones, adoptar actitudes y responder ante tanta intencionalidad; tratando de salvaguardar lo más valioso de nuestra personalidad e identidad como colombianos en los escenarios informales que aún no han sido profanados por el bombardeo informativo intencionado.
Como se ve hoy en día esos escenarios familiares y comunitarios cada vez se ven más permeados por aquellas informaciones que inducen y empujan a individuos y colectivos a la cultura global del adormecimiento del valor del ser humano y a la aceptación masificada de la explotación indiscriminada de la tierra y del hombre por el hombre como eje de la vida social. Todo en el marco de una sociedad experta en el arte del disfraz y la mascarada. Día a día se nos presentan los últimos avances tecnológicos, que retan la infinita sabiduría de la naturaleza, como la comprobación del poderío de la maquiavélica mentalidad algunos científicos y gobernantes. Por otro lado mencionan, promulgan, se escudan, luchan y hacen barcos de guerra por, para y con la DEMOCRACIA. Nos venden desde ropa y electrodomésticos hasta políticas internacionales y conflictos bélicos como accesorios necesarios para mantener la LIBERTAD y el ORDEN.
Para algunos lo anterior no es ningún descubrimiento, pero para miles es una realidad entre telones, tramoyas y maquillajes que se pierde en el espectáculo rutinario informativo de los medios masivos de comunicación y otros escenarios comunicativos que van desde lo religioso a lo educativo. Muy posiblemente aquellos que no encuentran nada nuevo en este texto han recibido una educación privilegiada y han desarrollado ciertas habilidades lingüísticas que, en menor o mayor medida, les han permitido construir un escudo-filtro que los protege en diferente medida del bombardeo que tiene aturdid@s a miles.
Al hablar de habilidades lingüísticas nos referimos específicamente a las que permiten el desarrollo de habilidades cognitivas superiores. Enfáticamente hablaremos de alfabetismo. El alfabetismo se constituye como la tercera etapa del desarrollo del lenguaje considerando aquí que las dos primeras son las que se remiten al uso de este para nombrar las cosas del mundo en el entorno, referirnos a la experiencia inmediata y regular la actividad cotidiana.
De las habilidades cognitivas superiores daremos dos ejemplos: La reflexión consciente e individual sobre el conocimiento adquirido y la habilidad para conectar experiencias vividas, conocimientos teoricos y formulaciones empíricas a la hora utilizar nuestro lenguaje en situaciones especificas. Pero principalmente quiero que tengamos en mente aquella habilidad cognitiva que permite reconocer la intencionalidad de los actos comunicativos; la cual reúne elementos muy importantes, tanto en el plano linguistíco como sociologico y cultural. Esta habilidad es a la que nos hemos referido como escudo-filtro.
Así pues, consideramos que el alfabetismo es una de las habilidades lingüísticas que definitivamente potencian el desarrollo de las habilidades cognitivas superiores y que permiten una serie de ejercicios mentales que pueden llevar al individuo a reconocer, evaluar y criticar los actos comunicativos con los que tiene contacto a diario.
En algunos contextos el alfabetismo se considera como una habilidad todo o nada (como en el contexto político, en el que se considera este como un indicador de desarrollo cultural y económico), es decir que cuando se llega a desarrollar una manipulación sintáctica y gramaticalmente correcta (tanto en la lectura como en la escritura) de los signos gráficos de una lengua se pasa del analfabetismo al alfabetismo. En este nivel y desde esta perspectiva aún no se han explorado ni desarrollado todas las potencialidades del lenguaje escrito que permitirían ir más allá de comentar o narrar los eventos de la vida diaria (que aunque pasan por el lenguaje escrito harían parte de las dos etapas primarias del desarrollo del lenguaje anteriormente mencionadas). “Únicamente escribiendo se lucha con las palabras y los significados para alcanzar la precisión y explicites en lo que se quiere comunicar”[2]. De esta manera queremos introducirnos en la reflexión sobre la importancia del alfabetismo ( lectura y escritura), su desarrollo gradual y su relación con la vida social de los individuos, de tal manera que se pueda valorar y recomendar un énfasis más que justo en este tópico a la hora de pensar un aporte social desde las carreras universitarias que estudian las ciencias del lenguaje, y el planteamiento de alternativas de investigación y acción en educación popular.
Es en este sentido que hemos orientado los talleres, de tal manera que los muchach@s puedan explorar, experimentar y explotar su competencia comunicativa[3]. Hay que aclarar que como el proyecto ha evolucionado, hemos venido experimentando con otros lenguajes como el corporal, el musical, el lúdico y el visual. Hemos descubierto también niveles de competencia comunicativa en estos lenguajes y esto nos ha llevado a nuevas preguntas y actividades. Las temáticas, en un principio, giraron en torno a temas que individualmente escogieron, ahora los temas están conectados con su problemática local. En este aspecto hemos sido los estudiantes U.N. quienes han hecho hincapié en el estudio y la reflexión de la problemática global como herramienta de formación critica.
Sería muy extenso mencionar específicamente los temas que se trabajan o explicar la dinámica de los talleres, y aún no es posible dar cuenta de resultados finales. Lo que sí hay que tener presente es que las condiciones económicas en las que se ha venida desarrollando el proyecto son precarias y aunque la organización de eventos (fiesta y rifas) nos ha dejado algunos recursos estos no son suficientes. Principalmente lo que ha menguado el crecimiento del grupo es la falta de una dirección artística idónea (sí tenemos en cuenta la formación academicista de los estudiantes U.N. que participan en el proyecto) y de los materiales e implementos necesarios. Es imperativo que otros estudiantes se vinculen como talleristas y colaboradores. Tenemos en mente proyectos con los adultos mayores y con la comunidad en general ( por ejemplo un cine club que proyecte filmes con trasfondos sociales y humanistas) que pueden generar conciencia y unión en la comunidad.
Queremos, por último, decir que Mochuelo Bajo es tierra fértil para la convivencia pacifica y la construcción de comunidad[4] y que las ideas para hacerlo no se nos agotan. Los muchach@s y los estudiantes U.N. entendemos que hasta ahora estamos avistando un horizonte, razón que nos lleva a remar despacio, medir las fuerzas y continuar.
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