Mesas Ciudadanas
para una Agenda de Paz
Taller agrario y cultivos“ilícitos”
- 5 de abril de 2002
Ponencia
LA ECONOMÍA RURAL Y LAGUERRA
Hector Mondragón
Abril 5 de 2002
Si para alguien ha sido terrible la realidad después de la aprobación de la Constitución de 1991, ha sido para los campesinos. Más de un millón han sido desplazados desde entonces por la violencia, especialmente en las comarcas donde existen o se planifican megaproyectoso inversiones petroleras. Son las víctimas prioritarias de las masacres diarias. Colombia ha aumentado la importación de alimentos por ocho como resultado de la “Apertura Económica” y del ingreso en la Organización Mundial de Comercio. La deuda campesina es alta.La cosecha de café bajó de 16 a menos de 10 millones de sacos al año; el año pasado importamos café de Perú y éste (el 2002), peor, los países latinoamericanos destruirán parte de su cosecha porque el precio llegó a niveles bajos extremos.
Para completar, las entidades del Estado que prestaban servicios a los campesinos han sido desecadas, desmanteladas y varias definitivamente liquidadas. Es el caso del ICA que prestó un importante servicio al campesinado al transferirle tecnología en forma continuada. Este instituto se suponía que iba a ser remplazado por la asistencia técnica municipal, la cual solamente opera en muy pocos lugares.Solamente un 10% de los campesinos recibe “alguna” asistencia técnica, que a veces es mínima.
El crédito de fomento rural, desmontado paulatinamente, especialmente desde 1987 y para 1997 ya solamente cubría al 7% de los productores. Recibió el golpe de gracia con la liquidación de la Caja Agraria. Murió el Himat (que adecuaba las tierras), en manos de lacorrupción. El Incora bloqueado por los políticos en cada región, recibe cada año menos presupuesto, en relación inversa con la necesidad de reforma agraria, agravada por el incremento diario de los desplazados.El DRI, desfinanciado y sin el ICA que era su alma,e stá en el pabellón de la muerte.
Se explica así el crecimiento de los cultivos ilegales, presentes en la cuarta parte de los municipios del país y que a la vez son pretexto para más ataques a los campesinos y más desplazamientos con las fumigaciones aéreas, que lejos de contener esos cultivos, les han hecho proliferar al causar su dispersión, aumentando la destrucción de los bosques y selvas, porque 200 mil familias campesinas sin mercados ni tierras, no tienen otra salida que sembrar más coca y amapola para compensar el costo de la fumigación y de la lejanía de las nueva parcelas.
¿Qué tanta culpa tiene la Constitución de semejante desastre? En parte, especialmente porque propició un “reajuste” institucional a partir del artículo transitorio 20, prolongado en las facultades extraordinarias al Presidente (que ya existían en la anterior Constitución) y no puso un freno eficaz a ese reajuste, de manera que ha sido hecho sin tener en cuenta el conjunto de los derechos ciudadanos y en especial los derechos de los campesinos relativos a la intervención económica del Estado y la inversión social. Hay normas, como la prohibición de transferir competencias sin dinero (artículo 356), pero hasta ahora no ha habido cómo hacerlas cumplir.
En parte, también, porque las normas de la Constitución sobre los campesinos tienen un gran Talón de Aquiles: Los campesinosno tienen tierras inalienables como las comunidades indígenas, ni se ha dispuestoun régimen constitucional que les permita obtener esta protección,como sucedecon los afrocolombianos. Esto significa que los campesinos son altamente vulnerables al desplazamiento, no solamente por la violencia que ha sido el más común, sino por las petroleras, minas y megaproyectos y por las deudas, con un sistema bancario que ya no tiene tasas de interés especiales para el campesino.
Los pueblos indígenas cuentan con normas que protegen su propiedad colectiva de la tierra: la Constitución define la inalienabilidad de los Resguardos y de las tierras comunales de los grupos étnicos y prohíbe explotar los recursos naturales en perjuicio de la integridad de los pueblos indígenas. La protección constitucional está entrelazada con el convenio 169 de la OIT, ratificado por Colombia por la ley 21 de 1991, el mismo año de aprobación de la Constitución.
Aunque la juridicidad internacional está basada en los acuerdos entre Estados y por ello está limitada por sus intereses, hay que destacar los avances de la Organización Internacional del Trabajo OIT con los Convenios 107 y 169 sobre derechos indígenas. La OIT tiene la particularidad de incluir en su dirección y en la delegación de cada país a los sindicatos, partes no gubernamentales, modelo más apropiado para tratar los conflictos. Así las luchas indígenas se reflejaron en estos Convenios, así fuera de manera distorsionada y especialmente el 169 es un reconocimiento internacional de la resistencia indígena.
La OIT se ha ocupado también de establecer varios Convenios sobre los derechos de los trabajadores rurales, que han sido muy importantes enlas luchas concretas. Sin embargo aun hace falta desarrollar un Convenio completo sobre los derechos campesinos y en particular sobre la propiedad campesina de la tierra.
Es decir el campesinado colombianos no tiene suficiente garantía de sus derechos de propiedad de la tierra y ello ha facilitado el proceso de concentración de la propiedad rural que se remonta a 1981. Los grandes propietarios, cinco mil personas, pasaron de tener el 32% de la tierra en 1984 a ser propietarios del 45% en 1997 y del 50% hoy.
La revolución mexicana, estableció la inalienabilidad de las tierras comunales y los ejidos, lo cual protegió, no solamente a los indígenas sino, a parte del campesinado. Precisamente para ingresar al tratado de libre comercio con Estados Unidos NAFTA, precursor del ALCA, México debió derogar el artículo 27 de la Constitución de 1917 que establecía esa norma. Es decir que si Colombia entra al ALCA, como los dirigentes de poder del país se desesperan por lograr, no solamente no se daría protección a los campesinos, sino que se podría continuar con el desplazamiento de afrocolombianos y se desencadenaría el desplazamiento de indígenas como ya se observa en Chocó,en Riosucio (Caldas) y otras zonas.
Los campesinos han tomado conciencia de este fenómeno y saben que su lucha por tierra estuvo debilitada por el hecho de no reivindicar la inalienabilidad. Han luchado desde 1993 por un régimen de protección, cuya primera semilla fue la autorización decreación de Reservas Campesinas, de las cuales funcionan ya tres en El Pato (Caquetá), Calamar (Guaviare) y Cabrera (Cundinamarca), se han aprobado en San José del Guaviare, El Retorno (Guaviare), algunas veredasde Puerto Asís (Putumayo) y algunas veredas del sur de Bolívar. Está por aprobarse la delv Valle del Cimitarra y en turno las de Palermo (Boyacá) y Soacha (Cundinamarca). Estos pasos son importantes aunque pequeños y sin la garantía de la inalienabilidad.
Pero la Constitución no tiene la culpa de todo, ni siquiera de lo principal de la desgracia del campesinado. Los artículos 64 y 65 de la Constitución defienden al campesinado y a la producción de alimentos. El problema es que como sucede con todo el avanzado régimen de derechos de la Constitución de 1991, se quedan en el papel, porque las relaciones reales de poder imponen la violación de esos derechos democráticos, empezando por la vida.
La realidad, es que el poder está fuera de la Constitución. Desde 1963 Lauchlin Currie había escrito un libro, “Desarrollo Económico Acelerado” que ha regido más el destino del campesinado en la última década, que la Constitución del 91. Currie pensaba que los principales problemas que obstaculizan el“desarrollo”en Colombia son “la violencia, el secuestro y por supuesto el excesivo número de agricultores primitivo”[1].
Él creía que la competencia del campesino es excesiva e inaceptable para la agricultura moderna[2] y proponía reducir drásticamente el número de campesinos conuno de dos métodos: la atracción, con un programa de construcción de viviendas, que estableció Misael Pastrana y ya fracasó en resolver el problema agrario y el de vivienda, el UPAC; y la expulsión. “La guerra puede tomar el lugar de un programa económico de movilidad acelerada...no mediante las leyes naturales de la economía, sino mediante un choque, eso es un verdadero rompimiento”[una verdadera “apertura”, se podría traducir].
El libro de Currie es la verdadera Constitución de Colombia en lo que al sector rural se refiere. Currie propuso reducir el número de campesinos por las buenas o por las malas. El número de campesinos siguió creciendo y ahora se aplica el artículo del“verdadero rompimiento” la guerra, que significa un genocidio aplicado con sierras eléctricas, masacres, asesinatos de dirigentes. Currie ya murió; la Constitución del 91 ni siquiera nació en el campo; el genocidio de campesinos colombianos está vivo. La realidad es el proceso de crecimiento del latifundio que vive el país, que puede detectarse en las estadísticas:
Cuadro 1
Distribución de los Predios y sus Superficies según Tamaños*
Tamaños Ha.
|
% Predios
1984
|
% Área
1984
|
% Predios
1997
|
% Área
1997
|
0 a 100
|
96,9
|
40,0
|
97,4
|
34,5
|
100 a 500
|
2,7
|
27,5
|
2,3
|
20,5
|
+ de 500
|
0,4
|
32,5
|
0,3
|
45,0
|
*Excluidos departamentos con superficie predominantemente en Resguardos indígenas
Fuente: RINCÓN, Claudia“Estructura de la Propiedad Rural y Mercado de Tierras”, Tesis de postgrado U. Nacional, Bogotá 1997, sobre la base de información del IGAC.
Distribución de las Fincas y su Superficie y Uso Agrícola según Tamaños
Tamaño 1995 – 1996*
|
% Fincas
1995
|
% Fincas 1996 |
% Tierra 1995 |
% Tierra
1996
|
% Uso Agrícola
1995 |
% Uso Agrícola
1996
|
Muy Pequeño (0 a 5 Ha.)
|
46.8 |
50.2 |
3.2 | 3.7 |
38.6
|
32.8
|
Pequeño (5 a 20 Ha.)
|
27.5 |
27.8 |
9.9 |
10.9 |
22.9
|
19.8
|
Medio Bajo(20 a 50 Ha.)
|
12.8 |
11.8 |
13.8 |
14.0 |
12.7
|
11.2
|
Medio Alto (50 a 200 Ha.)
|
10.2 |
8.0 |
33.9 |
28.2 |
6.9
|
7.3
|
Grande (+ de 200)
#
|
2.8 |
2.2 |
39.9 |
43.1 |
2.5
|
1.7
|
* Pedazos en el Segmento de la Muestra PSM# hasta 500,1.000 Ha.o 1.200 Ha. Según Depto.
Fuentes: DANE. Encuesta Nacional Agropecuaria, 1995, pg. 173 y 1996 información inédita.
Los datos del catastro guardan una coherencia muy grande con los de las encuestas agropecuarias y el hecho de que en la encuesta de 1996 (y en la de 1995) el segmento que concentra propiedad comience en las 200 ha. se debe sólo a que se trata de pedazos de unidad de producción en el segmento de la muestra (PSM) es decir fincas incompletas. Por lo mismo en la encuesta de 1996 no hay pedazos de más de 1.200 Ha. Mientras que los predios del catastro se registran los predios en la totalidad de sutamaño.
En una segmentación minuciosa de la información del catastro la concentración más fuerte se produce en los predios de más de 2.000 Ha. Esto tiene como paralelo en la encuesta de 1996 el crecimiento delárea de los PSM de más de 500 y 1000 Ha.
Ya en 1986 se sabía[3] como había datos que esta tendencia y el inicio de un nuevo proceso de concentración: el tamaño promedio de los predios de más de1.000 Ha. pasó de 2.674 Ha. en 1970 a 3.562 Ha. en 1984 y algunas zonas como el Valle del Cauca (según CEGA) y en el Magdalena Medio (según la Universidad Cooperativa seccional Barrancabermeja) se registraban importantes. En Barrancabermeja 3.204 predios registrados en 1981 se concentraron en sólo 2.318 registrados en 1983. Efectivamente, el modelo de concentración del Magdalena Medio en torno a la construcción de la “Carretera de la Paz” con grupos paramilitares, compras de predios por narcos y especuladores y desplazamientos de población, se convirtió en el modelo dominante.
Recientemente, un estudio de la Contraloría General de la Nación [4], identificó al Occidente colombiano como la región de más alta concentración de la propiedad rural y al Valle del Cauca como el departamento donde más se incrementó más entre 1985 y 1996. Una concentración alta también es observada por ese estudio en Antioquia, Sucre y Cesar. El estudio de Rincón sobre el catastro detecta que el proceso de concentración entre 1984 y 1997 fue mayor en Cesar, Bolívar,Valle, Quindío, Caquetá y Putumayo; en tanto que las Encuestas Agropecuarias del Dane permiten identificar procesos de concentración de las explotaciones agropecuarias en Meta, Casanare y Chocó.
La relatifundización se produjo como resultado de la conjunción de fenómenos económicos y políticos:
La expansión de los grupos paramilitares y del conflicto armado, que han propiciado desplazamientos de población y apoyado procesos de concentración de la propiedad de la tierra en cabeza de narcotraficantes, ganaderos, especuladores y de los mismos dirigentes del paramilitarismo;
La economía del narcotráfico que produjo en primer lugar una nueva capa de compradores de tierra latifundistas, que elevó los costos del dinero y el crédito fortaleciendo las causas de especulación con la tierra y que al mismo tiempo generó una salida económica en las zonas de colonización a parte de los campesinos y jornaleros desplazados por la violencia o por causas económicas;
La apertura económica que aumentó en 700 % las importaciones de alimentos y provocó una drástica reducción del área sembrada, especialmente en cereales.
Entretanto por la dinámica de compra de tierra por los grandes propietarios, se ha extremado la distribución del área sembrada según el tamaño de las fincas que ha caracterizado a Colombia y según la cual entre más grande sea la finca menos proporción de área sembrada tiene. En 1996 la distribucióndel área total sembrada del país por tamaño de fincaera:
Porcentaje (%) del Área sembrada del país según tamaños de finca (PSM)
Tamaño Ha.
|
%
|
0 a 20
|
43,3
|
20 a 50
|
20,3
|
50 a 100
|
13,4
|
100 a 200
|
12,8
|
200 a 500
|
7,8
|
+ de 500
|
1,3
|
Fuente: DANE Encuesta Nacional Agropecuaria 1996
Esta distribución del área sembrada del país no obedece a que las tierras útiles estén en las unidades pequeñas, pues ellas tienen una proporción de las tierras improductivas del país, cuatro veces más altas que el porcentaje de superficie total que poseen. Si las grandes propiedades pagan menos impuestos es porque los evaden subvaluando los predios en el catastro: Las unidades más grandes tienen una proporción de las tierras improductivas de Colombia equivalente a la mitad del porcentaje de la superficie que poseen con respecto a la total nacional. Se trata de una relatifundización, es decir de la acumulación de la tierra en la gran propiedad con fines especulativos y no productivos.
Presencia Campesina, Modernización y Globalización
Este proceso se verifica en medio de una realidad que está muy lejos de producir el cuadro de reducción de la población ruraly en particular de reducción del campesinado que algunos se imaginaron para elfin del siglo. Aunque la población rural se ha reducido entérminos relativos, ha seguido aumentando en términos absolutos de 6 millones de personas en 1938 a 11,6 millones en 1993.
Otro tanto ha ocurrido con la población económicamente activa del sector agropecuario que pasó de 1,9 millones en 1938 a 2,7 millones en 1993. Aun más, los “trabajadores por cuenta propia” del sector (campesinos medios) pasaron de 600 mil en 1938 a 70 mil en 1964 y 800 milen 1993.
Se ha reducido en cambio y drásticamente desde 1964, el número de patronos del sector agropecuario, especialmente por la quiebra de los pequeños empresarios. En 1964 había 2,3 trabajadores agropecuarios por cuenta propia por cada empleador, mientras que en 1993 eran 4,7 cuenta propia por empleador. En el mismo período los jornaleros pasaron de 3,3 a 7,7por empleador. Según las Encuestas de Hogares del DANE el número de patronos rurales se redujo entre 1988 y 1985 en un 10 % y la proporción de asalariado por patrono pasó de 6,3 a 8,3 asalariados por empleador.
Es decir, el lento proceso de “modernización” del campo colombiano, no ha producido ni una reducción de la población rural en términos absolutos ni la reducción de la población activa en el sector agropecuario ni una reducción del número de campesinos, pero sí una reducción del número de empresarios rurales.
No faltaron en el pasado los economistas dogmáticos [5] que anunciaron que la funcionalidad del campesinado se extinguía y que se iba descomponer y de hecho se estaba descomponiendo “aceleradamente”. Sin embargo analistas más juiciosos se dieron cuenta de la capacidad de la economía campesina para sostenerse a pesar de los procesos de diferenciación y descomposición y de las condiciones adversas.
El fenómeno característico de Colombia ha consistido en que tanto a población rural, como la dedicada a la producción agropecuaria y también el campesinado propiamente dicho, a la vez que han disminuido paulatinamente el porcentaje que representan con respectoa la población total del país, han aumentado continua e ininterrumpidamente su número.
Frente a tal realidad se enfrentó la visión de Lauchlin Currie [6] sobre el desarrollo, que ha guiado los planes oficiales colombianos desde hace 45 años. Currie consideró siempre como una misión histórica el rompimiento de este modelo demográfico. “Sobra mucha gente en el campo y en la agricultura” se ha repetido desde entonces.
En Colombia, sin embargo, todos los censos de población de este siglo, incluidos desde luego los de 1964, 73, 85 y 93 han seguido registrado el aumento de la población rural y de la dedicada a agricultura, ganadería, caza y pesca, e inclusive los trabajadores independientes en estas ramas deactividad y en el sector rural (aunque el aumento de campesinos jornaleros haya sido más veloz).
Este resultado podría ser una sorpresa para los dogmáticos, pero no lo era para Currie quien constataba como a pesar del descenso relativo de la población del campo, “la fuerza de trabajo rural ha seguido creciendo en términos absolutos en varios países” [7] y, pensaba que dada“la cantidad de personas de que se trata, debemos suponer la continuación de la agricultura tradicional por mucho tiempo”[8] y “en cualquier caso no podemos esperar que se movilice el grueso de la población rural” [9].
Otro “desarrollista”, Edith Whethem consideraba que “la política apropiada para un gobierno que persigue la eficiencia económica consiste en estimular el éxodo de la agricultura y la consolidación de predios por todos los medios que no creen una conmoción política intolerable”[10]. En 1966 Currie recordaba la recomendación de John Coppock de reducir anualmente en 4 %el número de personas dedicadas a la agricultura, que para Colombiasignificaba 800mil agricultores menos en diezaños[11] , número cercano al delos desplazados por la violencia entre 1987y 97.
Currie mismo recomendaba un programa deliberado de movilidad acelerada paraconseguir la suficiente emigración del campo y partiendo delanálisis histórico sostenía que la guerra puede tomar ellugar de un programa deliberado de movilidad acelerada...no mediante las fuerzas económicas naturales sino por un programa de choque, resultando una verdadera apertura o rompimiento (breakthrough) Según él,nen ese caso “podemos hablar con confianza de un despegue garantizado.” [12].
Consecuentemente, Currie se oponía a que el problema agrario fuera resuelto haciendo a muchos pequeños agricultores más eficientes yproductivos pues esto mantenía “demasiada” gente en la agricultura[13].
La visión de Currie de un campo “moderno” con grandes fincas capitalistas mecanizadas como clave del desarrollo nacional fue la clave iluminó el Acuerdo de Chicoral y la clausura de la reforma agraria en la década de los 70 y sigue siendo la guía de la guerra que vive Colombia.
Los diferentes programas desarrollistas con los cuales se quiso“modernizar” el campo reduciendo la población dedicada a la agricultura no surtieron el efecto de modernizar, ni el de “limpiar” las tierras de campesinos. A pesar de las 393.648 parcelas que, según Carlos Lemoin [14], perdieron los campesinos durante la Violencia de los 50, la población de fuera de las cabeceras municipales pasó de 6 millones en 1938 a7 en 1951 y 8 millones 400 milen 1964, en tanto que el número de trabajadores independientes dedicados a la agricultura pasó de 609 mil en 1938 a 719 mil en 1964. Ni siquierala Violencia pudo evitar el aumento de población rural y campesina.
Es indudable que el campesinado ha demostrado una capacidad de resistencia,. Un estudio de los datos de posición ocupacional del censo de 1993 muestra que los municipios con permanencia guerrillera tienen un alto porcentaje de población rural registrada como trabajadores por cuenta propia y empleadores (de un promedio de 1,5 asalariados por patrón).
El problema sigue siendo si se trata de “vencer” esa resistencia y eliminar a los “ineficientes” agricultores tradicionales“que cultivan tierras marginales en predios de tamaños antieconómicos” [15] o en aceptar que el campesinado puede abrir una vía alterna de desarrollo económico y social si cuenta con el apoyo de programas masivos, que lo doten de los medios de producción adecuado y le permitan tanto consolidarla economía campesina y la cultura propia, como desarrollar formas asociativas propias e iniciativas empresariales como granjero y cooperativista.
Esta alternativa que estuvo planteada anteriormente entre gran la agricultura y ganadería nacional y la mayoría de los campesinos, hoy se plantea en una escala mayor, entre la agricultura y ganadería mundial (extranjera) de alta productividad y megaproyectos viales e inversionespetroleras, mineras y agroindustriales de una parte, y de otra parte laeconomía campesina nacional.
Es el resultado de la apertura económica que ha globalizado elproblema agrario. Currie sabía que llegaría el momento en que laalta productividad agrícola y pecuaria de Estados Unidos y Europa enfrentaría a nuestras economías campesinas[16] , luego tampoco este resultado puede considerarse imprevisto. El campesinado ya no enfrenta sólo ni principalmente a la “vía terrateniente” sino especialmente al capital transnacional y su modelo de globalización, que necesita“limpiar” el territorio de gente ineficiente o sobrante y lo está tratando de hacer mediante la guerra. Parecería que ahora sí llegó la hora del rompimiento (con la economía campesina). La apertura económica, la nueva Violencia con la gran masa de desplazados, así parecen anunciarlo. No sólo hay desplazados porque hay guerra, sino especialmente hay guerra para que haya desplazados.
Son los grandes proyectos del inversión los que centran ahora todo el espacio rural y subordinan a ellos el futuro de las comunidades. El plan de desarrollo del gobiern de Pastrana, asignó al campesinado un papel completamente subordinado a la gran propiedad. "Cambio para construir la paz" del actual gobierno, afirma que:
"...se impulsarán núcleos productivos agrícolas y forestales, en los cuales se focalicen los esfuerzos de apoyo estatal al desarrollo rural. Esto se entienden como procesos socioeconómicos generados alrededor de una actividad principal en la cual las comunidades rurales se integren con el sector empresarial en alianzas estratégicas dentro de proyectos productivos exitosos ya emprendidos o con altas probabilidades de competitividad...Esta estrategia contaráademás de losrecursos del sector privado, con fondos públicos y originados en el Fondo para la Paz y en cooperación internacional".
"En la ejecución del programa de reforma agraria se propenderá por la utilización de un modelo eficiente y transparente de negociación voluntaria y la compra de tierras, dentro de proyectos productivos concretos, realizados de manera descentralizada y conveeduría ciudadana...enlos que, dependiendo de su costo, se puedan financiar parcial o totalmente no sólo la tierra sino también los activos productivos..." [17]
En resumen, el Gobierno de Pastrana se propuso una reforma rural que pusiera a depender todo de una gran inversión central, articulando a los pequeños productores en el sistema de “alianzas”,título ideológico bajo el cual se definía susubordinación real. Al tiempo hablaba de mantener el mercado subsidiado de tierras de la ley 160 de 1994. En realidad vio marchitar a este y apenas logró iniciar los programas de alianzas, especialmente porque privilegió para impulsarlo el cultivo de la palma africana que tuvo malos precios en el mercado internacional y en parte porque el crédito del Banco Mundial solamente se aprobó a comienzos del 2002. Pero la aprobación de este crédito, que llegará después del fracaso de las negociaciones de paz que hubieran abierto el paso a una reforma agraria, simboliza que se ha escogido nuevamente el camino de la hegemonía de los grandes propietarios.
El gobierno buscó desde 1998 sustituir el programa de mercado subsidiado de tierras por lo que el gobierno llamó “alianzas estratégicas entre grandes y pequeños propietarios y empresarios y lo que el banco llama “asociaciones para la producción”, queno buscan el fortalecimiento de la economía campesina, sino la subordinación del campesino y la entrega de su propiedad a las grandes explotaciones.
El Banco Mundial aprobó el 22 de enero de 2002 un proyecto de US$ 32millones para apoyar un esquema de asociación productiva entre las comunidades rurales y el “sector privado”.
Según sus autores, en el marco del “Proyecto de respaldoaasociaciones productivas”, que tiene un costo total de US $ 52,32millones,las organizaciones pequeños agricultores podrán accedera losmercados pertinentes estableciendo una asociación productiva conempresasdel sector privado. Para ello contarán con la ayuda deinstitucionesfinancieras, el gobierno y organizaciones no gubernamentales. Porotra parte,las empresas agroindustriales tendrán la oportunidad deexpandir lasactividades de procesamientode alimentos al asegurar suabastecimiento departe de los pequeñosproductores.
El énfasis del proyecto estará puesto en la creación
yfortalecimiento de “asociaciones productivas” que son las mismas
“alianzas estratégicas” del Plan de Pastrana.Financiarán
también subproyectos de capacitación,asociación productiva
para mejorar la infraestructura agrícola,incluido canales de riego,
instalaciones de acuicultura, invernaderos,maquinaria, equipo y estudiosespeciales.
El crédito de margen fijo y enuna única monedatiene un vencimiento
a 13,5 años y unperíodo de gracia de 8,5años.
Aunque la distribucióngeográfica no es definitiva se han seleccionado
ocho zonas: cinco dedominio de los grupos paramilitares (Urabá, Córdoba-Sucre,
Cesar,Magdalena Medio y centro-norte del Meta; una zona donde hay expansión
deesos grupos (oriente de Caldas-norte del Tolima-noroccidente de Cundinamarca)
yfinalmente Huila (departamento de origen del ministro de agricultura) yla
zonafría de Boyacá, donde la crisis del cultivo de papay del
mercadode la leche, por las importaciones, ha resquebrajado la relativaestabilidad
delminifundio campesino y la mediana empresa comercializadora.
El origen yel énfasis del proyecto hay que ubicarlo en los palmicultores.
El primerministro de Agricultura del gobierno de Pastrana era él mismo
uno deellos. Dentro del contexto del Plan de Desarrollo y del Plan Colombia
seplanteó acelerar la expansión del cultivo de palma quehabían
pasado de 250 hectáreas en 1957 a 63 mil en 1988 y 148 milen 1999.
La paradoja ha sido que si bien durante el primer año de laadministración
Pastrana la palma africana aumentó su áreaal ritmo rápido
que traía desde antes, en los añosposteriores frenósu
expansión porque el mercado internacional setornó desfavorable,
desde finales de 1999 cuando el cultivo habíasobrepasado las 150 mil
hectáreas en el país.
En Malasia,por ejemplo, mientras hubo un incremento en la cosecha del 30%
durante elperíodo comprendido entre septiembre y octubre del 2000,
el preciobajó paulatinamente durante todo el año hasta alcanzar
un 40%menos en octubre de lo que se había cotizado el producto enenero
delmismo año. Malasia, que es el mayor productor y exportadorde palma
delmundo, tiene muchísima experiencia en el tema y no precisamente
positiva,especialmente para la gente y el ambiente. A fines del mes de mayo
de 2001,muchos productores malayos se vieron obligados a quemar la frutamadura
de suproducción "porque es demasiado costoso trasladar el producto
a la plantaprocesadora más cercana por la disminución del precio
de la palmaen el mercado mundial"[18].
Tres de las zonas priorizadas para el programa de apoyo a las asociaciones: Meta, Magdalena Medio oriental y Cesar son las principales zonas productoras depalma africana. Este es un cultivo de gran propiedad y de hecho una tercera parte está en fincas de más de 2000 hectáreas y otra tercera parte en fincas de entre 500 y 2000 hectáreas. Las tres zonas seleccionadas registran el mayor número y extensión de grandes fincas. Es posible entonces que la ecuación paramilitares-gran propiedad- palma-alianzas esté en medio de la dinámica del programa, que tendería así a correlacionarse con la situación de guerra, violencia y relatifundización.
Desde el punto de vista económico en las tres zonas de granproducción
palmera el programa entraría a subsidiar a los grandespropietarios
en un momento de dificultades del mercado y a afianzar el procesode extensión
de sus haciendas sobre las pequeñas propiedades queaun restan.
Como afirma la Asociación Campesina del Valle delrío Cimitarra.
(ACVC), estas plantaciones son "un triste ejemplo delcóctel de latifundismo
con aspiraciones de eficiencia o modernidad que alpretender ser productivo
no renuncia, sino al contrario se reafirma en su origenexcluyente y monopolista
del uso de la tierra". La ACVC agrega: "Se trata coneste sistema de incrementar
los rendimientos monetarios por hectárea sinalterar en lo absoluto
la estructura de tenencia de la tierra. Los nuevosseñores feudales
plantean las alianzas productivas que no son otra cosaque la aparcería
maquillada. Las alianzas son el remedio legal paraeludir las obligaciones
con los trabajadores agrarios desposeídos. Alvolver socio al trabajador,
el latifundista ahorra en jornales y elimina lashoras extras y las prestaciones
sociales. La clase propietaria considera que laadministración de las
alianzas deben conservarla ellos 'dada suexperiencia'.
En otros casos los neolatifundistas proponen sociedades alos pequeños
e incluso medianos propietarios y productoresinduciéndolos a asociarse
a los proyectos de monocultivo, mediante unsistema de endeudamiento con el
sofisma de la 'economía campesina de lapalma'. En realidad se trata
de contar con una oferta de materia primapermanente sin tener ninguna vinculación
laboral entre los latifundistasque controlan los procesos de elaboración
y comercialización y loscampesinos empobrecidos".
Ni siquiera los objetivos declarados, como elde encontrar mayor rendimiento
monetario por hectárea se cumpliránen este caso, ya que como
bien lo ha afirmado la ACVC, de lo que se trata es decontar con una mayor
oferta de materia prima, lo que beneficia a lastransnacionales comercializadoras
del aceite.
El daño másirremediable quizás será sobre elambiente
y por ende sobre lagente que vive en él y fundamentalmentela de menores
recursos. En unestudio publicado recientemente por el Institutode Investigación
deRecursos Biológicos Alexander Von Humboldtse afirma que "Es importanterecordar
que las plantaciones de palma no sonbosques, son ecosistemas uniformesque
sustituyen los ecosistemas naturalesy su biodiversidad. Esto usualmenteresulta
en impactos sociales y ambientalesnegativos: decrece laproducciónde
agua, se modifica la estructuray composición de lossuelos, se altera
la abundancia y composiciónde especies de fauna yflora, se pierdela
base del sustento de la poblaciónnativa y en algunoscasos se produce
el desplazamiento de las comunidadesnegras, indígenas ycampesinasde
la zona". Algunos ejemplos ya sehan documentado, como es el casode "lazona
palmera occidental (Municipiode Tumaco), en donde ladestruccióndel
bosque primario ha estado asociada,en muchos casos, alestablecimientodelcultivo
de la palma. Y como es sabido,una de lasprincipales causas paraqueespecies
de fauna ingresen a algunade lascategorías superioresde amenaza,es
la destrucción deloshábitats que las soportan"
[19].
Además de las zonas priorizadas por el proyecto del Banco Mundial paralas asociaciones productivas, están las priorizadas por el Plan Colombiapara las “alianzas”, especialmente el Putumayo y la banda occidentaldel Magdalena Medio. Allí la expansión de la palma y otrasplantaciones (caucho y cacao) se impone como parte de las acciones defumigación de cultivos ilegales, sustitución de cultivosyademás de subordinación de los colonos productores de cocaa lagran propiedad. También el proceso de guerra se interrelacionaen estaszonas con las “alianzas”.
En estas zonas como en todas aquellas que se expanden los monocultivos yplantaciones, el daño ecológico puede ser mayúsculo como yalo expresan las experiencias de Indonesia yMalasia [20].
Posiblemente en Boyacá y en parte del Huila el programa produzca efectos diferentes a los de las zonas de gran propiedad, paramilitarismoo PlanColombia. La relación entre medianos empresarios y campesinostiene menosdesequilibrios y los conflictos no se han expresado en forma deviolencia. Sinembargo los empresarios e intermediarios comerciales y procesadoresconstituyengremios con poder relativo con respecto a los campesinos y laasociaciónentre ellos no es simétrica ni equilibrada. Los campesinosrequerirían de una organización propia y autónoma losuficientemente fuerte para negociar contratos ventajosos, como ocurre desdeluego en cualquier cadena productiva, aunque en las condiciones actualesenestas zonas puede ser más factible lograrlo si hay una actividaddirigidaa ello y la violencia no se interpone.
Lo que resulta más evidente es que el Banco Mundial se orientaen ladirección contraria a la reforma agraria al priorizar cinco zonas dondelos campesinos intentan ser subordinados a la fuerza militar y económica. Esto desde luego significa virar en concordancia con el viraje hacia la guerra que ha dado la situación colombiana y apoyar ese viraje.
TRANSFORMAR LAS CONDICIONES
La titulación colectiva para los afrocolombianos, los resguardos indígenas (30 millones de hectáreas reconocidas), y laextensión e intensificación del programa de reservas campesinas,son la basede una alternativa de reforma agraria que si la ley autorizara laexpropiación por vía administrativa, reordenaría social yculturalmente la propiedad, generaría las condiciones para laplanificación y gestión de base de las comunidades ytransformaría política y económicamente a Colombia,trayendo una paz duradera.
[1] CURRIE, Lauchlin 1965 Desarrollo Económico Acelerado. F.C.E. México, p.192
[2] cit p. 59: “la competenciainsalvable que presenta a als máquinas el hombre con unaazada”.
[3] MONDRAGÓN, Héctor 1986 “Propuesta del campesinado”, en Economía Colombiana Nº 186, pg.17.
[4] OSSA, Carlos; CANDELO y MERA 2001.
[5] Por ejemplo ver SIABATO, Tarcisio 1986 “Perspectivas de la Economía Campesina”, en“Problemas Agrarios Colombianos”, Siglo XXI editores,Bogotá, p.p. 371-401.
[6] CURRIE, Lauchlin 1966 “Desarrollo Económico Acelerado”. F.C.E. México, 1968.
[7] Cit. p.92.
[8] Cit. p. 129.
[9] Cit. p. 130.
[10] WHETEM, Edith 1960 “The Economic Background to Agricultural Policy”. Cambridge Uiversity Press, London, pp. 97-98.
[11] CURRIE, L. Op. cit. p.53.
[12] Cit. p. 95
[13] Cit. p .86.
[14] Compañía Colombiana deDatos. Citado por ARANGO, Mariano 1982 “El café en Colombia 1930– 1958”. CIE – Carlos Valencia Editores,Medellín.
[15] CURRIE, L. Op. cit. p. 51.
[16] cit. p.p. 67-68.
[17] Cambio para construir la paz. PlanNacional de Desarrollo 1998-200, Bases" p. 260
[18] Boletín Nº 47 del WRM (Movimiento Mundial por los Bosques tropicales, Montevideo, Junio de 2001
[19] WRM Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales 2001 El amargo fruto de la palma. Capítulo 3
[20] SIMONS, Lewis M (text) and Michael YAMASHITA (photos) "Plague of Fire" National Geographic; August 1998. Tabién ]DJUWENG, Stepanus 1966 "Desarrollo contra Sustentabilidad: Unacuestión de confrontación ideológica", en IGWIA AsuntosIndígenas julio/agosto/septiembre 1966 Nº3: 52-56. De SURVIVALINTERNATIONAL "Malaysia: Empeora la crisis para los dayak en Sarawak",Acción, abril 1992 y “Tribes defy logres” 1998.