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Taller agrario y cultivos “ilícitos” - 5 de abril de 2002 - 8
a.m.
CINEP Carrera 5 #33A-08 Bogotá
1. EL PROBLEMA ALIMENTARIO
En primer lugar, descartemos la idea generalizada de que el problema
alimentario que se sufre en la mayoría de los países, y en
especial, en los denominados tercermundistas, subdesarrollados o en vías
de desarrollo es una cuestión de escasez de alimentos o que se deriva
de esa simple relación maltusiana de crecimiento poblacional vs.
producción. Las multinacionales dedicadas a la industria alimenticia
son las autoras y promotoras de estos argumentos, para encubrir el hecho
de que es el modelo impuesto por ellas el que genera cada día mayores
dificultades a los países para producir la cantidad y la calidad
de alimentos que necesitan las poblaciones, para vivir en concordancia
con sus culturas, con su historia y con sus recursos.
Desde el punto de vista del manejo del sistema alimentario, se puede
decir que el problema alimentario es la gran dependencia que tienen las
naciones para producir los alimentos que requieren y en la forma en que
cada nación de acuerdo a su condiciones .y a su historia los puede
producir. La dependencia se manifiesta en que las transnacionales, las
políticas y las fuentes de financiamiento controlan los componentes
del sistema alimentario. Dicho de otra manera, para producir un alimento,
una nación depende de las disposiciones de quienes tienen el control.
Ilustremos el problema con un ejemplo: una nación cuya principal
fuente alimentaria es el arroz, esta en dependencia cuando sus productores
se ven obligados a adquirir la semilla, primer elemento del proceso productivo,
a una empresa que ya monopoliza su consecución. Adicionalmente,
depende de unas técnicas asociadas y específicas para la
producción de esa semilla: uso de insumos externos vendidos por
la misma empresa. Ahora bien, ¿qué pasará con esta
nación cuando por un determinado conflicto o situación, la
empresa que vende la semilla, los insumos y las técnicas no desee
proporcionárselos más? El problema alimentario se liga enormemente
con el de la seguridad y el de la soberanía alimentaria.
Son varios los autores y autoras que han escrito al respecto, para abordar
el problema alimentario en forma integral y con el propósito de
dar una verdadera solución al problema alimentario. Sin embargo,
los organismos internacionales y los gobiernos del mundo insisten en que
el problema se deriva de un crecimiento poblacional excesivo, en la pobreza
y en la falta de alimento para calmar el hambre de miles de personas en
el mundo, especialmente del mundo ellos llaman en desarrollo. Con este
discurso comenzó la propuesta de la Revolución Verde, que
después de 4 décadas no hizo más que acrecentar el
problema alimentario.
2. LA SOBERANÍA ALIMENTARIA. RESPUESTA DE RESISTENCIA.
Las Organizaciones no Gubernamentales, ONG, y los movimientos populares
vienen trabajando un concepto que confronta el de la seguridad alimentaria
que promueven gubernamentales y las trasnacionales. Ellas y ellos proponen
que se amplíe la idea de seguridad alimentaria y se mire como un
asunto de soberanía alimentaria de las naciones.
La noción de soberanía alimentaria se entiende como el
derecho de los pueblos a alimentarse en correspondencia con sus especificidades
sociales, económicas, ambientales y culturales. Es decir, debe manejarse
con una perspectiva holística del sistema alimentario de manera
que haya acceso, disponibilidad, autosuficiencia, posibilidad de compra,
mercados justos, calidad y cantidad de alimentos sanos y limpios de toda
contaminación.
Junto a esa soberanía está la práctica de la autodeterminación
de los pueblos, que significa la independencia en la definición
sobre los alimentos que se consumirán y sobre la forma de producirlos.
Esa autodeterminación y esa soberanía política de
los pueblos en el terreno vital de su alimentación se posibilitan
con el acceso, la disponibilidad, la autosuficiencia, la posibilidad de
compra, la calidad y cantidad de alimentos. Por todo ello, es un concepto
de la mayor importancia para el futuro del planeta.
Para Elizabeth Bravo, de Acción Ecológica, organización
ecuatoriana, la soberanía alimentaria va más allá
del concepto de seguridad alimentaria, que es el de asegurar una suficiente
alimentación y segura para todos. Es velar por el autoabastecimiento
alimentario a nivel local, regional y nacional. Pero también es
la capacidad de tener control y decisión soberana en toda la red
alimentaria, desde la producción de alimentos hasta el consumo.
[Bravo 2000].
M.D. Nanjundaswamy de la Unión de Agricultores de Karnataka,
Vía Campesina, de la India, habla así de la soberanía
alimentaria:
Este derecho a alimentarse a sí mismo siempre se ha entendido
como parte de un sistema donde la soberanía alimentaria está
garantizada. La soberanía alimentaria supone un cuidado sustentable
y que el uso de recursos naturales, sobre todo de la tierra, del agua y
de las semillas, esté en manos de las comunidades que siempre los
han administrado [Nanjundaswamy 2000, 17].
Son alarmantes las amenazas que se ciernen sobre la soberanía
alimentaria.
En el contexto internacional se pueden señalar como amenazas
las medidas y políticas que se han venido orientando en relación
con el uso de Organismos Genéticamente Modificados, el control de
los mercados de semillas e insumos agrícolas por las compañías
transnacionales, la creciente número de patentes de recursos genéticos
por instituciones de investigación aliados de las multinacionales
de agrotóxicos y semillas, las investigaciones de bioprospección
y la biopiratería, la sustitución de alimentos naturales
por alimentos sintéticos (como sucede en el caso de la leche materna
que es sustituida tempranamente por leche procesada), la perdida de autonomía
cultural por el modelo de homogeneización que lleva a la desaparición
de las dietas, de la culinaria y de las actividades de integración
social, entre otras. Mientras la hambruna amenaza a grandes grupos humanos,
los excedentes de la superproducción de cereales son destinados
a la industria cárnica.
En contexto nacional, sobresalen la falta de acceso a la tierra y la
concentración de la propiedad y de los medios de producción
en pocas manos, el conflicto social y político que se ha tornado
violento y que no ha podido ser resuelto, el desenfoque del sistema educativo
y la exigua inversión en investigación, la desastrosa globalización
de la economía, el deterioro de los ecosistemas por el uso de tecnologías
inapropiadas
e impuestas, la disputa por la naturaleza, las amenazas de los fenómenos
climáticos, la pérdida de los saberes tradicionales, la falta
de políticas que favorezcan a los campesinos en tanto se favorece
las grandes agroindustrias contaminantes (flores, bananos, palma, caña,
etc.), la falta de políticas nacionales que favorezcan la producción
agroecológica y en conclusión la falta de una política
que garantice la soberanía alimentaría de la población
Colombiana.
3. LAS PROPUESTAS Y LAS ACCIONES
Las tareas son maratónicas. No obstante que existen tantas amenazas
para la consecución de la Soberanía Alimentaria, muchas comunidades
y organizaciones sociales trabajan en la recuperación del campo
y han iniciado el camino para la búsqueda de la soberanía
alimentaria mediante, por ejemplo, la lucha en el ámbito internacional
en las instancias decisión y regulación de políticas
alimentarias y/o por ejemplo en la promoción de la agricultura orgánica
dentro enfoque de una producción agroecológica sostenible.
Así por ejemplo, recientemente y "después de siete años
de arduos debates, la Conferencia de la FAO adoptó un Tratado Internacional
sobre Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura
el 3 de noviembre del 2001. Fue aprobado por 116 votos a favor, y dos abstenciones:
Estados Unidos y Japón. El nuevo Tratado revisa el Compromiso Internacional
sobre Recursos Fitogenéticos que existía anteriormente -
desde 1983 - y crea un acuerdo legalmente obligatorio que entrará
en vigencia luego de que lo hayan ratificado 40 Estados" (ETC group, nov.
7 del 2001, web site, http://www.etcgroup.org).
Pese a que el tratado tiene muchas debilidades, como el número
de especies que cubre, la falta de recursos económicos para financiarlo
y para implementar un sistema de reparto de beneficios, y ambigüedades
en torno al tema de la propiedad intelectual y las patentes, es un paso
positivo hacia la soberanía alimentaria mundial. El tratado establece,
entre otras cosas, un sistema multilateral facilitado de acceso al germoplasma
de una lista de 35 géneros de cultivos básicos para la alimentación
(entre ellos maíz, trigo, arroz, avena, frijoles, y otros) y 29
especies de cultivos forrajeros, los cuales además no podrán
ser patentados ni reclamados bajo ninguna forma de propiedad intelectual.
El Tratado establece también los llamados "Derechos del Agricultor"
es decir, el reconocimiento formal del derecho de los agricultores a conservar,
utilizar, intercambiar y vender semillas conservadas en su propia tierra
de cultivo; así como el derecho a la protección de los conocimientos
tradicionales sobre las semillas y a participar en la distribución
de beneficios que se derivan de la utilización de estos recursos.
Esto significa que los agricultores mantienen su derecho ancestral a seguir
intercambiando libremente cualquier tipo de semillas que hayan sido reproducidas
en sus tierras, aún aquellas que hayan sido registradas o patentadas
por empresas. (ETC group, nov. 7 del 2001, web site, http://www.etcgroup.org)
¿Pero cómo pueden las organizaciones locales apoyar este
tipo de tratados internacionales? La invitación es que las organizaciones
de base, gremios de campesinos, ONG´s, asociaciones, organizaciones
comunales, etc., se comprometan a exhortar a los Estados para lograr que
40 países ratifiquen el tratado antes de la Cumbre de la Alimentación
Cinco Años Después, programada para el 10-13 de Junio del
2002. Es necesario que la sociedad organizada presione con cartas y manifestaciones
a los países que aún no han firmado y ratificado el tratado.
En Colombia no existe una reglamentación sobre derechos del agricultor
y específicamente sobre "reconocimiento al hecho de que todos los
recursos genéticos agrícolas disponibles actualmente aún
los usados por las empresas o laboratorios provienen originalmente de la
labor creativa y colectiva de los agricultores y agricultoras, y que conservar
este proceso es imprescindible para la humanidad" (ETC group, 2001) y la
no- patentabilidad de los recursos genéticos aspectos que deben
ser delimitados en la legislación nacional, ya que así lo
establece el Tratado de la FAO y es así como se ratificaría
dicho tratado. Por ello es importante presionar al Gobierno Colombiano
y a las instancias que le competen para que ratifiquen el Tratado de la
FAO.
También es imprescindible que las organizaciones se empoderen
para obligar la concreción de una regulación sobre bioseguridad.
Aunque existe en la actualidad la Resolución 02935 del 2001, "por
la cual se reglamenta y establece el procedimiento de bioseguridad para
la introducción, producción, liberación, comercialización,
investigación, desarrollo biológico y control de calidad
de Organismos Modificados Genéticamente, OMG, de interés
en salud y producción pecuaria, sus derivados y productos que los
contenga" se deja por fuera lo concerniente a lo bioseguridad agrícola,
farmacéutica y la regulación de alimentos ya procesados que
ingresan al país. Adicionalmente tal resolución presenta
algunas inconsistencias que es necesario debatir, concertar y corregir.
También está en juego la aprobación del Protocolo
de Cartagena sobre seguridad de la biotecnología del Convenio sobre
Diversidad Biológica que actualmente se encuentra pendiente de debate
en la Cámara, la tarea es realizar un seguimiento a dicho debate.
Otras acciones en el ámbito legal con lo cual se puede hacer
resistencia es la prohibición de OGM. En muchos países se
prohibió a través de sus leyes y/o por la presión
social la entrada de Organismos Genéticamente Modificados, en especial,
de los cultivos transgénicos.
En cuanto a las acciones dirigidas a la puesta en marcha de sistemas
productivos sostenibles en armonía con el manejo y conservación
del medio natural, se pueden destacar las acciones con enfoque agroecológico
como la diversificación y la asociación de cultivos, el control
biológico de plagas, la protección de germoplasma tradicional,
la integración de sistemas agrícolas y sistemas pecuarios,
el manejo ecológico del suelo, la fabricación de herramientas
e instalaciones a partir de recursos locales, el procesamiento local de
alimentos, el uso racional del agua, la reforestación y recuperación
de cuencas, el establecimiento de reservas naturales campesinas y/o de
la sociedad civil, la recuperación de suelos, la implementación
de sistemas agrosilvopastoriles y sistemas agroforestales y la promoción
de formas de organización solidaria campesina.
4. LAS ACCIONES INMEDIATAS:
Lo anterior sugiere tres formas de resistencia: 1). Abordar el camino
de las legislaciones locales, nacionales o regionales para la prohibición
de los OGM. 2). Difundir e implementar la propuesta agroecológica
en los países del Sur, en la que se enfatice en el saber y poder
popular. 3). Realizar acciones populares en oposición a los OGM.
Estas tres acciones son esenciales en la construcción de la soberanía
alimentaria, de tal forma que nos permita a todos y todas tener una vida
digna, sana y autónoma. Para abordarlas es necesario asumir compromisos
y acciones específicas de resistencia. Para ello y en el marco del
contexto Colombiano se proponen las siguientes acciones:
Acciones del orden normativo:
· Seguimiento y debate de la Resolución 02935 del 2001.
· Presionar mediante cartas, comunicados, lobby y manifestaciones
para la aprobación del Protocolo de Cartagena sobre seguridad de
la biotecnología del Convenio sobre Diversidad Biológica
por parte del Congreso de la República.
· Presionar para que Colombia reconozca normativamente los derechos
de los agricultores y agricultoras y legisle sobre la no- patentabilidad
de los recursos genéticos.
· Realizar seguimiento y obligatoriedad de aplicación
por parte de Colombia al Tratado Internacional sobre Recursos Genéticos
para la Alimentación y la Agricultura el 3 de noviembre del 2001,
ya que Colombia firmó dicho tratado.
· Abordar el camino de las legislaciones locales, nacionales
o regionales para la prohibición de los Organismo Modificados Genéticamente.
Acciones del orden Productivo:
· Difundir la propuesta agroecológica y dispersar como
semillas en tierra fértil proyectos agroecológicos en procura
de logra independencia alimentaria.
· Recuperar, caracterizar y usar semillas locales tradicionales,
que por causas de la Revolución Verde se han perdido y/o subvalorado
lo cual ha causando una erosión genético - cultural.
· Crear registros de investigaciones a fin de identificar la
investigación del dominio público. Mediante el establecimiento
de registros de investigaciones se permite generar información de
suerte que quien pretenda patentar no pueda ya que existiría información
previa.
Otras acciones de resistencia:
· Realizar acciones populares en oposición a los OGM,
manifestaciones, seguimiento, denuncias a productos OGM
· Realizar inventarios de productos alimenticios procesados
que ingresan al país vía importaciones y que se verifique
que en su fabricación o procesamiento se uso productos procedentes
de OGM.
· Exigir regulación de etiquetado en el marco del derecho
del consumidor.
· Difundir la problemática de los OGM y su incidencia
sobre la Soberanía Alimentaria.
· Convocar o realizar talleres sobre el problema de propiedad
intelectual, sobre OGM, sobre los tratados de la FAO, sobre Soberanía
Alimentaria, etc.
· Denunciar acciones de Biopiratería por parte de instituciones
públicas, privadas, entes jurídicos y/o naturales.
· Gestar alianzas entre las ONG´s, investigadores, grupos
de campesinos y campesinas, grupos étnicos (indígenas, negros,
raizales) nacionales e internacionales ( p.e. Vía Campesina, los
Sin Tierra, FOE, ETC, GRAIN, etc.) preocupados e interesados en el fortalecimiento
de la Soberanía Alimentaria para iniciar campañas de resistencia
global.
Nota:
Consultar Documento Completo del Autor:
1. El Problema Alimentario: Deuda Originada En La Dependencia. En El
Libro Una Exigencia Del Sur: Reconocer La Deuda Ecológica. Editor
Censat Agua Viva -FOE, Bogotá, Colombia, mayo del 2001. ISBN 958-33-24023-7
2. De la Seguridad Alimentaria a La Soberanía Alimentaria. Acciones
Prácticas de Soberanía Alimentaria. Ponencia En Colombia
en el Foro Social Mundial. Memorias, Santafé de Bogotá, Enero,
2002.
Referencias bibliográficas:
Mama Coca Home | Contra la Guerra Química y Biológica | Enlaces | Contáctenos |