M A M A C O C A |
LAS FARC Y SU RELACION CON LA ECONOMÍA DE LA COCA EN EL SUR DE COLOMBIA: Testimonios de Colonos y Guerrilleros
JUAN GUILLERMO FERRO MEDINA[1]
INTRODUCCIÓN
Mucho se ha especulado sobre la relación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC- con la economía de la coca. El propósito de este artículo es mirar esta relación desde una perspectiva regional (Departamento del Caquetá) e histórica (los últimos 20 años) con base en los testimonios de sus protagonistas (colonos y guerrilleros). La ubicación espacial, el seguimiento cronológico y la viva voz de los actores sociales involucrados permitió entender mejor esta compleja relación o, por lo menos, en una forma diferente a la de los discursos reduccionistas, sensasionalistas o incluso moralistas propios de los medios de comunicación masivos nacionales e internacionales.
El vínculo de la guerrilla y los cultivos de hoja de coca es uno de los temas más complejos y candentes en la esfera del análisis político de las FARC y por lo tanto muy relevante para entender las dificultades de los actuales diálogos de paz. Prueba de ello son dos tesis generales y contradictorias que se refieren a esta relación. La primera, asegura que las FARC han crecido significativamente en los niveles político y militar desde el momento en que se vieron involucradas con los cultivos de coca. La segunda, afirma que sin esta relación coca - FARC este grupo guerrillero estaría ubicado en una posición política mucho más ventajosa.
En este artículo, mostraremos que el efecto de esta situación es diferente según se analicen las regiones cocaleras o al país en su conjunto. Específicamente creemos que la decisión de las FARC de permitir el cultivo de la coca significó por un lado ganar un espacio de legitimación, con algunos vaivenes, frente a la población involucrada en estos cultivos, y por otro lado una pérdida de legitimidad frente a otros actores, y en general frente a la opinión pública que está por fuera de esta economía. Vale la pena aclarar que el presente trabajo se ocupará de las expresiones regionales de este problema y de las percepciones y análisis de los actores directamente involucrados, y no de sus implicaciones en el nivel nacional.
Adicionalmente, creemos que la historia de la relación
de las FARC con los cultivos de coca es dinámica y cambiante porque
las formas de su intervención no han sido siempre iguales. Esta
característica es precisamente la que justifica plantear un análisis
por etapas, que se desarrollarán a lo largo de este texto. La parte
final del artículo pretende analizar y mostrar las versiones tanto
de las FARC como de los colonos cocaleros, sobre las implicaciones que
ha tenido para esta organización sus diversas formas de intervención
en la economía de los cultivos de coca.
1. La Coca Llega al Caquetá
La coca llega primero por la acción individual de algunos colonos, inclusive tengo entendido que antes que la coca llegó la marihuana. Algunos colonos mínimos, pocos, empezaron a entrar las variedades caucanas, motivados tal vez porque ya en el sector del Putumayo se estaba consolidando un mercado pequeño con respecto a la coca. Ellos (la guerrilla) llegan y su primer contacto realmente no es propiamente con el cultivo, es con los colonos, a raíz precisamente de querer regular un espacio que ellos veían potencialmente estratégico para sus posibilidades de expansión del movimiento. Así como en el Urabá, ellos veían al Caguán como un punto estratégico para su expansión política y su expansión como fuerza militar[2].
Para comprender este proceso habría que remontarse a los años setenta cuando se inician los cultivos de coca en el Caguán, y las FARC se enfrentan al dilema de autorizar o prohibir a los colonos su producción. El anterior testimonio y la siguiente entrevista con una personalidad cívica de Cartagena del Chairá muestran el complejo contexto en el que se tomó esta trascendental decisión.
Cuando entró la FARC era una época de demasiada pobreza, o sea, no podemos tampoco en ese momento histórico, asociar que la guerrilla bajó al medio y bajo Caguán porque había una solvencia económica muy grande que era la coca. No. Cuando ellos entraron, que entraron en el 78 oficialmente, digámoslo así, hasta ahora se iniciaba la coca y coincidía con un período de demasiada pobreza. Entró la sequía del 79, la famosa sequía donde murió una cantidad de ganado, porque se inició la colonización masiva e indiscriminada, es decir, por las malas políticas del INCORA empezó una deforestación masiva e indiscriminada, entonces hubo un desbalance económico y eso hubo unas plagas las tremendas. Todo el mundo comenzó a tumbar monte, quemar y sembrar pasto, para los cultivos de pasto y para la ganadería extensiva. Las quemas se utilizaban como procedimiento barato para la limpieza de los potreros en medio del prolongadísimo verano de diciembre de 1978. Entonces eso cogió diciembre, enero, febrero, marzo, abril y mayo de puro verano seco que no cae una gota de agua, imagínese el desastre que hubo. Esto provocó el mayor incendio forestal de la historia natural del país sobre 15.000 kilómetros cuadrados de región, eso fue una barbaridad, mejor dicho la mortandad de ganado que hubo en el Alto Caguán, las sabanas del Yarí y de ahí para abajo...El desequilibrio biológico que el incendio provocó desató una plaga de gusanos, lo que la gente llamaba medidores. Eso quemó el pasto, los orines lo picaron y lo quemaron y se extendió como maldición bíblica, atacó los pastos que retoñaban, y una vez terminado se apoderó de los cultivos hasta el punto de llegar a destruir el 70% de las cosechas, provocar la muerte por hambre de 2000 cabezas de ganado y obligar a la evacuación de cerca de 50000 reses desde San Vicente para acá, todo el mundo las vendió, las sacó, las regaló de toda la zona del Caguán. Entonces fíjese que en medio de esa hambre tan bestial, la guerrilla entró[3].
Este relato ilustra la importancia de considerar un fenómeno que la literatura sobre este tema no ha tenido en cuenta: las condiciones ambientales y económicas presentes en la zona del Caguán cuando se inician los cultivos de coca. En otras palabras, el contexto económico y natural descrito fue coyunturalmente muy propicio para el despegue de los cultivos ilícitos a finales de los años setenta. Además, se agregan las circunstancias de orden político que se relacionan con el tipo de presencia del Estado en esta región durante los años que estamos analizando.
Ah, es que se me olvidaba que en ese año 79, para el colmo de la crisis ecológica que hizo morir mucho ganado y por ende las consecuencias económicas de la gente, estaba el IDEMA, como única entidad representativa del Estado que compraba las cosechas y todo, y en ese año era el maíz , y en ese diciembre del 79, fue como digamos el florero de Llorente, la gente vino toda ilusionada con sus cargas de maíz y la pagaron mucho menos que el comercio. Entonces empieza a surgir la coca, muy tentativa y les dan ese mazazo con el producto convencional, entonces, para mí, ese fue el florero de Llorente que hizo que se disparara la gente y se metiera, y entonces la guerrilla tomara como argumento eso[4].
2. De la Oposición Inicial a la Aceptación de los Cultivos
En medio de la situación descrita anteriormente, la guerrilla tenía que tomar una decisión con enormes repercusiones hacia el futuro: prohibir como hasta entonces la siembra de la coca por parte de los colonos o permitirla. La presión social y la falta de oportunidades económicas para la población conducen a la aceptación de la siembra de este cultivo ilícito por parte de las FARC, confiando en la posibilidad de su regulación.
En el Caguán arriba casi no se oía, no sé, porque había mucha duda por San Vicente y daban miedo a la gente, porque de todas maneras era algo prohibido, la guerrilla lo prohibía, en esos años la guerrilla no admitía la coca. La guerrilla no admitía la coca, es más, uno de los que ajusticiaron se creía que era porque traficaba con coca por debajo de cuerda, o con marihuana, exactamente yo no supe si era con marihuana o coca. La guerrilla empezó a entrar en crisis, ellos decían, hemos hecho un proceso para que la gente no se mareé con los estupefacientes, que cuándo va a ver la revolución el proletariado, con esas millonadas que pasan por el Caguán... Entonces ellos, de pronto lo hicieron sinceramente, hicieron un consenso democrático y llamaron a un grupo de gente, entre ellos llamaron al padre Pepe, a Gonzalo Artunduaga, a mi persona, no me acuerdo a quién más llamaron, y ellos argumentaron algo muy social. Ellos tenían el dilema, o seguimos con la política dada de que la gente no vaya a meter vicio, que no vaya a haber prostitución, en fin, todo un cuento, y a la vez aparecía una coyuntura débil del gobierno que era que el IDEMA pagaba mal. Entonces nos llamaron y dijeron, "miren la gente está muy pobre, está muy mal paga la cosecha, ustedes saben el precio del maíz este año, creemos que sería bueno darle a la gente la oportunidad económica, ya que existe esta oportunidad económica, porque no hay manera de pagarles las cosechas, no hay canales de comercialización para que la gente pueda sacar sus ganancias y capitalizar, ¿ustedes que dicen? ¿Damos permiso por uno o dos años o no?" Ellos querían que su presencia de recién llegado fuera bien vista por la gente, entonces ellos no podían de primerazo volverse coqueros, tenían que aparentar alguna salida democrática, o algo diferente, entonces ellos nos preguntan, yo me acuerdo que yo dije "o todo o nada". Si ellos admitían la coca, en dos o tres años era tanto la afluencia de plata que ellos se corrompían también, ellos no iban a cortar en dos o tres años, después de haber una gallina de los huevos de oro, no la iban a matar, ellos iban a seguir, entonces que se decidieran en seguir por secula seculorum o que de una vez la cortaran antes del fenómeno, ya que estaba en ese momento iniciándose, gestándose. El padre Pepe me apoyó. Yo me acuerdo que el padre Pepe dijo: "Claro esa es la salida". El padre Pepe era radical "corten, no hay ninguna concesión" y ellos con el argumento de que la gente pobre, que no era sino por dos o tres años... El padre Pepe fue radical, dijo no. Yo sí fui más o menos, yo decía "o la cortan toda o lo otro es mentira, es un sofisma decir en dos o tres años, eso ya se va indeterminado". Entonces ellos decidieron que la iban a dejar en dos o tres años, y dicho y hecho, cuántos años llevamos ya, vamos para veinte.[5]
3. Creación y Crisis de las “Autodefensas”
En este periodo de inicio de los cultivos y de despliegue de la guerrilla, las FARC conforman las llamadas "autodefensas" con el fin de controlar la población y la expansión de los cultivos. Se trata de una de las etapas más críticas para las FARC por la cantidad de arbitrariedades que éstas cometieron.
Empezaron a aparecer unos grupos que se llamaban autodefensas, que eran los que informaban a la guerrilla, pero a la vez actuaban también, pues supuestamente eran organizados por ellos. Se hablaba de eso en las veredas, se hacía como un sistema de los que iban a controlar el mismo proceso del manejo de la coca en las regiones, quienes tenían que mirar que no entrara más gente, las comunidades tenían que constituir sus propias autodefensas, su propio grupo de informantes que eran miembros de la comunidad, supuestamente, se fue rápidamente difundiendo esa idea y se juntaron varios grupos, unos grupos desenfrenados. Los resultados no fueron muy buenos, porque esa gente empezó a actuar por su propia cuenta, tomó el control, asesinaban de pronto, hacían sus cosas a su manera y empezaban a acabar con viciosos, a matar gente, en el mismo campo. Los muchachos con la cuestión de la coca, empezaron de alguna u otra forma a probar ese producto y se enviciaron, después no pudieron salir de eso y los asesinaron. Las autodefensas causaron un problema grande que después la misma guerrilla tuvo que volver a exterminarlos y a matar y acabar con un poco de gente de esa; es decir a aplicarles el correctivo, porque a ellos se les salió de las manos esa gente. Eso hubo problemas de violencia en los años 82, 83, 84, asesinaron mucha gente, supuestamente alguien aparecía desconocido, gente sospechosa y no se averiguaba mucho y de una vez se eliminaba. De pronto fue una de las situaciones difíciles que se vieron en esa época, porque esos grupos no se controlaron.
4. La Regulación del Cultivo y el Cobro de Impuestos
Ante el desprestigio de las autodefensas, las FARC asumen directamente el control de la economía de la coca a través de los impuestos y de la regulación del mercado.
Ya después la guerrilla comenzó como a sancionar, a sacar sus impuestos sobre la coca, a controlar sobre la compra de coca y a hacer todos los controles en las comunidades, ya no eran las autodefensas porque estos desaparecieron, sino que esta gente directamente empezó a actuar. Había grupos grandes de guerrilla, ya no era raro en el año 83, para uno encontrarlos en los caminos de la vereda, ya hubo los primeros enfrentamientos con el ejército, ya era un movimiento duro que se hablaba de Remolino como el centro de ellos, porque eso se fue desplazando hacia abajo. Inicialmente era Santafé y cuando se hablaba de algo de guerrilla había que ir a Santafé, que después otro puerto, que a Cristales, y se hablaba de Remolino y el manejo era directamente de la guerrilla[6].
Después de ver las posibilidades que estaba brindando la coca como una fuente de ingresos, y a raíz de la problemática que generaba esto, porque indiscutiblemente los primeros ciclos productivos de la coca fueron bastante violentos en la zona, era tierra de nadie, era el “farwest”, y efectivamente así era, inclusive hay testimonios de personajes de esa época que todavía viven hoy, que comentan cómo era en ese momento, donde todos los productores andaban armados, con sus guardaespaldas, e incluso algunos deshonestamente pagaban con la eliminación del individuo. No había respeto por la vida. Precisamente ese espacio de tierra de nadie es el que aprovechan las FARC en ese momento, y empiezan a hacer una especie de ordenamiento social, de empezar a dictar algunas normas de comportamiento, y es a partir de ese momento que ellos entran en contacto realmente con los cultivos ilícitos, no directamente al principio, porque eran unos ingresos que les entraban por multas, por resolución de conflictos de vecinos que a veces sucedían. Ellos empezaron a establecer un régimen político y digamos un régimen llamémoslo social, autóctono, allá en esa zona[7].
La "cocalización" de la economía conduce a que la guerrilla concentre su acción recaudadora sobre los compradores, disminuyendo la presión sobre los productores orecolectores.
El comprador grande llega y le da plata a 4 o 5 o 6 personas, vaya compre y yo le recibo, les dan un margen de utilidad de $10.000 o $20.000 en kilo, ellos compran y enseguida entregan, porque el comprador no va a llegar con 100 o 200 millones de pesos, de pronto algunos tienen alguna platica, ellos compran y les dan un margen de ganancia, entonces ellos en el momento de vender, al comprador pues le sacan su porcentaje. Ellos (la guerrilla) se empezaron a justificar por los atracos, que de pronto había atracadores a los compradores, en los puestos de compra. Entonces la guerrilla manejaba eso, la seguridad y de ahí ha venido dándose ese proceso, que ya no se hace el pedido directamente a la persona, entonces ellos sacan la plata allá, supuestamente a los mayoristas también le sacan, porque está el repelador que le vende al negociante, al mediano comprador, al que ya acapara un poquito, ese a veces directamente negocia con las cocinas que es donde se hace el volteo de la coca, que supuestamente aquí la guerrilla le saca al comprador, le saca al otro intermediario y luego a los de las cocinas, posteriormente a los que ya la negocian cristalizada. Entonces no se sabe cuánto es lo que se está sacando.
Al raspador en este momento no le cobran, a ellos le sacan a veces un aporte para la comunidad, el raspachín tiene que colaborar en algunas cosas con la comunidad, pero el raspachín se gana su plata pulpita. Que la deja en las fondas, pero eso es otro cuento, pero en este momento ellos no le sacan al pequeño. Sale indirectamente porque al cultivador también lo tienen condicionado, yo pago de acuerdo a como venda, entonces ellos dicen si la coca está a $1.000, usted tiene que pagar $100 la cogida de libra de hoja, más o menos un 10% del valor del gramo vale la cogida, si vende a $1.200 paga a $120. Ahora estuvo bajita la coca a $700, pagaban a $70; entonces todo está condicionado al precio de venta, y eso es respaldado por ellos (la guerrilla), son quienes ordenan, si, esa es la norma que hay, usted como productor no puede pensar en otra cosa, porque ya le llaman la atención e incumple, y le ponen multa o tiene que dar plata, sale, o no lo dejan trabajar[8].
El impuesto no sólo se le exige a los compradores sino que también se hace extensivo a los dueños de las “cocinas” (término con que se conoce a los laboratorios que transforman pasta de coca en cocaína), y a los vuelos en que se despacha la mercancía.
Y después siguen cobrando esos impuestos a los que trabajen en las cocinas. Allá sí les cobran. Ellos cobran por la hechura, por ejemplo si salen 100 kilos, cobran por 100 kilos hechos. Por el avión me parecen que cobran a $50.000, por kilo ya hecho, por cristal[9].
5. La Primera Propuesta de Sustitución de Cultivos
Durante el gobierno del Belisario Betancur (1982-1986), las instituciones del Estado, la comunidad y las FARC elaboraron la que podría denominarse como la primera propuesta consistente de sustitución de cultivos ilícitos en el Caguán. La participación de la guerrilla en ese entonces fue activa y abierta al diálogo y a la concertación con el Gobierno y con la comunidad. Sin embargo, los intereses a favor de la guerra impiden la puesta en marcha de este plan, como lo relata uno de los líderes colonos que participaron en este proceso.
Inicialmente, en el trabajo de levantamiento de la reserva forestal participó mucho la guerrilla. Trabajó en bien de la comunidad para que se lograra este objetivo. Cuando eso, delegaron a un señor que le decíamos “el abuelo”, ese señor era muy dinámico y muy amante del desarrollo de la comunidad. El trabajó y nos colaboró mucho con todo lo que había que hacer, el papeleo y todos los requisitos para lograr eso.
Se vio la necesidad de crear un comité de colonos, de desarrollo, pero había que tener una organización con su personería jurídica y todo, para poder por intermedio de ese comité solicitar el levantamiento de la reserva forestal. La guerrilla nos colaboró mucho en el aspecto de orientaciones y reuniones. "El abuelo" era el encargado de eso, él nos ayudaba mucho, nosotros no éramos prácticos en hacer reuniones, eran reuniones muy grandes, eran reuniones en donde de pronto participaba el mismo Estado con delegados del INCORA, de la Gobernación, del SENA, de Bienestar Familiar, de todas las organizaciones del mismo Gobierno. Podemos decir que la guerrilla colaboró mucho en eso; ellos fueron aliados nuestros en ese sentido.
Posteriormente, cuando el gobierno de Belisario Betancur, cuando se comenzaron esos diálogos de paz, era un proceso que se estaba abriendo, que se estaba haciendo con la guerrilla. El Caguán fue un epicentro de esas conversaciones, a ellos les abrieron espacios políticos para que tuvieran derecho a representaciones en la Cámara y en mismo Senado, en las Asambleas Departamentales y en el Concejo.
Nosotros en todo momento pensábamos que los cultivos de coca eran ilícitos y que tarde que temprano el Gobierno tenía que hacer algo. Pero el mismo Gobierno no hacía nada. No hubo una política que dirigiera eso y que dijera –no cultiven coca- fue la comunidad la que inició un proceso de sustitución de cultivos. Nosotros en el año 86 presentamos un proyecto a Planeación Nacional por cerca de 10.000 millones de pesos, para hacer la sustitución de cultivos del municipio de Cartagena del Chairá, incluyendo toda la región del Caguán, fue un proyecto muy ambicioso y muy bueno. Con un poquitico de interés del Estado y con unos buenos manejos, eso hubiera sido un éxito. Ese proyecto creo que lo alcanzaron a aprobar pero desgraciadamente no dejaron de suceder cosas que fueron mal entendidas. Por esa época mataron unos 25, 28 soldados, y hubo presión por parte de algunos elementos para que esos dineros no llegaran al Caguán, porque según decían ellos, la guerrilla estaba en el Caguán y la población del Caguán era población guerrillera. Esos recursos de ese proyecto los trasladaron a lo que ellos llamaron “El triángulo de la Bota Caucana”. Por allá hicieron un experimento, pero muy diferente al que nosotros pensábamos poner en marcha en el Caguán.
Nosotros presentamos el proyecto a Planeación Nacional para que Planeación lo estudiara y consiguiera los recursos de donde fuera. Hicimos ver que todos los días se presentaban nuevos cultivos, y la gente se estaba volviendo muy ambiciosa, ya había problemas sociales, había problemas de mucha clase. Creo que se consiguieron los recursos, no se de que países, pero trajeron unos recursos grandes. Desgraciadamente a raíz de la matanza de estos soldados, desviaron esos recursos y se fueron para la Bota Caucana, yo no sé si fueron los Estados Unidos o los países europeos, los que aportaron los dineros. Lo único que sé es que fue un triste fracaso porque eso lo manejó el Estado con representantes del Gobierno; desgraciadamente no hay cosa más mal manejada que la que maneja el que no le duele. Sí a uno le ha costado y uno quiere que esto sirva, uno lo maneja bien para que la plata rinda y las cosas se hagan bien[10].
6. La Regulación Policiva
A partir de 1986, la preocupación por el control económico y las acciones de tipo policivo y militar empiezan a afectar el papel político de las FARC. Este fenómeno se aprecia en los cambios que se establecen en la relación con los cultivadores, los raspachines y los narcotraficantes.
Cuando yo llegué en el 82, ya había presencia de guerrilla, cuando uno llega a una zona de esas después de vivir en la ciudad, se encuentra con la visión romántica de la guerrilla, que el marido le pegó a la señora, entonces va un guerrillero y lo castiga, que él está pendiente del lindero, del problema, de las cuestiones de la justicia doméstica, por hablarlo de alguna forma. Eso era. En la medida en que fue aumentando la población, los asentamientos, que fueron creciendo los caseríos obviamente fue creciendo también la presencia de la guerrilla, en cantidad de tiempo, la actitud ha sido más o menos la misma, la de pedir un gramaje por cada arroba de hoja, la de pedir una contribución, de pedir una colaboración, tanto al colono, al campesino, al narcotraficante y la presencia siempre ha sido esa, no la de solucionar problemas hasta este momento, que lamentablemente fue un grandísimo error de las FARC, que ellos descuidaron mucho la parte de formación de acompañamiento a la sociedad y le dedicaron demasiada fuerza a la parte militar y a la parte económica, o sea, demasiada atención económica y descuidaron los otros aspectos. Con el colono, con el fincario, siempre ha sido una relación buena, con los raspachines siempre ha habido una cierta renuencia por el tipo de personal que reúne el gremio, por ser personal flotante, por el hecho de que ellos tienen una conducta de migración muy fuertes, entonces ellos no son estables en ninguna parte; entonces no son unas personas muy fiables. Con los narcotraficantes, los acaparadores la actitud era distinta, las relaciones eran distintas tal vez por la cantidad de dinero que representaban, entonces se le daba más permisividad, más tolerancia en ciertas conductas pero eran más o menos parejas. Las relaciones con todo el mundo han venido cambiando, en la medida en que se ha venido acentuando la política de dedicarle más tiempo a la parte militar que a la parte de formación y acompañamiento a la comunidad, supuestamente se le carga la mano a los que más dinero manejan, o sea a los de las pistas y a los de los laboratorios, esta gente supuestamente aporta más dinero, que el campesino, pero el campesino de todas maneras está sometido a contribuciones, aportes y a una cantidad de cosas[11].
Mire que la solicitud inicial fue directamente de la comunidad, como le decía inicialmente, se solicitó que ellos (la guerrilla) regularan y pusieran condiciones de vida, llamemos “humana” en la región, y los mismos narcotraficantes eran los que solicitaban que ellos hicieran toda la vigilancia para hacer ellos sus envíos, para enviar la coca a otros sitios[12].
A principios de los años noventa, la comunidad organizada del Caguán le solicita a la guerrilla el ejercicio de un mayor control policivo pero a la vez una mayor intervención en la dimensión organizativa. El resultado fue una respuesta efectiva con respecto a la primera demanda y una de carácter débil a la segunda.
Mirando esa situación, nos reunimos con la Junta de Acción Comunal, gente que tiene alguna importancia en la comunidad, mandándole una carta a Fabián[13], pidiéndole el favor de que tomaran algunas medidas por ese aspecto. Que la comunidad estaba en un estado lamentable, que no había sino cadáveres por todas partes. Fabián bajo y volvió a Remolinos, y comenzaron a imponer unas normas, que para mí fueron buenas. Primero que el que matara a otro sin causa justa como legítima defensa, lo ajusticiaban en la plaza pública. Era una amenaza dura, que por borracho yo mataba a un vecino, a mí me cogían y me ajusticiaban. Creo que eso no se llevó a cabo, y al cabo de tres meses no volvió a haber un muerto ni en las veredas, ni el pueblo. Fue una medida que sirvió porque se frenó la matada de gente. Nosotros le hicimos el reclamo a Fabián, que nosotros necesitábamos como comunidad organizada, que ellos tuvieran más presencia para que apoyaran algunas decisiones de la misma organización. Pero ellos en ningún momento tomaron eso como una cuestión, como tratar de apoyar. Tenían su gente allá, pero se limitaban a cobrar impuestos, al manejo económico[14].
7. La Organización de las Marchas de los Cocaleros
¿Cuál fue el papel de las FARC en las marchas de los campesinos cocaleros de 1996 durante los meses de agosto y septiembre? ¿Cuál fue la repercusión político-militar de su intervención? Mientras que la versión del Estado sostuvo que estas marchas estaban orientadas y dirigidas por las FARC, la versión pública de los cocaleros decía que ellos estaban protestando por la política de fumigaciones de cultivos ilícitos que adelantaba el gobierno en las zonas de la Amazonía. No obstante, posteriormente los cultivadores han reconocido el protagonismo de la guerrilla en el auspicio de la movilización.Que el narco sostuvo la marcha, eso es mentira, le tocó por obligación. Esa marcha la ideó directamente la guerrilla, ellos fueron los gestores, fueron los que hicieron todo. Uno por tener su finca, por ser de tal parte, tenía que llevar remesas. "Usted tiene que hacer esto y lo otro. Se necesita que usted dé 30 estufas, que dé 30 pares de botas, que dé dos vacas, una vaca". Pero que el narco haya sostenido el paro, por decir algo económicamente, no. Le tocó por obligación, por fuerza[15].
En ese momento le decían a la gente que la marcha se iba a dar por las fumigaciones. Pero más que todo por la presencia del Ejército, porque lo de las fumigaciones no fue tanto. Incluso la guerrilla decía que tenían que desalojar Remolino, y así el Ejército no tendría ningún objeto para estar allí, porque no había población civil. El Ejército debe estar donde hay población civil, y donde no hay población civil pues no tienen nada que hacer. De todas maneras eso fue presionado así, "tienen que irse y hacer invasiones"[16].
Yo creo, que el interés primordial era hacerle ver al Gobierno, que ellos (la guerrilla) sí pueden. Que ellos son las Fuerzas Armadas, como ellos mismos se autodenominan, y que ellos pueden poner al país en jaque y demostrarle al Ejército que ellos lo que se “dice se hace”, y segundo tener en algo que ver, en proteger al campesinado porque de todas formas, con la no fumigación el campesino se ayuda mucho, pues no se va a acabar, ¿cierto que sí? pues desde que haya coquita hay plata, hay para todo, pero que ellos hayan hecho el paro, únicamente y exclusivamente para favorecer al campesino, no lo creo, por mi forma de pensar no lo creo, ellos tenían dos objetivos uno demostrarle al Gobierno y a la opinión pública y a nivel nacional y a nivel internacional, que ellos pueden, que ellos mandan, y el que tiene las armas puede y segundo sí, favorecer 30%, 40% al campesinado[17].
De la misma manera, las FARC aceptan el papel central que desarrollaron tanto en la preparación como en el desarrollo de las marchas. Sin embargo, si en algún momento el objetivo era rechazar el avance de la acción del Ejército (a través de la llamada "Operación Conquista") esto no se logra con la movilización social sino con los enfrentamientos posteriores estrictamente militares, y en particular con el combate ocurrido en El Billar (Cartagena del Chairá, 3 de marzo de 1998) donde fueron retenidos 43 soldados de la Brigada Móvil No. 3 del Ejército.
En el Caguán sí fue un año casi de trabajo. Para poder hacer esas marchas, prácticamente fue un trabajo diario con cada una de las veredas, realizando balances, recolección de los dineros y preparando toda la infraestructura. Eso duro casi seis meses y claro, hubo un trabajo de concientización y a la gente se le explicó el efecto de las fumigaciones. Se entendía que era la defensa por la subsistencia. A la gente se le explicó y adquirió conciencia que las fumigaciones les podía truncar todo su proyecto económico.
Hay gente que prácticamente tenía todas sus inversiones en esa región del Caguán. Nosotros de alguna manera jugamos el papel catalizador de esas marchas, le hacíamos ver a la población campesina de esa región que en gran medida estaba en peligro todo el proyecto económico de esa región. Eran las perspectivas económicas de esa región. Nosotros sabíamos que si la gente había metido los cultivos de coca como medida extrema para tener un nivel medio de subsistencia en esas regiones, con esas fumigaciones iban a tener unas implicaciones y de hecho eso fue así.
Pese a las marchas campesinas y a los compromisos que adquirió el Gobierno, la desolación que hoy se vive, y los comentarios que se escuchan de los habitantes de esa región son bastantes dicientes. La economía se ha deteriorado, inclusive la ciudad de Florencia ha tenido una depresión de todo el comercio, el transporte, la construcción y todos los renglones que giran alrededor de los cultivos de coca se han visto afectado. Principalmente estas eran las motivaciones.
Lo que pasa es que nosotros no podemos quitarle el papel dirigente, el papel de vanguardia que tiene el movimiento guerrillero en esa zona. La guerrilla no la podemos separar del contexto de toda la problemática de esa región, de hecho el movimiento guerrillero es una vanguardia en esa región, es una vanguardia política y es una organización dirigente, es una organización que proyecta, que traza planes, que compromete a la población dentro de sus luchas. El movimiento armado tiene una visión mucho más esclarecida de la problemática y cómo reaccionar y cómo organizar la respuesta popular frente a ese tipo de situaciones. Nunca podemos decir que el movimiento guerrillero no tuvo nada que ver con las marchas. Claro que tuvo que ver, el movimiento guerrillero estuvo y jugo un papel preponderante y justamente es el papel que nosotros hemos reclamado. El papel de defensa, el papel de orientador y el papel de organizador de esas poblaciones.
Si bien es cierto que el movimiento trazó unas orientaciones muy generales, todo el soporte organizativo, lo que fue el manejo y las negociaciones, fueron exclusivamente de la dirigencia campesina.
Nosotros sabíamos que una acción militar la teníamos que repeler militarmente. Es decir nosotros no podemos, y mal haríamos pensar en poner a la población civil como un escudo para una operación de carácter militar, a sabiendas de que eso no ha servido nunca en este país.
En Colombia las operaciones militares cuando han sido diseñadas han pasado por encima de la cabeza de todo el mundo. El retiro de la fuerza pública y el retiro de las Fuerzas Armadas en una determinada región nunca ha sido el compromiso que el Gobierno haya adquirido con la comunidad, sino que ha sido el producto del mismo desenlace de la confrontación militar. Y una prueba de esa situación es que pese a la capacidad de movilización que hubo, a la cantidad de gente comprometida en esas movilizaciones, y a lo que eso significó a través del debate político y militar de este país, la ‘Operación Conquista’ continuó y la presencia militar antes que disminuir se multiplicó en los Departamentos del Caquetá, Putumayo, Guaviare. Lo que se demostró posteriormente es que sí el Ejército salió de esa región, fue como resultado de las operaciones militares que allí se realizaron. La liquidación de un batallón de contraguerrillas hizo cambiar un poco la correlación de fuerzas en esa región.
Después del ataque de la unidad militar del Billar, prácticamente las unidades militares que se encontraban diseminadas en diferentes regiones del Caguán fueron retiradas desde el mismo Remolinos del Caguán, que era el centro de todo el despliegue de la operación de la región del Caguán. Pero la motivación fundamental de las marchas fue más que todo por las implicaciones que eso tenía para la economía de esa región[18].
Una de las pruebas del papel protagónico e incluso autoritario de las FARC en la promoción y el desarrollo de las marchas cocaleras, es que una vez finalizadas no derivaron en la construcción de organizaciones de cultivadores de hoja de coca. Sin embargo, la experiencia sufrida por varios marchantes sí sirvió para la ampliación del reclutamiento de combatientes por parte de la guerrilla.
En las marchas campesinas de hace dos años,
ustedes recuerdan la confrontación aquí con la fuerza pública
con el Ejército fue muy dura. Esa experiencia contribuyó
a que muchos de los campesinos que estuvieron en las marchas, la gente
que no tiene propiedades, jornaleros, hablemos de los raspachines también,
mucha de la gente que estuvo en las marchas campesinas, que estuvo en la
pelea, que vio caer muertos, que vio caer gente herida, que vio caer a
su familia, quedaron después de las marchas campesinas prácticamente
en la nada. Ha habido un ingreso masivo a las filas de la guerrilla, sin
poder comprobar datos oficiales, pero eso se lo cuentan a uno los campesinos,
uno lo ha visto, cuando uno va a una región uno se da cuenta, se
fueron 10, 15 de esta vereda, eso porque la gente experimentó eso,
el enfrentamiento con la fuerza pública fue muy duro, entonces.
Mientras los campesinos estaban armados con palos y machetes en las marchas,
porque no tenían más nada, el Ejército los agredió
y que salió a nivel nacional e internacional.
Mucha gente vio, primero, que todos los
acuerdos a que llegaron con el Gobierno los incumplió en más
del 60%, segundo, que lo que se logró negociar no contribuyó
a un desarrollo de lo técnico y antes por el contrario lo que se
pedía en las marchas que era la no fumigación y un proceso
de concertación de desmonte por la vía manual, culminó
en la fumigación masiva. Entonces obviamente mucha gente quedó
en la olla, en la calle y unos optaron por la guerrilla, otros se habrán
ido con los paramilitares. Pero que eso contribuyó al crecimiento
(de
la guerrilla) en estos dos años, eso es verdad[19].
8. La Segunda Propuesta de Sustitución de Cultivos
Actualmente hay un debate sobre la capacidad que tiene la guerrilla para adelantar un proceso de sustitución de cultivos de coca. Algunos aseguran que las FARC no abandonarán jamás su fuente principal de financiamiento. Otros consideran que por el ascendiente que ejercen sobre la población, y por su capacidad militar, es el único actor capaz de controlar y vigilar un proceso de sustitución. Frente a estas posiciones habría que tener en cuenta cuál escenario es el que se está considerando, y por lo tanto ubicar este problema dentro de la dinámica del conflicto armado y de su posible negociación política. Uno de los escenarios posibles es la guerra, en donde la economía de la coca como muchas otras economías del país es aprovechada para el financiamiento de un ejército insurgente. Otro escenario es el cogobierno, por ahora futuro e hipotético, donde las FARC ya como integrantes de un poder oficial no tendrían ningún interés en patrocinar esta actividad. Los temas de la agenda actual con el gobierno y la propuesta de declarar a Cartagena del Chairá como municipio piloto de sustitución de cultivos apuntan en esta última dirección. Es decir, que en la medida en que avance la negociación, las FARC serán más proclives a participar en planes de sustitución, mientras que si el proceso se dificulta este interés quedará aplazado. Veamos algunos ejemplos de las visiones sobre este fenómeno.
No creo que las FARC estén en capacidad de orientar un proceso de sustitución de cultivos ilícitos por varios razones: la primera, la gran dependencia que tienen, la dependencia económica que tienen frente a los colonos, a los cultivadores, a los intermediarios, por la participación que tienen indirecta dentro de todo el proceso de cultivo, de transformación y de exportación de la droga. Y segundo, porque dicho de alguna manera, el Bajo Caguán y gran parte del Caquetá fue una república independiente durante mucho tiempo, donde tuvieron absolutamente toda la autonomía, donde la gente era poquita y el resultado ¿cuál es? O sea después de 15, 20 años, la república independiente del Bajo Caguán, como alguien se atrevió a decir, ¿qué tiene para ofrecer, para mostrar?, ¿este es el ejemplo de lo que van a hacer cuando lleguen al poder?[20].
Vamos a partir de una conclusión a la que hemos llegado sobre los programas alternativos de sustitución o de erradicación que se han adelantado, no solamente en Colombia sino en el Perú y en otros países: ninguno de estos métodos hasta ahora ha sido efectivo, y no será efectivo por muchas razones, dentro de esas, la principal es la de ¿quién controla o regula en la zona que la gente haga sustitución o erradicación a largo plazo? Mire, a partir de las fumigaciones, que aparentemente aparecen como un resultado de erradicación, efectivamente en la zona del Caguán por lo menos el 30% de los cultivos han dejado de ser productivos, pero ¿qué ha pasado? Que tenemos referencia que en la vereda de Monserrate había 100 hectáreas, y en la zona misma en la vereda de Buena Vista que se fundó dos o tres horas más adentro, se están volviendo a implementar las mismas 100 hectáreas, y lo peor es que se está desplazando la zona coquera del Bajo Caguán al Alto Caguán o a la zona de la Bota Caucana o a la zona inclusive de Piedemonte, al pie de Florencia. Entonces esos son los resultados grandes, que puede que se termine en un sector del área coquera, llamemos identificada, pero se desplaza a otros sitios. Falta precisamente alguien que fiscalice directamente en el campo, que realmente pueda hacer esta labor de fiscalización efectiva de desmonte de los cultivos de coca, en un proceso seguramente a largo plazo. Y yo sí pienso que los únicos que pueden hacer eso son las FARC. Y si partimos de este principio debe haber propuestas de cómo se va a desmontar la coca y eso depende principalmente de la voluntad y de la propuesta concreta que pueda tener el movimiento guerrillero con respecto a la coca. Si ellos llegaran a un acuerdo directamente, como parece que lo están haciendo con Estados Unidos, ellos se comprometen a acabar los cultivos ilícitos en un plazo largo, proyectado a una década, a cambio de que se hiciera realmente una fuerte inversión de dinero. La gran conclusión que hemos tenido las personas que de alguna manera tenemos algún conocimiento de esto, que hemos participado en eventos de tipo nacional e internacional, con respecto a la problemática de los ilícitos en el mundo, es que inversión económica, en programas de sustitución como tal, realmente no ha habido, una inversión que se acerque a la problemática económica real del flujo de la coca. Cuatro o cinco millones de dólares, por ejemplo, para una región del Bajo Caguán, serviría de pronto para hacer un programa de sustitución, para unas cien familias en una o en dos veredas de la región. Pero no para seguir un plan o un programa de desarrollo sostenible para las veredas, que involucre no solamente las alternativas económicas sino todo lo que requiere el desarrollo de una región: educación, vías de acceso, capacitación todos esos elementos que requiere la gente. Entonces, si la propuesta que ellos tienen, tiene eco dentro de los grandes países consumidores y los que puedan de pronto tener la plata para hacer este proceso de sustitución... yo pienso que la propuesta está en la mesa. En la zona amazónica, pensamos que el primer tema importante, el tema global, es la paz, pero la paz no se consigue por sí sola. La paz es la sumatoria de todos los conflictos que vivimos en la Amazonía, y el conflicto número uno que vivimos en la Amazonía es el de los “ilícitos”. [ ] Entonces, el primer tema sobre la mesa importante, es la regulación y la sustitución de los cultivos ilícitos y ellos (las FARC) pienso yo, vuelvo y reitero, son los únicos agentes con capacidad de fiscalizar y con capacidad de poner orden y disciplina, de hacer unos acuerdos con los productores de coca, hacer un proceso de desmonte paulatino, porque ese es un proceso que no se va a llevar a cabo en un año o en dos. Pensamos que debe ser una década porque debe conllevar no solamente la extracción y la caducidad física de los cultivos de coca, sino que también debe ir acompañado de crear una nueva mentalidad para los jóvenes y las personas que están en capacidad de adquirir otra forma alternativa[21].
9. La Entrada de los Paramilitares
En el momento actual, con el avance de los paramilitares en el Caquetá las cosas empiezan a tomar un nuevo rumbo. Se trata de algunos cambios en materia del papel de las FARC en la cadena comercial de la coca. También en el que desempeñan algunos carteles que deciden hacer circular sus dineros para la compra de pasta de coca a través de los paramilitares y no de las FARC. En el primer caso, las FARC deciden participar directamente en la compra para evitar que a través de los compradores y comisionistas se filtren los paramilitares: ya no se limitan a cobrar el impuesto sino también a seleccionar compradores de confianza o a los propios milicianos. Esto de alguna manera significa pasar de cumplir una función de “Estado” a la de simple comerciante, puesto que el fruto no es el impuesto sino la comisión por ventas.
Las FARC están dispuestas a asumir el costo político de lo que significa formar parte de la cadena comercial con tal de evitar esta amenaza[22]. Pero también hay razones sociales y económicas. Una es impedir que los compradores los roben, pues es muy difícil saber exactamente cuánto compró cada comerciante. Otra, es la necesidad de establecer un precio de sustentación para los campesinos cocaleros. Es decir, un precio que esté por encima de los costos de producción y que permita una ganancia mínima para la subsistencia de estas familias de productores.
La guerra entre guerrilla y paramilitares por el control de la compra está generando dos fenómenos nuevos: la muerte de compradores y de comisionistas a manos de los dos bandos, y el alza considerable de los precios. De julio a octubre de 1999 los precios pasaron de $1.300.000 a $2.300.000 por kilo de pasta de coca. El gran interrogante es sobre el futuro de esta disputa por el control de la economía de la coca. Una expansión paramilitar podría significar que los actuales carteles de la droga que financian la compra a través de las FARC decidan pasarse a aquel sector, pues es claro que entre estos carteles y las FARC hay pactos comerciales pero no políticos, y por lo tanto, es factible pensar que hay más afinidades políticas entre estos grupos mafiosos y el paramilitarismo. ¿Cuáles son los carteles que trabajan con las FARC y cuáles con los paramilitares? ¿Qué tan sólidos son los pactos de las FARC con estos carteles? ¿Los campesinos cocaleros ante el alza súbita de los precios abandonarán su cercanía con las FARC y trabajarán con el mejor postor? Esta puede ser la prueba de fuego para determinar la solidez del apoyo político que estas comunidades le han brindado hasta ahora a las FARC.
CUADRO RESUMEN LAS FORMAS DE INTERVENCION DE LAS FARC EN LA ECONOMIA DE LA COCA[23]
AÑOS |
FORMAS DE INTERVENCION |
1977 |
Inicio de los cultivos de coca en el Caguán. |
1978-1979 |
Oposición inicial y posterior aceptación de la siembra de los cultivos de coca. Creación de las “autodefensas”. |
1979-1999 |
Regulación de los cultivos de coca. Exigencia de cultivos de pancoger. |
1982-1998 |
Cobro de impuestos a los comerciantes de pasta, a los laboratorios de producción de cocaína y a los vuelos de carga. |
1985 |
Primera propuesta de sustitución incluida en el plan de desarrollo para el Caguán entre las FARC, el Estado y las comunidades. |
1986-1991 |
Concesión de mayor importancia a las actividades económica y militar que a las esferas organizativa y política. |
1991-1992 |
Regulación policiva del comportamiento de los narcotraficantes y miembros de las “cocinas” en el Caguán. |
1995-1996 |
Organización de las marchas de los cocaleros contra la fumigación y contra la presencia del Ejército. |
1998-1999 |
Establecimiento de precios de sustentación. Eliminación de los comerciantes y comercialización de la pasta por parte de las propias FARC. Inicio de la competencia por la compra de parte de los paramilitares. |
1999 |
Segunda propuesta de sustitución de cultivos por parte de las FARC para llevar a cabo en Cartagena del Chairá. |
1. La Percepción de las FARC
Las FARC le restan importancia a los ingresos que perciben provenientes de la economía de la coca, con el argumento de que así como en el Caquetá reciben recursos de estos cultivos, en otras regiones del país su sustento proviene del tipo de economía que allí exista. De igual manera, plantean que también han crecido en estas regiones no cocaleras.Con respecto a la pregunta sobre el efecto que han tenido los cultivos de coca sobre el crecimiento de las FARC ellos dicen:
El desarrollo nuestro no está basado en los cultivos ilícitos, de hecho cuando las FARC se formaron no había cultivos. Si no hubieran existido cultivos ilícitos igual el movimiento tendría que desarrollarse. Igual hubiera tenido que recurrir a otro método. A lo mejor esa área donde se siembra coca, serían grandes cultivos de maíz, entonces es del maíz que vivimos. El problema de nuestro crecimiento no puede estar ligado, supeditado a la producción de coca, porque ese es el cuento que los militares le han vendido a los gringos y es el cuento que le han vendido al mundo, que nosotros subsistimos en Colombia no porque haya unas convicciones subjetivas, para que nosotros existamos, sino porque hay cultivos de droga[24].
En Córdoba, por ejemplo, que no hay cultivos ilícitos, ¿por qué están creciendo los frentes? En Urabá, allá solamente hay banano y agricultura, ¿cómo está creciendo sin cultivos ilícitos? Entonces ¿cómo crecen las FARC en esos lados? ¿Cómo están creciendo los frentes de Urabá, los frentes de la Sierra Nevada? Sin necesidad de coca, solamente con el trabajo que nosotros hacemos a nivel urbano y a nivel rural y sub-urbano, el trabajo político, el trabajo de concientización. Cuando yo ingresé a las FARC había cinco frentes, a los 8 o 9 meses a mí me eligieron como responsable político del frente para que organizara todas las masas campesinas del Uraba antioqueño, después me mandaron para los límites de Córdoba y Antioquia a hacer trabajos organizativos, conocer tierras. Entonces uno hablaba en una vereda con los campesinos y diariamente los muchachos iban ingresando a la guerrilla sin necesidad de eso. Fíjate a mí me postularon a crear el 18 frente de las FARC, y lo creamos con 10 hombres, al cabo de un año éramos 120. Después del 18, surgió el 35 y no en zona cocalera, en zona agrícola, latifundista.
No necesariamente la coca ha contribuido al desarrollo nuestro, al contrario, yo pongo el ejemplo de cómo a algunos comandantes nuestros el narcotráfico los corrompió. Eso es cierto, yo me acuerdo de un muchacho muy querido y muy joven y vino un mafioso y le hizo un trabajo, un mafioso caleño, el tipo muy inteligente, el tipo le comenzó a llevar cositas al muchacho, que whisky, que la cadenita, que la platica, tómese para la gaseosa y le dejaba $400.000, $500.000, a los cuatro sábados le llevó una muchacha quién sabe de dónde, se la llevó y el tipo se enamoró tanto de la muchacha que puso a dudar al comandante, terrible!
Como ese caso en la historia del Caguán hay miles y miles. Primer Decreto mío: nadie me carga cadena, cadena que les regalen, me la dan a mí y yo la mando. Todo ese oro del Caguán sirvió para hacer unas medallas, unas condecoraciones dedicadas a Isaías Pardo, un guerrero nuestro por allá de la época de Marquetalia. Nosotros no cargamos oro, prohibido mientras yo estaba allá. Los cultivos ilícitos no han hecho crecer al movimiento en sí, porque entonces qué sería de la guerrilla donde no hay coca[25].
El discurso de las FARC frente a su relación con los cultivos de coca está basado en razones de corte social: para este grupo es importante resaltar su relación con el pequeño cultivador y soslayar su vínculo con los demás actores de la cadena productiva y comercial de la coca.
Nosotros tenemos contactos directos con los campesinos que cultivan la hoja de coca, y no con los grandes procesadores de la hoja, con el narcotraficante en sí, mucho menos con el que saca el producto y se lo lleva, porque eso es carreta en el fondo. Nosotros tenemos es contacto con el campesino, y si ese campesino se gana 5, 10 o 15 millones de pesos (que ya no se los ganan, porque la coca está en bastante retroceso), ese campesino nos consigue una dotación, nos da comida, o hace un potrero y monta ganado. Nosotros les decimos que siembren mucha comida, que siembren yuca, plátano y maíz, para que no tengan que traer todo de Bogotá, como acontece aquí, para ir teniendo la autosustentación y de ahí también comemos nosotros y que si de ahí nos dan 1 millón, 2 millones de pesos, eso es cosa de ellos, pues los recibimos , eso no es problema, los dólares del café, son los mismos dólares que entran por el narcotráfico, no hay problema[26].
Las consecuencias de relacionarse con los narcotraficantes en el Caquetá son un elemento problemático para las FARC. El narcotraficante local le vende a uno más grande y poderoso que posiblemente financia grupos paramilitares en otras regiones. El hecho de que los "peces gordos" no vayan al Caquetá, no significa que no haya una cadena entre narcotraficantes que negocian con la guerrilla y aquellos que patrocinan grupos paramilitares.
En la época en que yo estuve allí, la mayoría de los que compraban coca eran del cartel de Cali. ¿Por qué digo yo que eran del cartel de Cali? Porque la mayoría compraba y se la vendía a los peces gordos de Cali y la avionetas que cargaban era de la gente de Cali y la gente que nos pagaba a nosotros era gente de Cali, eso era lo que nos decían. En el Caquetá nunca ha habido grupos de paramilitares de parte de capos del cartel[27]. Lo que pasa es que lo que compraban era gente del Caquetá, no eran los peces gordos, porque el pez gordo jamás llegó a la zona. O sea sí ese pez gordo fuera sospechoso de patrocinar grupos paramilitares, si nosotros lo hubiéramos podido coger, o si lo hubiéramos podido aniquilar lo hubiéramos hecho. No podíamos porque está fuera de nuestro alcance. El que compraba y vivía en la zona se sometía a las normas de nosotros: no cargar armas, máximo un revolver, jamás una 9mm, no traer gente sin saber uno quién es, y si la traía tenía que responder por lo que él hiciera en la zona[28].
2. La Percepción de los Colonos
Para las FARC es imposible aceptar que el crecimiento de su organización tenga que ver con el dinero que proviene de la economía de la coca. Sin embargo es claro que ésta por lo menos aceleró tal crecimiento y permitió la autonomía financiera de las FARC, como claramente lo señala un líder y cultivador de la zona del Caguán.
Cualquier ejército necesita una financiación y mantener unos hombres con armas vale mucha plata, si ese dinero del narcotráfico no hubiera aparecido habría sido muy difícil sostener y darle alimentación a miles de hombres. Ellos tienen los tres renglones económicos más productivos que existen, que son el narcotráfico, la extorsión y el secuestro. Yo creo que a punta de extorsión y secuestro difícilmente habrían podido llegar a los niveles de poder económico y militar que tienen en este momento, creo que habría sido muy difícil, personalmente pienso que la gran cantidad de dinero del narcotráfico ha jugado un papel fundamental, tanto en el enriquecimiento de la guerrilla y por tanto el aumento de su poderío militar, como en la formación de los grupos paramilitares y autodefensa. El incremento de cultivos ilícitos y la cantidad de tributantes si tiene que ver con la expansión, en cantidad, de la guerrilla. De pronto a mayor cantidad de cultivos, mayor cantidad de arrobas y mayor cantidad de coca, entre más hoja y más coca, hay más plata, de pronto en ese sentido hubo una correlación directa por supuesto entre lo uno y lo otro. Que se les dificultó más por la cantidad de gente que había, hay más gente que paga impuesto, pero hay más gente que pone problemas, eso sí[29].
Aunque parezca paradójico, el control de la economía de la coca le reporta ventajas a la guerrilla en términos de su crecimiento, incluso cuando hay crisis de precios. Las crisis periódicas de la coca también favorecen a la guerrilla porque frente a la falta de oportunidades laborales ingresar a sus filas se convierte casi en la única alternativa.
La guerrilla ha venido en incremento de acuerdo a las circunstancias. La gente cuando llega la crisis dice: "es que no hay nada más que hacer, no hay alternativas, más que meternos a la guerrilla", porque no saben hacer otra cosa. Se fue creando esa cultura de la coca, que a partir del 90, ya la gente no hacía otro trabajo diferente a la coca. Anteriormente yo tenía 5, 6 trabajadores en la finca, trabajaba uno el pedacito de coca y seguía sembrando el plátano, sembrando el maíz.
(La Guerrilla) ha ido creciendo a la par, entonces
yo pienso que eso ha ido muy ligado, porque supuestamente la presencia
de estos grupos armados, se da donde hay más coca. En Remolino que
era la zona más productora de coca, entonces también había
más presencia de guerrilla, entonces van de la mano. Uno piensa
que cada que se presenta una crisis de estas, hay más gente que
puede ingresar allá, porque hay gente que no sabe hacer otra cosa.
Cuando la otra crisis de la coca, que fue cuando hubo presión del
Gobierno dura, en el 96[30]
no sabía uno cuánta gente se fue a la guerrilla, cuántos
muchachos se fueron, y lo mismo actualmente, uno se encuentra con los raspachines,
que se metieron a eso, que desafortunadamente son los mismos hijos de nosotros,
los hijos de los campesinos que se metieron en lo del negocio de la coca,
con lo de la raspa. Y usted le pregunta a esa gente: "¿Y usted que
piensa hacer cuando la coca se termine, cuando la coca no sea una alternativa?"
Dicen: "Pues yo me meto a la guerrilla, pues para yo irme a ganar nada,
a ganar $8.000 o $10.000 que no se pueden pagar aquí en jornal,
yo no me voy a dar a eso, pues mejor me meto a la guerrilla", entonces
se piensa que esos grupos tienen que seguir creciendo[31].
Si se entiende por cartel la organización que se encarga de comercializar la droga a nivel internacional, nadie, a excepción de algunos militares colombianos, asegura que las FARC son un cartel. Esa unanimidad, por lo menos en la región, incluye tanto a los simpatizantes como a sus detractores.
Ahí realmente hay una distorsión, hasta donde yo conozco, no existe un cartel de las FARC, que a mí me conste ellos no tienen ni cultivos, ni laboratorios , ni pistas; la labor de ellos se limita a cobrar unas contribuciones por el uso de las pistas, por los vuelos, por los kilos que se compran, que se venden y por las hectáreas de hojas que se cultivan, contribuciones, como se quieran llamar, que son las que los han alimentado a ellos. Pero que ellos propiamente dicho estén involucrados en forma directa en el comercio de la base, en el comercio del cristal no, que a mí me conste no, hasta este momento no[32].
Ellos (la guerrilla) como reguladores del mecanismo de la coca, lo que hacen es de recaudadores de impuestos. Yo sí puedo dar testimonio que ellos directamente no son cultivadores de los cultivos, también puedo decir que ellos directamente se lucran de la coca es a partir de unos impuestos que cobran, tanto a los campesinos por kilo o por arroba de hoja según el caso. Por ejemplo, se que por kilo a los compradores intermediarios les cobraban $20.000, $30.000 por kilo, o sea recaudando el impuesto, se también que con los narcotraficantes grandes, lo que ellos hacían era cobrar por el servicio de vigilancia o por el servicio de regulación del flujo de los vuelos[33].
El Bloque Sur de las FARC es la facción que recauda la mayor cantidad de ingresos dado que en su zona de operaciones están los departamentos del Caquetá y del Putumayo, dos regiones que cuentan con un alto desarrollo de los cultivos de coca. Al no depender del apoyo material y voluntario de la población sino de los impuestos que obtiene de la actividad cocalera, el Bloque Sur adquiere mayor autonomía en términos de la iniciativa militar con respecto a la que puedan tener otros bloques que operan en zonas con otro tipo de producción. No es casual, entonces, que este Bloque haya sido el protagonista de varios enfrentamientos militares exitosos contra el Ejército colombiano durante los años de 1996, 1997 y 1998.
Yo pienso que no más la zona del Caguán que yo conozco con propiedad, le puede suministrar todas las necesidades económicas al Bloque Sur, y si a eso le agregamos las otras zonas coqueras del Caquetá, pues pienso yo que el Bloque Sur, es un generador permanente de excedentes para todo el movimiento. Tengo entendido que es tan fuerte la economía del Bloque Sur que ayuda o aporta a otros frentes, que de pronto no tienen esa capacidad de gestionar los recursos económicos.
Ellos argumentan (la guerrilla) que indiscutiblemente la coca a ellos les propicia, aproximadamente por lo menos un 40% o un 50% de sus entradas. Otra actividades como el secuestro y la toma de bancos, que yo particularmente no comparto, pueden contribuir por lo menos con otro 40%. Pero hay un detalle que a mí me llamó poderosamente la atención, y es que ellos argumentan que la población civil aporta voluntariamente a la causa un 10%, lo cual es bastante representativo[34].
Entonces puede usted imaginarse que con la sola recaudación de impuestos en una zona que llegó a producir alrededor de unos 15.000 kilos mensuales de pasta de coca, usted puede más o menos multiplicar eso por $20.000, $30.000, y le da la dimensión de lo que ellos se lucraban haciendo solamente esta acción[35].
III. BALANCE Y PERSPECTIVAS
Hacia el futuro es muy importante hacerle seguimiento a la relación de los cultivos ilícitos con el conflicto armado pues la resolución de éste último va a depender en gran medida de lo que suceda en la relación de las FARC con la economía de la coca. Los vínculos que hemos detectado entre estos dos problemas se pueden resumir de la siguiente manera:
El control de la economía de la coca por parte de los actores armados (guerrilla y paramilitares) se está convirtiendo en un instrumento fundamental para el control territorial, y para el control social y económico de la población que vive en estas zonas. Tales controles definen la corrrelación de fuerzas político-militares de estos actores.
Las relaciones comerciales de las FARC con el narcotráfico han permitido la adquisición de ingresos económicos considerables para el sostenimiento y crecimiento material de la organización. No obstante, las consecuencias han sido alimentar simultáneamente los objetivos sociales, económicos y políticos del narcotráfico, claramente adversos al proyecto político de las FARC. Paradójicamente este negocio también auspicia el desarrollo del "enemigo". Prueba de ello es el riesgo que existe de que los carteles que han trabajado con las FARC, frente al crecimiento de las fuerzas paramilitares en la región, decidan apoyarse en éstas para sus propósitos comerciales por la mayor identidad política que tienen.
Los narcotraficantes son un actor social muy interesado en la continuidad del conflicto armado en la medida en que tanto guerrilla como paramilitares se han convertido en "socios" indirectos del negocio de la droga en Colombia. La terminación del conflicto con victoria de cualquiera de los bandos necesariamente se traduce en un Estado más fuerte y con mayor capacidad para controlar el negocio de los ilícitos.
La actual propuesta de sustitución de cultivos para la región del Caguán, hecha por las FARC muestran el interés de esta organización por contrarrestar en los niveles nacional e internacional el efecto político negativo de sus relaciones comerciales con el narcotráfico. Sin embargo, la viabilidad de su implementación va a depender de una correlación de fuerzas política y militar con relación al Estado colombiano, mucho más favorable que la que históricamente esta organización ha tenido. Poder realizarlo implica el reconocimiento del status político y de beligerancia de las FARC.
La estrategia de minar la base social de la guerrilla mediante las fumigaciones y el combate al narcotráfico puede tener varios efectos incluso contradictorios sobre la población que vive de los cultivos ilícitos. Una primera posibilidad es el abandono de estas zonas y el desplazamiento de los cultivos a nuevas regiones. Una segunda es el desplazamiento de población a ciudades capitales. Y finalmente, un sector, sobretodo dentro de la juventud, podría vincularse directamente con la organización armada.
La ayuda del gobierno americano para la realización del llamado Plan Colombia presentada como una colaboración para la lucha contra el narcotráfico es una muestra de la estrecha relación que existe entre el combate al narcotráfico, a los cultivos ilícitos y a las FARC. En los términos de las autoridades norteamericanas se trata de la recuperación del sur de Colombia, lo cual no se podría hacer si no es con un enfrentamiento directo e intenso con las FARC actual autoridad militar y económica en esta zona. El interés del gobierno norteamericano con esta ayuda es apoyar la lucha contrainsurgente del Estado colombiano con el fin de debilitar militarmente a la guerrilla y por lo tanto su capacidad de negociación.
[1]
Profesor-Investigador del Instituto de Estudios Rurales de la Facultad
de Estudios Ambientales y Rurales de la Universidad Javeriana (Bogotá,
Colombia). Artículo piblicado orginalmente en en español
en L´ordinaire Latino-americain No. 179 Janvier-Mars 2000,
IPEALT, Université de Toulouse-Le Mirail, Toulouse, France.
[2]
Entrevista a Rodrigo Velaidez., Agrónomo, San Vicente del Caguán,
Caquetá, 1999.
[3]
Entrevista a Manuel Ruiz, médico e historiador, Cartagena del Chairá,
1999.
[4]
Ibid.
[5]
Ibid.
[6]
Entrevista a Jorge Castillo, líder comunitario de Cartagena del
Chairá, 1999.
[7]
Entrevista ya citada a Rodrigo Velaidez.
[8]
Entrevista ya citada a Jorge Castillo.
[9]
Entrevista a Raúl Plazas, cultivador, Florencia (Caquetá),
1999.
[10]
Entrevista a Bertil Trujillo, colono del norte del Caquetá, 1999.
[11]
Entrevista a Fernando Sarmiento, colono de la región del Caguán
(Caquetá), 1999.
[12]
Entrevista ya citada a Rodrigo Velaidez.
[13]
Se refiere a Fabián Ramírez, Comandante del Bloque Sur y
actual vocero de las FARC en el proceso de negociación con el Gobierno
colombiano.
[14]
Entrevista ya citada a Bertil Trujillo.
[15]
Entrevista ya citada a Raúl Plazas.
[16]
Entrevista ya citada a Jorge Castillo.
[17]Entrevista
ya citada a Raúl Plazas.
[18]
Entrevista al comandante de las FARC Yesid Arteta, actualmente preso en
la cárcel Modelo de Bogotá, 1999.
[19]
Entrevista a Octavio Collazos miembro del Partido Comunista, Florencia
(Caquetá), 1999.
[20]
Entrevista ya citada a Fernando Sarmiento.
[21]
Entrevista ya citada a Rodrigo Velaidez.
[22]
Entrevista al Comandante de las FARC Fabián Ramírez, Cartagena
del Chairá (Caquetá),1999.
[23]
Intervención que se inicia en El Caguán y que posteriormente
se generaliza en todo el Departamento del Caquetá.
[24]
Entrevista al Comandante de las FARC Fernando Caicedo, San Vicente del
Caguán (Caquetá),1999.
[25]
Entrevista a Julio Rincón, miembro de las FARC.
[26]
Entrevista al Comandante de las FARC Camilo (Sacerdote), San Vicente del
Caguán (Caquetá), 1999.
[27]
El testimonio se refiere al contexto de principios de los años noventa.
[28]
Entrevista citada a Julio Rincón.
[29]
Entrevista citada a Fernando Sarmiento.
[30]
Se refiere a las marchas campesinas de 1996.
[31]
Entrevista citada a Jorge Castillo.
[32]
Ibid.
[33]
Entrevista citada a Fernando Sarmiento.
[34]
Entrevista citada a Rodrigo Velaidez.
[35]
Entrevista citada a Fernando Sarmiento.
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