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Probables Impactos de la Aplicación
del Hongo Fusarium oxysporum para la Erradicación de la Coca en
Ecosistemas Amazónicos
Emilio Constantino
“Darwin resaltó la doctrina de Malthus donde la vida
organizada tiende a incrementarse más allá de los medios de
subsistencia, y enfatizó un postulado de Spencer donde... sólo los
más aptos sobreviven... No tenemos mejor ejemplo de estas leyes que aquel
que es ilustrado por la planta de coca. Ha resistido no solamente a la misma
prueba del tiempo sino también ha sobrevivido a la persecución
más enconada”
W.G. Mortimer (1901) History of Coca, the divine plant of the
Incas.
Introducción
El hongo patógeno Fusarium oxysporum es una severa peste para muchos
agricultores a nivel mundial y se reconoce por atacar a una gran diversidad de
cultivos como banano, maíz, yuca, flores ornamentales y muchos
frutales.
Ahora, bajo el infame “Plan Colombia”, se piensa aplicar
masivamente para la erradicación de la planta de coca, como arma en la
guerra anti-drogas que el gobierno de los Estados Unidos viene aplicando en
Colombia, con el aval del mismo gobierno colombiano.
Se pretende erradicar a la planta de coca por ser una de las materias
primas de la cocaína, producto altamente bioactivo y que produce euforia
en personas, especialmente en las deprimidas, estresadas o sin
auto-estimulación.
Esta cocaína tiene gran demanda en países donde un importante
porcentaje de la población vive estresada y con necesidad de fuertes
estímulos para poder actuar. Otra característica de estas
sociedades consumidoras es la alta disponibilidad de recursos económicos
para gastar en productos de alto valor y calidad, muchas veces suntuarios, como
es la cocaína procesada.
Las culturas nativas de la América andina y amazónica, desde
tiempos muy antiguos han cultivado ritualmente la planta de coca como medicinal,
como alimento y como estimulante suave, ya que el contenido de alcaloides en la
hoja está en muchísima menor concentración que en la
cocaína pura y procesada en laboratorios. Para estas culturas la planta
de coca es un regalo directo de los cielos y la conocen como “la divina
hoja de la inmortalidad”; se calcula que tiene más de 4.000
años de haber sido domesticada; prácticamente todas las grandes
culturas pre-incaicas en Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia tenían
a la coca como un importante recurso ritual y alimenticio a la vez.
El intento de destrucción o erradicación de esta planta
implica también otro fuerte golpe para las culturas aborígenes,
quienes llevan más de 500 años resistiendo para no ser eliminadas
del planeta. La erradicación de la coca es por lo tanto un atentado y una
contraposición al desarrollo sostenible y a la conservación de la
biodiversidad, tanto biológica como cultural, que tanto pregonan desde
los países consumidores de cocaína por estos últimos
años. Pareciera una increíble coincidencia que los países
más consumidores de cocaína en el mundo, como son los Estados
Unidos de Norteamérica, Alemania, Inglaterra, Francia, Holanda,
España y Japón, sean los que más pregonen la
conservación de las selvas tropicales, cuando se sabe que la
producción de cocaína para satisfacer su propia demanda ha sido la
causante de la mayor destrucción de selvas y la contaminación de
ríos y quebradas en los últimos cincuenta años, y muy
especialmente en regiones tropicales de muy alta biodiversidad como son el
Putumayo, el Caquetá, el Catatumbo y en general toda la vertiente
amazónica de los Andes en Colombia, Perú y Bolivia.
Desatar una guerra, ya sea química, biológica,
bioquímica o convencional, es decir, con cohetes y bombas, como
está ocurriendo ahora en las regiones más biodiversas y
frágiles de Sur América, es apenas comparable a poner a pelear a
piedra a un grupo de locos en una cristalería; algunos recibirán
un golpe mortal, pero los daños causados serán muy graves y nos
afectarán a todos.
Impacto sobre eco-regiones
únicas en el planeta
Una virulenta arma biológica, el hongo patógeno
Fusarium oxysporum forma erythroxylii, se pretende aplicar, como parte del
“Plan Colombia”, en varias regiones que poseen los máximos
índices de biodiversidad en el planeta, como son el Alto Putumayo, el
Alto Napo, el Alto Caquetá, la Amazonía occidental, el Alto Meta,
el Catatumbo, las Laderas Orientales de la Cordillera Oriental, el Magdalena
Medio, la Sierra Nevada de Santa Marta, el Chocó y Los Andes.
Estas zonas únicas y reconocidas en el ámbito
conservacionista y científico como los “Hot spots” o
“zonas candentes”, son igualmente centros de endemismo y reconocidos
paleo-ambientes, es decir, que llevan cubiertos de selvas más de dos
millones de años, por lo tanto generando sus propias formas de vida.
Algunos de estos centros reconocidos en Colombia son precisamente los que se
nombran arriba. En estas regiones se concentra la mayor diversidad de especies
del planeta tierra y en una alta proporción sus especies son
endémicas a cada región.
Las mayores concentraciones de especies de aves, mamíferos,
anfibios, reptiles, peces, insectos como lepidópteros y
coleópteros, plantas con flores como orquídeas, bromelias, plantas
alimenticias, maderables y de potencial industrial se encuentran precisamente en
estas regiones. En el Alto Putumayo, por ejemplo, se han reportado más
de 865 especies de aves, 60 de ellas migratorias y aproximadamente un 25%
endémicas al nivel de sub-especie.
Esta región se reconoce también por ser muy rica en especies
de mariposas diurnas, o Rhopalocera, con más de 920 reportadas,
así como en orquídeas, donde se desconoce el número total
existente pero los inventarios hasta ahora realizados muestran una tremenda
biodiversidad y un muy alto grado de endemismo, incluyendo a un buen porcentaje
de especies aún no clasificadas por la ciencia.
Estas regiones son también, desde el punto de vista cultural,
centros de concentración de importantes especies medicinales,
mágicas o de interés bioquímico, así como del
conocimiento tradicional sobre su uso: el Alto Putumayo y el Valle de Sibundoy
son reconocidos mundialmente como tal.
Toda esta biodiversidad y el conocimiento tradicional y chamanístico
sobre su uso están siendo impactados negativamente y corren un grave
peligro de extinguirse por la aplicación de estrategias de guerra en
estos ecosistemas.
Impacto sobre otras especies de
Erythroxylon
Según los botánicos occidentales, en la familia
Erythroxylaceae, propia a los trópicos y centrada en la región
andina y el pié de monte amazónico, se agrupan todas las 250
especies de cocas del género Erythroxylon conocidas hasta ahora, las
cuales crecen silvestres como arbustos o árboles de porte medio a grande;
algunas son especies cultivadas muy antiguas y con muchas variedades locales.
Entre estas resaltan varias especies con alto contenido de un alcaloide tropano
muy bio-estimulante conocido mundialmente como cocaína, las cuales son:
Erythroxylon coca var. Ipadu; E. coca var. coca; E. coca vars.
“Andinas”, E. c. var. “Sierra Nevada”, E. c. var.
“Catatumbo” y E. novogranatense, entre otras. Estas variedades han
sido desarrolladas a través de los milenios por las culturas
indígenas de Sur América, para su uso ritual y alimenticio
principalmente. Las cocas son también materia prima de bebidas
industrializadas y de distribución mundial como la Coca-Cola, de amplia
aceptación, especialmente en países que promueven su
erradicación
Además, muchas especies silvestres de gran importancia
ecológica existen en las regiones andinas y amazónicas; algunas
son Erythroxylon cataractarum; E. fimbriatum; E. gracilipes; E. macrophyllum y
E. ulei. Como aún no se han encontrado especimenes realmente silvestres
de las cocas rituales E. coca vars. y E. novogranatense, se cree que alguna o
algunas de estas 250 sean los parientes más cercanos o progenitores de
estas.
Igualmente otras especies muy cercanas y con diferentes concentraciones de
alcaloides y otras sustancias bioquímicas son conocidas por la ciencia y
la tradición cultural indígena, y conviven en las mismas zonas y
ecosistemas de las cocas cultivadas. Además de su importancia
ecosistémica, el potencial biomédico y bioquímico que se
deposita en estas especies puede ser inmenso.
Por su cercano parentesco, pues todas se agrupan bajo el mismo
género, y por tener similitudes ecológicas, el Fusarium oxysporum
forma erythroxylii bien podría atacarlas por igual, sin hacer
distinción de especies. F. oxysporum es conocido por su amplia
mutabilidad. Al tener densidades mucho más bajas y nunca estar expuestas
a condiciones de manipulación humana y cultivo, las cocas silvestres
podrían ser más susceptibles a la aplicación masiva de
esporas del hongo por vía aérea en el ecosistema.
Con este tipo de impacto, muchas especies silvestres de cocas Erythroxylon
podrían verse amenazadas de extinción.
Impacto a otras especies asociadas a
Erythroxylon spp.
Muy poco se conoce de otras especies asociadas a las cocas silvestres y de
sus ecosistemas. Para algunas se estima que su importancia ecosistémica
sea muy alta por ser dominantes en sotobosques y algunos sitios con condiciones
edáficas o de drenaje muy especiales. Algunas especies que se han
documentado como asociadas a las especies de cocas son las larvas de algunas
mariposas raras que se alimentan del follaje, aves frugívoras que se
alimentan de los frutos maduros, peces de aguas oscuras que comen los frutos
rojos al caer al agua, e incluso el tapir de tierras bajas que se alimenta del
follaje de algunas especies con alto contenido de alcaloides tropanos.
Varias especies de las raras y amenazadas mariposas Agrias spp.
(Nymphalidae:Charaxinae) se alimentan, durante sus estados larvales, del follaje
de varias especies de cocas silvestres. Este bello género tiene su
centro de especiación precisamente en el Alto Putumayo y la
destrucción de las cocas afectaría negativamente las poblaciones
de estas mariposas, de por sí raras en la naturaleza y muchas
consideradas como en riesgo de extinción.
Algunos peces frugívoros de importancia en la pesca y los
ecosistemas, como son muchos Characidae; sábalos, sabaletas ( Brycon spp.
), palometas (Metynnis spp.) y cachamas ( Colossoma spp.) se alimentan de las
frutas que caen al agua en los rápidos y cascadas, de la “Coca de
los peces”, Erythroxylon cataractarum, propia a las orillas y raudales de
los tepuyes o cerros amazónicos de origen precámbrico.
Las frutas de muchas cocas silvestres son un alimento importante para aves
frugívoras como pavas < Crax, Penelope: Cracidae>, perdices
<Tinamus, Crypturellus: Tinamidae>, palomas <Geotrygon, Columba,
Leptotila: Columbidae>, tucanes <Ramphastos, Aulacorhynchus, Selenidera:
Ramphastidae>, cotingas <Cotinga, Phoenicircus, Tityra: Cotingidae> y
tángaras <Tangara, Ramphocelus: Thraupidae>. Su eliminación
con seguridad incidirá en la disminución severa de la pesca y de
muchas especies de aves frugívoras, varias importantes como aves de caza
para los indígenas.
El yarumo o guarumo, Cecropia sciadophylla, conocido como Serico, o
simplemente como “hoja”, crece espontáneo en las chagras de
la coca de consumo tradicional; la desaparición de la chagra de coca
conduciría a la desaparición también a este yarumo,
importante para la adición de cenizas y elementos alcalinizantes al
“mambe” con hoja de coca.
Erythroxylon cataractarum es la coca de pescado en los territorios Barasana
del Vaupés; al madurar sus frutos caen al agua donde son
ávidamente consumidos por varias especies de peces, algo muy importante
pues estos ríos de aguas oscuras son pobres en nutrientes y la pesca no
abunda por esa razón. Los peces se alimentan allí
básicamente de lo que les cae desde los árboles a orillas del
cauce y la pesca depende pues de esta condición.
Existe también la “coca de danta”, con un alto contenido
de alcaloides, y de la cual los tapires son ávidos consumidores,
según el conocimiento indígena. “Las dantas tienen los
dientes manchados de tanto mambear coca” dicen los Huitotos, aduciendo a
la afición de estas a mascar las hojas de cocas silvestres que crece en
ciertos sectores del sotobosque en la Amazonía colombiana.
El tapir o danta amazónica es una de las especies de
mamíferos más grandes del neotrópico, y aunque para ciertas
culturas indígenas es un animal totémico, por lo general es
ampliamente perseguido y cazado por su carne. Estos animales no resisten la
presión humana y viven en sitios alejados y poco intervenidos. Toda las
actividades alrededor de la industria cocainera, incluyendo la tala, la
colonización, el procesamiento y ahora el control y erradicación,
están teniendo fuerte impacto sobre las poblaciones de tapires, no
sólo en la amazonía, pero más severamente en el Magdalena
Medio, el Catatumbo, la Sierra Nevada, el Urabá, las zonas de
páramo de las cordilleras y en el sur de Colombia.
Todos los tapires o dantas se encuentran en las listas rojas como
seriamente amenazados de extinción y su importante papel en los
ecosistemas, como dispersores de semillas de muchos árboles frutales y
maderables, hacen que su ausencia tenga una incidencia negativa muy severa para
la salud, el desarrollo y la sucesión de los propios
ecosistemas.
Impacto sobre la coca cultivada en
chagras indígenas
Existen muchas variedades locales de cocas, que se pueden conocer como
variedades culturales, propias a cada etnia o región habitada por
indígenas en los Andes y la Amazonía. A cual de todas está
dirigida la aplicación del hongo Fusarium? A todas? De nuevo se
está atentando contra el principio de conservación de la
biodiversidad genética, pues es muy dudosa la posibilidad que un hongo de
alta virulencia como es F. oxysporum, que es muy mutagénico, pueda
seleccionar o escoger a cuales variedades atacar.
“Hay algún desacuerdo en torno a la edad del uso de la coca
en la amazonía occidental. Algunas opiniones favorecen una
introducción reciente desde las montañas andinas. Otras prefieren
creer que su uso es muy antiguo en la región. Primero, normalmente se
requiere de un tiempo considerable para que una nueva variedad se desarrolle;
segundo, los mitos de origen narran que los primeros habitantes de la
Amazonía llegaron en una canoa arrastrada por una anaconda gigante y en
la que viajaban un hombre, una mujer y tres plantas: la yuca, el yagé y
la coca; tercero, la planta de coca casi siempre se siembra en un terreno
distinto de aquellos usados para sembrar los alimentos, lo que significa su
reconocimiento especial como una planta sagrada. Estos hechos pueden
interpretarse como sugerencias de una gran antigüedad relativa en el uso de
esta planta en la Amazonía occidental”.
Richard Evans Schultes (1994) El Bejuco del
Alma
Impacto sobre la cultura y la dieta de
varias etnias indígenas
“Tal como se emplean en la Amazonía noroccidental, las
hojas de coca se procesan frescas todos los días: se recolectan por la
tarde, se tuestan y luego se pulverizan en un mortero grande y se mezclan con la
ceniza alcalina que se obtiene usualmente mediante la quema de las hojas del
árbol de guarumo < Cecropia sciadophylla >. Temprano en la noche,
la maloca resuena con el sonido regular de la mano de moler, a menudo
acompañado por el canturreo de un payé. Se trata de uno de los
sonidos más agradables que oye un explorador venido de afuera en sus
meses de vida en las malocas indígenas. Frecuentemente el payé, u
otro miembro de la tribu con conocimiento recitará, durante la
preparación del polvo de coca, relatos mitológicos o sobre el
origen de la raza”.
Richard Evans Schultes (1994) El Bejuco del Alma
Para las culturas indígenas de los Andes de América, la coca
se considera como la “divina hoja de la inmortalidad”, y su uso
ritual se ha documentado desde hace más de 4.000 años, incluso
para la momificación de cuerpos.
Muchas culturas y pueblos indígenas en Colombia, como son los
Barasana, Desana, Bora, Andoke, Witoto Yuri, Muinane, Miraña, Makuna,
Kubeo, Yukuna, Tanimuka, Koreguaje, y muchos más en el Catatumbo, Sierra
Nevada de Santa Marta, Nevado del Huila, Puracé y Cauca, utilizan la hoja
de coca como suplemento alimenticio diario, siendo un componente principal de la
dieta, aportando importantes cantidades de vitaminas ( A y C ), minerales
(Calcio, Potasio, Zinc, Magnesio, Manganeso, Hierro y otros) y fibra. Se calcula
que en culturas donde la leche de vaca es prácticamente inexistente, como
son las selváticas y las Andinas, el “mambe” de coca aporta
una buena parte de los requerimientos de calcio de los adultos.
La destrucción de la coca conllevaría al empobrecimiento en
la dieta y la cultura de los pueblos indígenas de los Andes y la
Amazonía en Colombia, Perú y Bolivia principalmente.
El mambear o “mascar” coca es un símbolo de hospitalidad
y protocolo para las negociaciones y presentaciones entre muchas culturas
indígenas de la amazonía, y el “mambeadero” es un
lugar muy especial que generalmente existe en la maloca o casa comunitaria de
los poblados indígenas.
El mambear es un ritual especial donde los hombres se dedican además
a conversar y contar lo ocurrido durante el día y lo planeado para la
siguiente. Durante el mambeo se recuerda a los antepasados y se repasa la
historia oral de la tribu.
“Quizá el uso más antiguo de la coca en
América del Sur es el empleo en diversas prácticas
chamanísticas y en los rituales religiosos. Como sucede con el tabaco,
el médico tradicional valoraba la coca específicamente por sus
efectos narcóticos; la leve excitación mental le permitía
entrar más fácilmente en un estado de trance en el que
podía comunicarse con las fuerzas espirituales de la naturaleza y
convocarlas en su ayuda”.
R.T. Martin (1970) The Role of Coca in History, Religion and Medicine
of South American Indians.
Impacto sobre otras especies
cultivadas
“Mirad cuan denso el follaje que la adorna;
cada hoja es
fruto y seguro alimento,
ningún fruto se atreve a
competirle...
Nuestro Varicocha nos regaló la
coca,
cubierta de hojas cual sin igual comida,
cuyo jugo
bebido y al estómago dado
mucha hambre y largo esfuerzo
sufre;
En la que nuestros cuerpos débiles y
abatidos
socorro encuentran y al ánimo levanta,
mejor
que pueden Ceres y Baco unidos”.
A. Cowley (1622), citado por W.G. Mortimer en History of Coca
(1901)
Fusarium oxysporum está reconocido como peste severa para más
de 125 especies cultivadas incluyendo alimentos básicos en la
región como son los plátanos, frutales varios, la yuca, el
maíz, etc. En el Ecuador llevó a la quiebra a la Industria
Bananera en la década de los 50, con su forma conocida como “Mal de
Panamá”, erradicando a la variedad del momento conocida como
“Gross Michel” y que hoy está bastante diezmada.
La aplicación masiva de este patógeno por vía
aérea con seguridad llevará las esporas igualmente a las
áreas de cultivo y chagras indígenas.
“... después de varios meses de estar en el campo
investigando sobre la coca y oyendo a los cultivadores, Tim Plowman y Yo
llegamos a la conclusión de que el Programa de Sustitución,
componente clave en el esfuerzo norteamericano para erradicar la coca, es una
fantasía”.
Wade Davis (1996) One River
Impacto sobre otras especies
silvestres
Otras muchas especies de plantas en el Putumayo, la Amazonía y los
Andes podrían ser susceptibles al hongo. Muchísimas especies
vegetales co-existen y son propias y endémicas a las zonas de
aplicación del hongo y podrían ser susceptibles al ataque de la
peste y desaparecer.
Lo más preocupante es no saber cuál es o sería el
impacto sobre una gran cantidad de especies vegetales de origen
selvático, las cuales son poco conocidas o incluso están por
descubrirse.
Otras causas de impacto
actualmente
“Los indios de las zonas selváticas, particularmente las
del Putumayo, tuestan las hojas y las mezclan con cenizas de las hojas de una
especie de sicomoro. Esa mezcla se pulveriza en un mortero grande...la cantidad
necesaria se lleva a la boca...y al ser ingerida hace que el usuario pierda toda
sensación de hambre...Yo la he usado durante mis viajes y encuentro que
es de gran ayuda y no parece producir ningún efecto
nocivo”.
J. F. Woodroffe (1914) The Upper Reaches of the
Amazon
Se dice que la forma erythroxylii de Fusarium oxysporum fue aislada de un
cultivo de 200 hectáreas propiedad de la Coca-Cola en Hawai. Aunque la
extensión de coca supuestamente existente en las selvas colombianas
alcanzaría una extensión de aprox. 160.000 Has., según
informe de las mismas autoridades, el área promedio de cultivo de una
chagra indígena es menor a 0.6 Has. y la de un campesino-colono
cultivador en el Putumayo es de 2-3 Has.
Asaltan ciertas preguntas; si es legal en Hawai la siembra y cultivo de
coca, porque es ilegal en su centro de origen? Cuál es el área
mínima permitida? Se requiere autorización para sembrar coca en
los Estados Unidos? Que institución emite la autorización?.
Además, extensiones de 200 Has. se considerarían en Colombia como
un cultivo extensivo y con fines industriales.
Esto pues, confirma que la Coca-Cola si tiene coca, en contra de lo que
opinan muchos de sus “defensores”. La siembra “legal”
de coca para la Coca-Cola, como ocurre en Bolivia y Perú, igualmente
genera impacto ambiental negativo para los ecosistemas, al igual que ocurre con
los ecosistemas amazónicos que se destruyen para la siembra de coca para
la cocaína que se consumirá en el norte y que se calcula, oscila
entre 600 y 1.000 toneladas anuales.
Siendo así, y a pesar de su estigmatización, los
norteamericanos y europeos estarían utilizando entonces unas 600 a 1.000
millones de dosis de un gramo de cocaína pura por año. Como se
sabe que la cocaína pura es “rendida” hasta tres o cuatro
veces en los mercados de destino con otros productos químicos que rebajan
su pureza, las dosis anuales consumidas serían cuatro veces más,
es decir por los 4.000 millones de “dosis personales”. Es decir, el
número de consumidores diarios de cocaína es alrededor de 11
millones de personas, con la característica de ser una cifra en constante
aumento.
Pero donde están estos “adictos”? Tantos serían
notorios y deberían impactar seriamente a la sociedad. Aparentemente no
se notan, no impactan negativamente, e incluso, son considerados como personas
prestantes en la economía, la cultura y la sociedad, pues el uso de este
estimulante se da precisamente entre personas con buenos recursos
económicos: ejecutivos de empresas, artistas, deportistas, comerciantes y
gente considerada como “emergente” o “yuppie”. Si su uso
es tan extendido y aceptado, y la gente está dispuesta a pagar altas
sumas de dinero para adquirirla, entonces será que la cocaína no
es tan mala como dicen?
Además de la destrucción causada a los ecosistemas
selváticos de Sur América por la demanda de cocaína del
norte, el control químico de la misma planta y la amenaza de guerra
bioquímica en regiones de alta biodiversidad son causas muy importantes
de impacto negativo a los ecosistemas y la biodiversidad y de grave
preocupación en el ámbito científico y ecologista.
Actualmente, otras causas de impacto severo a la biodiversidad de estos
ecosistemas tan ricos y frágiles son: La industria petrolera, la
ganadería, la guerra, las obras de infraestructura como carreteras,
hidroeléctricas, líneas de conducción eléctrica y
oleoductos, y la erradicación química de amapola.
“La historia de la coca está tan entrelazada con los ritos
religiosos, las supersticiones, los falsos conceptos y las dudas modernas, que
desembrollarla equivaldría a desenmarañar los bejucos de sus
selvas nativas”
W. G. Mortimer (1901) The History of Coca
“... Hoy, la campaña de erradicación viene siendo
liderada por el gobierno de los Estados Unidos, el cual tiene hoy una serie
nueva de buenas intenciones e incluso una mayor ignorancia de la Cultura
Indígena. El centro del debate, tanto antes como ahora, no ha sido la
farmacología de la coca ni los efectos deletéreos de la
cocaína. Los esfuerzos para erradicar los cultivos tradicionales de coca
empezaron cincuenta años antes de que existiera incluso el tráfico
ilegal de la droga. El verdadero punto en discusión es la identidad
cultural y la supervivencia de aquellos que tradicionalmente han venerado la
planta. En los Andes el usar coca es ser Runakuna, es ser gente, es ser del
pueblo, y el masticar las hojas sagradas es la más pura expresión
de la vida indígena. Quítenles el acceso a la coca y
destruirán el espíritu de la gente”.
Wade Davis (1996) One River
Notas adicionales: Mucha de la información
aquí referida ha sido extractada de los trabajos de importantes
investigadores norteamericanos.
Wade Davis, Autor del best-seller, One River, es miembro del staff de la
National Geographic Society y fue co-investigador y compañero de viaje
del célebre científico de la Universidad de Harvard, Timothy
Plowman, autor de la revisión del género Erytrhoxylon y del origen
de las Cocas de Sur América.
El Dr. Richard E. Schultes, profesor emérito de la Universidad de
Harvard, vivió con las tribus indígenas de Colombia durante
más de veinte años, investigando sobre el uso y conocimiento
tradicional de las plantas. Es reconocido como el “padre de la
etno-botánica” y el “último explorador
victoriano” y ha recibido muchas condecoraciones por sus aportes a la
ciencia y a la conservación. Si se llegara a enterar de los objetivos y
efectos del “Plan Colombia” en su lecho de enfermo, con seguridad le
daría un síncope.
<Nota: con tristeza anunciamos que el Dr. Schultes falleció el 14
de abril / 2001 en los EEUU.>
Bibliografía
Consultada:
Davis, Wade. 1997; One River, explorations and discoveries in the
Amazon rain forest. Touchstone Ed., New York, EEUU.
Schultes, Richard E. 1989; El Reino de los Dioses. El Navegante
Editores, Bogotá, Colombia.
Schultes, R. E. & Hofmann, A. 1992 (1979); Plants of the Gods.
Healing Arts Press, Rochester, Vermont, EEUU.
Schultes, R. E. & Raffauf, R. F. 1990; The Healing Forest.
Dioscorides Press, Portland, Oregon, EEUU.
Schultes, R. E. & Raffauf, R. F. 1994; El Bejuco del Alma.
Ediciones Uniandes, Bogotá, Colombia.
Wilson, Edward O. 1992; The Diversity of Life. W. W. Norton &
Co. New York, EEUU.