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Probables Impactos de la Aplicación
del Hongo Fusarium oxysporum para la Erradicación de la Coca en
Ecosistemas
Amazónicos
(reseña)
Emilio Constantino
El hongo patógeno Fusarium oxysporum es una severa peste para muchos agricultores a nivel mundial y se reconoce por atacar a una gran diversidad de cultivos como banano, maíz, yuca, flores ornamentales y muchos frutales. El Fusarium oxysporum está reconocido como peste severa para más de 125 especies cultivadas incluyendo alimentos básicos en la región como son los plátanos, frutales varios, la yuca, el maíz, etc. En el Ecuador llevó a la quiebra a la Industria Bananera en la década de los 50, con su forma conocida como “Mal de Panamá”, erradicando a la variedad del momento conocida como “Gross Michel” y que hoy está bastante diezmada.
El infame “Plan Colombia”, ha pensado aplicar este hongo masivamente para la erradicación de la planta de coca, como arma en la guerra anti-drogas que el gobierno de los Estados Unidos viene implaantado en Colombia, con el aval del mismo gobierno colombiano. La aplicación masiva de este patógeno por vía aérea con seguridad llevará las esporas igualmente a las áreas de cultivo y chagras indígenas. La regiones en las que se ha considerado la aplicación de esta virulenta arma biológica, el hongo patógeno Fusarium oxysporum forma erythroxylii, son aquellas que poseen los máximos índices de biodiversidad en el planeta, como son el Alto Putumayo, el Alto Napo, el Alto Caquetá, la Amazonía occidental, el Alto Meta, el Catatumbo, las Laderas Orientales de la Cordillera Oriental, el Magdalena Medio, la Sierra Nevada de Santa Marta, el Chocó y Los Andes.
Estas regiones son también, desde el punto de vista cultural, centros de concentración de importantes especies medicinales, mágicas o de interés bioquímico, así como del conocimiento tradicional sobre su uso: el Alto Putumayo y el Valle de Sibundoy son reconocidos mundialmente como tal.
Esta enorme biodiversidad y conocimiento tradicional y chamanístico sobre su uso están siendo impactados negativamente y corren un grave peligro de extinguirse por la aplicación de estrategias de guerra en estos ecosistemas.
Además de la destrucción causada a los ecosistemas selváticos de Sur América por la demanda de cocaína del norte, el control químico de la misma planta y la amenaza de guerra bioquímica en regiones de alta biodiversidad son causas muy importantes de impacto negativo a los ecosistemas y la biodiversidad y de grave preocupación en el ámbito científico y ecologista.
Desatar una guerra, ya sea química, biológica, bioquímica o convencional, es decir, con cohetes y bombas, como está ocurriendo ahora en las regiones más biodiversas y frágiles de Sur América, es apenas comparable a poner a pelear a piedra a un grupo de locos en una cristalería; algunos recibirán un golpe mortal, pero los daños causados serán muy graves y nos afectarán a todos.
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