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Cultivos ilícitos y guerra biológica
Consideraciones sobre la guerra bioquímica contra los cultivos de drogas: el caso Fusarium[1]
Jeremy Bigwood[2]
Voy a hablar sobre la historia de los agentes bioquímicos llamados “micoherbicidas” propuestos, usados o ya desarrollados contra los cultivos como la coca, la amapola y la marihuana. A pesar de que las agencias gubernamentales de Estados Unidos no quieren que se hable de "agentes bioquímicos", sino de "agentes biológicos", este concepto contradice toda mi experiencia en el laboratorio con micotoxinas, y no puedo caracterizar a los micoherbicidas como "agentes biológicos". Los micoherbicidas entran en los organismos blancos y los matan por medio de las toxinas que ellos producen. Para mí, esto no es un efecto de "agentes biológicos", sino de "agentes bioquímicos".
Valdría la pena ver los métodos utilizados para matar organismos blanco como la coca, la amapola y la mota, las cuales prefiero dividir en: a) Erradicación física = "manual" y b) Erradicación química
La erradicación física: Implica una destrucción física por medio de la cual el organismo blanco es físicamente dañado o sacado de sus fuentes de nutrientes. En términos de plantas, esto implica la "erradicación manual", método utilizado actualmente en Bolivia contra la coca y también en otros países, tema que no trataremos en esta intervención.
El objeto de esta ponencia es la erradicación química, en particular, la erradicación bioquímica. La erradicación química tiene dos formas: la forma química clásica y la forma bioquímica, pero las dos matan por medio de químicos.
En la forma química clásica se sintetizan tóxicos en una fábrica de químicos que puede estar muy lejos del organismo blanco (objetivo). La fábrica produce los químicos letales para el organismo, estos se colocan dentro de envases y se aplican mediante diferentes mecanismos encima de los organismos blanco como la coca. Ejemplos conocidos de estos químicos son Roundup (glifosato), Paraquat y Spike (Tebethurion). Todos estos químicos son tóxicos y algunos pueden permanecer en el suelo un año o más.
En la forma bioquímica en cambio se utilizan microorganismos que producen químicos tóxicos, que ingresan al interior del organismo blanco y lo matan, sin necesidad de sintetizar y transportar los químicos desde una fábrica para aplicarlos sobre los organismos a destrir. En este caso se pueden cultivar y reproducir esporas en un laboratorio, luego sólo hay que aplicarlas para que se abran y produzcan micelio y este se encarga de secretar las toxinas; es decir, las esporas en sí no son muy tóxicas, pero en cambio el micelio sí lo es. En otras palabras, el micoherbicida es, en sí, una fábrica de químicos sobre el organismo blanco, y en este caso los químicos tóxicos producidos se llaman "micotoxinas". Estas micotoxinas son el objeto de mi tema, y lo que expongo sobre los micoherbicidas puede ser extrapolado y utilizado para cualquier agente bioquímico, sea hongo, bacteria, o virus.
Desde la prehistoria se ha sabido de la existencia de hongos y plantas tóxicas. Muchos de los hongos son comestibles y algunos producen químicos llamados micotoxinas, las mismas que pueden ser dañinas y algunas otras usadas como medicinas. Entre los tipos de hongos se hallan los basidiomicetos, los ascomicetos, los hongos imperfecti y otros. Dentro de los basidiomicetos están los champiñones, los hongos comestibles, los hongos entheógenos del género Psilocybe y otros; también hongos altamente tóxicos como el Amanita phalloides.
Dentro de los ascomicetos se encuentra el Claviceps purpurea, un hongo que contamina cereales como el centeno, causando incluso la muerte de personas que lo comen. Sin embargo, no todo es malo con Claviceps purpurea, pues ha sido también fuente de medicinas que han salvado las vidas de muchas mujeres deteniendo la hemorragia post-parto por medio de la ergonovina. Además, mediante la ergotamina –otra micotoxina- se han calmado migrañas de millones de personas.
Fusarium, el tema de este discurso, pertenece a los "hongos imperfecti", los cuales producen micelio tipo mildeu o molde, pero no producen cuerpos como los champiñones. Otros ejemplos de esta categoría son los moldes que producen penicilina, como las especies de Penicillium.
¿Qué se sabe de la historia de Fusarium? La mayoría de las investigaciones sobre este género se han realizado alrededor de sus efectos tóxicos y las formas de proteger los cultivos de aquellos efectos. Una historia ilustrativa e importante es la sucedida en la Unión Soviética durante los últimos años de la segunda guerra mundial, cuando ocurrió una infestación de cereales por otra especie de Fusarium, que pudo haber sido Fusarium sporotrichoides, Fusarium tricinctum u otro, dependiendo del micólogo que hizo la identificación (es decir, la micología no es una ciencia exacta y siempre hay contradicciones entre los mismos micólogos.) Lo más importante fue que esta infestación se propagó en los cereales mientras estaban guardados en bodegas y el resultado fue la muerte de cientos de miles de personas, después de haber comido el pan de este cereal contaminado.
Más tarde, una serie de micotoxinas fueron aisladas de cultivos del mismo Fusarium; las más importantes fueron denominadas "las trichothecenas", las cuales también han sido encontradas en Fusarium oxysporum. Los soviéticos empezaron a hacer muchas investigaciones sobre controles para esta enfermedad y también estudios sobre los efectos de estas micotoxinas en suelos. Así, se dieron cuenta de que algunas de estas toxinas no se disuelven en el agua y permanecen por años en el suelo, impidiendo el desarrollo normal de nuevos cultivos, hasta que se degraden. Este hecho tiene muchas implicaciones: en relación con epidemias de Fusarium; por ejemplo, después de la epidemia ocurrida en el Perú, todo el mundo dice que nada crece como antes y muchos campesinos afirman que las cosechas decrecieron al menos en un 50%. Este tema se tratará de nuevo más adelante.
También los países desarrollados empezaron a investigar las trichotecenas aisladas a partir de Fusarium, como agentes de guerra química, pues algunas de ellas tienen la capacidad de matar a mucha gente con una dosis de 4 a 5 miligramos por persona. La mayoría de estas investigaciones fueron realizadas clandestinamente por personeros del gobierno de los Estados Unidos, quienes vieron la posibilidad de utilizar las trichotecenas como armas de guerra, o la necesidad de aprender cómo protegerse de ellas. También, otros países como Gran Bretaña, Israel, Francia, la Unión Soviética e Irak trabajaron en este asunto; por lo tanto, desde la segunda guerra mundial, ha habido una fuerte asociación entre Fusarium y la guerra química.
¿Cómo surgió la idea de utilizar una especie del género Fusarium –tan peligroso- para envenenar cultivos y suelos después de un incidente tan grave como fue la experiencia en la URSS?
Desde los años 60 hasta finales de los 80, en una estación de investigaciones del gobierno norteamericano en Hawai (anteriormente utilizada por una empresa bien conocida de gaseosas), se observaron matas de coca que se marchitaban y morían. Mucho más tarde, se determinó que la causa era el mildeu o molde del hongo Fusarium oxysporum que se encontraba en los suelos. El origen del Fusarium no se determinó con claridad, aunque se dieron varias hipótesis acerca del vector de transmisión, entre ellas, el suelo utilizado en los tiestos y el agua contaminada por un Fusarium hawaiano, el cual mutó para atacar la coca.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos prefiere hacer creer que fue un Fusarium nativo del Perú, que ingresó junto con semillas importadas; pero yo recuerdo que Tim Plowman, investigador de la Universidad de Harvard y autor de la más reciente monografía del género Erythroxylum, (nombre científico de la coca) consideró que fue un Fusarium nativo de Hawai y que no vino del Perú. En el año 1975, para confirmar esta hipótesis, el doctor Plowman me envió muestras de plántulas que iban a Hawai para que yo las cultivara; de ellas ninguna planta murió, todas maduraron y algunas todavía viven. Sin embargo, todas las plántulas cultivadas en Hawai fueron infectadas por el Fusarium.
Durante este tiempo, varios académicos y otros interesados en plantas se dieron cuenta del brote en Hawai. No debe ser una sorpresa que la CIA se involucrara en el proyecto e incluso proporcionara fondos de "emergencia" a algunos científicos, para que aislaran el hongo y posiblemente hicieran mucho más. He entrevistado a fuentes fidedignas, quienes me han dicho que la CIA estaba trabajando en el año 1983 en Hawai y también en Perú. ¿Qué hicieron? Una fuente en USDA dijo que el Departamento de Agricultura empezó a repetir todo el trabajo de la CIA en 1987. Si esto es verdad, ¿implicaría que la CIA no sólo aisló Fusarium, sino que lo reprodujo y preparó su difusión – o quizás fueron más allá? Hay que recordar que oficiales de la CIA ya manejaban Fusarium y coca en 1983.
Al año siguiente, en 1984, dos décadas después del brote del primer hongo entre las matas de coca en las plantaciones de Hawai, otra epidemia de Fusarium, conocida localmente como "seca-seca", se diseminó rápidamente por las parcelas sembradas de coca en el Alto Huallaga en el oriente peruano, según David Sands, el bacteriólogo que repitió el trabajo de la CIA por el Departamento de Agricultura.
Coincidencialmente, uno de los aparentes epicentros de la plaga se encontró cerca de Uchiza en Santa Lucía, cerca de la "base de tiro" antidrogas de Estados Unidos y cerca de una compañía que trabaja en aceite de palma utilizando técnicas de biocontrol muy avanzadas –con su propio laboratorio y pista de aviación-. Los campesinos de la zona se quejaban de que se estaban fumigando sus cultivos desde helicópteros. Una delegación de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos del Perú ("la Coordinadora"), la cual es financiada por el Departamento de Estado de Estados Unidos, que visitó en 1993 la región selvática del Valle del Huallaga, dijo en una sesión informativa que "a sus miembros les llamó la atención la devastación provocada por la plaga de hongos que está marchitando los cultivos de coca. En casi todos los sitios que visitaron recibieron la versión de que aviones de la DEA habían diseminado los hongos sobre los campos de coca...."
En la última década, la plaga se extendió hasta el área de Yurimaguas, límite Norte de los cultivos de coca en el Perú y hacia el Este, más allá de Pucallpa. Durante este período, inquietantes revelaciones acerca de las características del hongo fueron documentadas por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, por medio de la embajada norteamericana en Lima, que seguía su evolución en los informes que presentaba a Washington, DC. Dichos informes registraban que la plaga del Fusarium que marchitaba y mataba plantas de coca también afectaba de la misma manera a otros cultivos. "Mientras tanto, se ha informado que 3.000 campesinos de la zona de Tingo María y Leoncio Prado ...han tenido que buscar otros medios de subsistencia, incluido el lavado de oro, debido a que la plaga conocida como la ‘seca-seca’, que ya había atacado las matas de coca, irrumpió nuevamente atacando los cultivos alternativos sembrados en lo que habían sido plantaciones de coca".
Además, por causa de la plaga se produjeron migraciones de la población selva adentro o a otras zonas. "La mayoría de los cocaleros, sobre todo aquellos que abandonaron el Alto Huallaga, atribuyen al hongo el colapso de la industria en la zona ... " Resultados de investigaciones de campo mostraron que el mismo Fusarium que mataba la coca mataba igualmente al tomate, al achiote y a la papaya, por lo tanto "el hongo no le es específico a la coca, sino que puede infectar otros cultivos. Esto puede ser consistente con Windels, 1991, quien afirma que no todas las cepas especiales de F. oxysporum son específicas, sino que también pueden afectar una amplia gama de hospederos". Fusarium oxysporum var. Erythroxyli –el nombre dado a la cepa del hongo aislado de coca –produjo micotoxinas que mataron a todas las plantas de los cultivos en los que fueron aplicados.
Un proyecto de convenio presentado por investigadores a la DEA afirma: "[Fusarium oxysporum] queda en el suelo durante varios años". También el borrador del Proyecto del convenio entre el UNDCP y el Gobierno de Colombia afirma que el Fusarium "causa una plaga que debilita y persiste en el suelo durante varios años". El Dr. David Struhs del Departamento de Protección Ambiental de la Florida escribió: "El hongo puede persistir en el suelo hasta por 40 años".
Dos meses atrás, Sharon Stevenson y yo hicimos una serie de entrevistas en el Alto Huallaga. La gente informó que después de la epidemia la tierra ya no producía; además afirmaron: "los suelos actúan como si estuvieran intoxicados." Es decir, después de la epidemia, los suelos bajaron significativamente su rendimiento y los campesinos hablan de una disminución de la producción de al menos 50% respecto a cosechas anteriores. ¿Dónde hemos escuchado de suelos tóxicos después de una epidemia de Fusarium? En la epidemia en la URSS durante los últimos años de la segunda guerra mundial.
Después de la epidemia en la URSS un biólogo Ruso, N. A. Krasil’nikov, formó parte del equipo que estudiaba la enfermedad; él y sus colegas hicieron una investigación interdisciplinaria y los resultados los publicaron durante los años cincuentas. En 1961, esta publicación fue traducida al inglés por el gobierno Israelí, por la Fundación Nacional de Ciencia y el Departamento de Agricultura.
En su libro, Krasil'nikov clasificó a los organismos como especies de Fusarium, describiéndolos como “inhibidores microbiales” del crecimiento de plantas: "Investigaciones muestran que inhibidores microbiales pueden envenenar plantas con sus toxinas bajo condiciones de crecimiento natural en el suelo, si se presentan las condiciones favorables. Las micotoxinas impiden la germinación de semillas, el crecimiento de plántulas y el crecimiento de la planta en general y bajan el rendimiento del cultivo en sí (en total?). Cuando hay un crecimiento masivo de estos organismos, ellos pueden ser un factor importante en la determinación de la fertilidad del suelo y el rendimiento final de los cultivos." Se presume que esto sería peor bajo la aplicación masiva de Fusarium oxysporum.
En otras palabras, la presencia de cantidades activas de micotoxinas en el suelo en sí, constituiría un grave peligro para los cultivos sucesivos. Combinar este efecto con la presencia de un hongo que se reproduce y puede mutar (por lo que tendría una inmunidad a sus propias toxinas), traería consecuencias aun más graves.
Los efectos descritos por Krasil'nikov son los mismos que se ven en todos los cultivos cincuenta años más tarde en el Perú.
En 1998, el Congreso de Estados Unidos propuso que UNDCP (Programa para el Control de Drogas de Naciones Unidas) elaborara para un período de 10 años, un "Plan Maestro de Micoherbicidas para el Control de los Cultivos Narcóticos" en Estados Unidos y todos los países productores de drogas en el mundo, desde América Latina hasta el Medio Oriente y Asia. A comienzos de 1999, Jim McDonough, antiguo funcionario de UNDCP, quien fuera contratado como jefe de la Oficina de Control de Drogas de la Florida por el Gobernador Jeb Bush, ya venía haciendo un cabildeo a favor del uso del Fusarium para combatir los cultivos ilícitos de marihuana en la Florida. Después de que otros organismos del estado de la Florida, en particular los departamentos de medio ambiente y de agricultura, ciudadanos y la prensa expresaron sus preocupaciones, sobretodo, hacia la mutabilidad de Fusarium, la idea del uso de este hongo en Florida cesó.
Así terminó la idea de utilizar Fusarium en Estados Unidos, pero hubo planes para otros países, donde la posibilidad de estar en contra de los planes del gobierno de Estados Unidos fuera mucho menor. El hongo Fusarium fue considerado para su uso en Colombia y Pleospora para zonas donde se produce amapola, sobretodo en Asia.
Fusarium fue considerado parte del Plan Colombia por razones económicas y razones que muestran una falta de democracia en Estados Unidos; es decir, esta idea surgió por una alianza entre sectores gubernamentales y la extrema derecha en el Congreso de Estados Unidos, el cual está manejado por dinero y no por la voluntad popular de la gente.
Supuestamente, el Departamento de Agricultura empezó a trabajar con Fusarium en 1987, repitiendo abiertamente que era un trabajo secreto de la CIA. El Dr. David Sands, biólogo proveniente de una familia muy poderosa, fue quien aisló una cepa de Fusarium oxysporum de una especie de coca que se llama Erythroxylum novogranatense. Las plantas utilizadas fueron del mismo grupo que el Dr. Plowman me dio para cultivar en 1976, pero fueron contaminadas en Hawai. La cepa aislada se llamó EN-4, y fue la más recomendada para el uso contra la coca. El USDA empezó a trabajar en muchos aspectos con EN-4, por ejemplo: cómo producirlo en grandes cantidades, cómo aplicarlo, etc. Lo único que no hicieron fue estudiar los riesgos de las micotoxinas existentes. ¿Por qué actuaría así el USDA? Bueno, el USDA está interesado en seguir obteniendo fondos del Congreso, para lo cual tiene que ofrecer algo que interese a las grandes potencias dentro el Congreso, y que a la vez les dé dinero para seguir trabajando. La guerra contra las drogas estaba de moda en el Congreso y el USDA apoyó la idea de desarrollar una "bala de plata" contra las drogas. La mayoría de los científicos e incluso gente dentro del USDA realmente no creyeron en eso, pero fue una manera de conseguir que los fondos se siguieran asignando. La mayoría de los científicos tenía sus propias investigaciones y aunque pensaron que nunca se utilizaría este mecanismo, los fondos del gobierno se dirigieron para este fin. Así fue que David Sands, con ideas diferentes al resto de la comunidad científica, y apoyado por un ex general de la Fuerza Aérea, estableció su propia compañía para producir Fusarium, a la cual llamó Ag/Bio Con. David Sands pensó que iba a salvar el mundo y ganar bastante dinero, así, habló con sus amigos en el Congreso y ellos incluyeron fondos en el Plan Colombia precisamente para que su compañía otorgara Fusarium a Colombia. Al mismo tiempo, el Departamento de Estado pretendía utilizar Fusarium en Colombia, pero quería hacerlo con el aval de Naciones Unidas, y así fue que se eligió a la pequeña y casi endeudada oficina de control de drogas de UNDCP. Para esta oficina y su jefe Pino Arlacchi estos fondos serían bienvenidos, solamente faltaba el detalle de convencer a los Colombianos.
Mientras tanto, Sands estaba posicionándose para que los fondos del Plan Colombia fueran a su compañía. El ya conocía a los más trogloditas del Congreso, quienes le arreglaron una reunión con el presidente Pastrana, quien estaba de acuerdo con la idea. Sands viajó a Colombia para convencer a algunos miembros de la comunidad científica, y allí fue donde falló. Dijo que su cepa "EN-4" era nativa de Colombia –lo cual era mentira. Amenazó a científicos para que no hablaran con la prensa, y actuaba de una manera muy arrogante dando una mala impresión. Sharon Stevenson y yo viajamos a Colombia unas semanas después de su visita, y hablamos con la mayoría de la gente con quien él se entrevistó. Sands había propuesto un bombardeo de saturación de Fusarium sobre Colombia, utilizando aviones a una altitud demasiado grande como para ser bajados por cohetes o fusiles. Los colombianos no pudieron obtener mucha información de Sands acerca de Fusarium como un micoherbicida, pero en las planicies de Bogotá ya habían tenido una experiencia muy grave con una plaga de Fusarium que atacó la industria de claveles, donde todavía no se pueden utilizar suelos para cultivarlos, y en su lugar se usan técnicas hidropónicas.
El Ministerio de Gobierno de Colombia nos pidió información y la proporcionamos, en tanto el Ministerio del Medio Ambiente definitivamente no quiso importar el producto de Sands. Posiblemente por razones económicas, querían tener los diez millones de dólares que están siendo asignados para el desarrollo de un micoherbicida en Colombia. Entonces salieron tres versiones o contrapropuestas de organizaciones afiliadas al Ministerio del Medio Ambiente. Dichas contrapropuestas serían una manera de sacar dinero del Congreso norteamericano para entidades colombianas, y frenar el proyecto de utilizar Fusarium como micoherbicida, así como también servirían para mejorar la mala imagen que el gobierno estaba reflejando. La idea era buscar un agente bioquímico alternativo, que no tuviera la reputación de Fusarium. El problema con este proyecto, es que uno debería ser demasiado ingenuo para creer que cualquier agente bioquímico que pueda matar una planta como la coca no va a causar daños también a otros organismos. Por lo tanto, debemos estar muy vigilantes con lo que se está proponiendo en Colombia.[3]
Cultivos ilícitos y guerra biológica: Retorno al Índice
[1] Ponencia presentada por el autor en el Encuentro Internacional "Uso de armas biológicas en la guerra contra las drogas”, organizado por Acción Ecológica en Quito, Ecuador, los días 10 y 11 de octubre de 2000. Antes de iniciar agradeció a Sunshine Project, a Acción Andina, TNI y a Acción Ecológica, y especialmente a la Fundación MacArthur, que concedió una beca “Investigación y Escritura” al autor y a su colega Sharon Stevenson, para estudiar los micoherbicidas durante el último año.
[2] Investigador independiente
[3] El proyecto de investigación sobre los posibles “controles biológicos” a partir de la flora y fauna nativa, fue retirado por UNDCP y por el Ministerio del Medio Ambiente de Colombia.
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