DECLARACION INICIAL ASAMBLEA PERMANENTE DE LA SOCIEDAD
CIVIL POR LA PAZ
(BORRADOR PARA DISCUSION)
Delegados y delegados de diversos sectores sociales,
regiones y de 20 departamentos, reunidos en Bogotá los días 30 y 31 de julio
1998, en un momento histórico de transición al nuevo milenio y enfrentados a
construir una paz justa y duradera nos hemos constituido en Asamblea Permanente
de la Sociedad Civil por la Paz.
Esta Asamblea es un proceso orientado a fortalecer el
movimiento social y las expresiones del poder ciudadano por la paz, que en el
convergen diversos sectores de la sociedad en el propósito común de contribuir
a la definición de los contenidos e instrumentos de un Acuerdo Nacional para
construir la paz con justicia socia. Es democrática, autónoma, participativa,
amplia, pluralista y en continua construcción en lo nacional, regional, local y
sectorial.
La paz es obra de la justicia social y exige la adopción
de un orden en el que mujeres y hombres puedan realizarse como tales, su vida y
su dignidad sean respetadas, sus legítimas aspiraciones satisfechas, su acceso
a la verdad, a la reparación y su libertad garantizadas, exige también el
respeto y la promoción de los derechos humanos y la instauración de un modelo
de desarrollo económico y social que haga posible la equitativa distribución de
la riqueza, del saber y del poder, y la democracia de participación y de
solidaridad. La paz es un derecho irrenunciable, y un deber ineludible, que
debe ser construida por todos y por todos y todas, construcción colectiva en la
cual la sociedad civil en toda su diversidad está llamada a ser la principal protagonista.
Como reacción a la multiplicidad de violencias que
amenazan la vida, la integridad física o los bienes en todas las esferas de la
sociedad y como resultado de la confluencia de muchos esfuerzos y
circunstancias, se está abriendo una oportunidad excepcional para la paz. Hoy
existe un movimiento ciudadano por la paz, el presidente electo se a
comprometido a iniciar negociaciones de paz con la insurgencia, los actores
armados han expresado su voluntad de comprometerse también en un proceso de negociaciones
y la comunidad internacional ha manifestado su disposición para contribuir de
manera activa en la solución negociada del conflicto y en la construcción de
las bases económicas de la paz.
Esta Asamblea propicia la coordinación de los diferentes
movimientos por la paz; defiende el cumplimiento del Mandato Ciudadano
contenido en el voto por la Paz, la Vida y la Libertad y respalda las
iniciativas en curso para desarrollar diálogos con los actores armados. En
particular, respalda el Acuerdo de Puerta del Cielo y se compromete con la
realización de la Convención Nacional y los foros regionales y sectoriales; el
despeje de los cinco municipios para propiciar los diálogos entre la sociedad
civil, las FARC y el gobierno. La Asamblea saluda y convoca la presencia
solidaria de la comunidad internacional en el proceso de construcción de la
paz, con respecto de nuestra soberanía.
Las positivas expectativas de paz generadas por nuevas
condiciones obligan a reafirmar aspectos básicos que contribuyan a crear un ambiente
de confianza entre los actores armados y entre estos y la sociedad civil, así
como a fortalecer la participación de la sociedad en una futura
negociación :
El compromiso por parte de los actores armados de poner
fin a los asesinatos selectivos, las masacres y el respeto a la vida de los
combatientes puestos fuera de combate. El rechazo al secuestro ; la no
realización de bombardeos sobre zonas campesinas ; el abstenerse de
reclutar menores derechos a la objeción de conciencia ; el respeto a la
decisión de las comunidades urbanas o rurales, campesinas o indígenas de no
involucrarse en el conflicto armado ; el respeto a todas las iniciativas
de paz sean de orden económico o de orden político, y el acatamiento sin
condiciones de las normas de Derecho Internacional Humanitario. La Asamblea
propone que el establecimiento de estos compromisos sea objeto de los próximos
encuentros entre los actores armados y las representaciones de la sociedad
colombiana. También que se establezcan los mecanismos de verificación de su
cumplimiento.
La Asamblea, con base en los aportes de las Asambleas
regionales y locales, de las dinámicas sectoriales e institucionales y del
debate de las comisiones en esta primera sesión de la Asamblea Nacional acuerda
los siguientes elementos fundamentales para la agenda de paz :
1.
Cambios
profundos en el modelo de desarrollo socio económico, político cultural y
ambiental que promueva el desarrollo integral del ser humano, que conduzca a la
creación de riqueza y la equidad en su distribución, la democratización de la
propiedad y garantizar el empleo digno y los derechos económicos, sociales y
humanos tales como los de salud, educación, vivienda y seguridad alimentaria
entre otros.
Reforma Agraria integral que
tenga en cuenta la equidad con la mujer campesina, la distribución justa y la
función social y ecológica de la propiedad que garantice financiación,
tecnología sostenible, infraestructura y servicios básicos a la población rural
y a la organización y participación de los pobladores. La erradicación de
cultivos ilícitos mediante sistemas manuales respetuosos del medio ambiente, y
su sustitución mediante el desarrollo de sistemas productivos. Reforma urbana
que brinde servicios básicos e integre a la población marginada de las ciudades
a los beneficios del desarrollo integral. La política de atención integral a la
población afectada por la violencia y en especial los desplazados y familiares
de las víctimas en conflicto armado.
Este nuevo modelo debe proteger el medio ambiente y la
naturaleza. Por ello debe revisarse la política petrolera, energética y minera
del país para garantizar la autonomía y la sostenibilidad energética y la
gestión ambiental social y cultural, asumiendo los costos reales que implica la
prevención, compensación y mitigación o reparación de los daños a los intereses
colectivos de las comunidades locales en toda la política estatal y en la
organización social debe respetarse la concepción de equilibrio entre los seres
humanos y la naturaleza humana que tienen los pueblos indígenas y negros.
2.
Reestructuración
democrática del régimen político que nos conduzca a la construcción de un
estado sin corrupción al servicio del bien común, de la colectividad y por
sobre todo comprendido con la superación de las exclusiones de las
desigualdades sociales y de la pobreza ; estado basado en la participación
decisoria de las mayorías nacionales que posibilite la reestructuración de las
relaciones de poder, el respeto y el reconocimiento de los derechos de los
ciudadanos y ciudadanas ; con un orden público democrático que brinde
seguridad, sin impunidad ; con unas fuerzas armadas reestructuradas que
tengan como objetivo supremo la defensa de la integridad territorial y la
soberanía nacional y una política encargada de la protección de la vida y los
derechos. Estado que brinde espacios para la participación social y política a
los hombres y mujeres de este país, descentralizado, con respecto a las minoría
étnicas soberano y en el cual funcione un sistema plural de partidos y en el
sistema que se ofrezcan garantías a la oposición política . Un estado que
garantice la democratización de los medios de comunicación y de la información.
3.
Desarrollo
del proceso de regionalización, de acuerdo a lo previsto en la Constitución de
1991, que potencie el crecimiento de las regiones y respete la diversidad
regional, étnica y cultural.
4.
El nuevo
orden político debe comprometer tanto al Estado como a la sociedad civil en la
constitución de una sociedad en paz y en convivencia, en la creación y puesta
en marcha de una pedagogía y una cultura para la resolución pacífica de los
conflictos, que sea respetuosa de la pluralidad étnica y cultural existente en
nuestro medio y que promueva el respeto por el otro y por las diferencias de
género, de etnia y de creencias.
5.
Una
sociedad y un estado basados en el respeto, la garantía y la promoción de los
derechos humanos y el derecho internacional humanitario. Este exige el
cumplimiento estricto de los protocolos de Ginebra, la puesta en práctica y el
desarrollo de las propuestas del Mandato Ciudadano por la paz, la vida y la
libertad y sobre todo exige de todos los actores armados el respeto a los
derechos de la población civil, en especial el de la vida y la no provocación
de su desplazamiento como primer paso para avanzar en la negociación política
del conflicto.
Somos decididos partidarios de la negociación política del
conflicto armado y pedimos a todos los actores armados suscribir acuerdos con
el gobierno para la humanización del conflicto, estableciendo claros mecanismos
de verificación de los acuerdos suscritos, tal como lo propone el proyecto de
acuerdo presentado a esta Asamblea por la Comisión de Conciliación Nacional,
alternativas que hagan posible cuanto antes el cese al fuego, los despejes y la
puesta en marcha de los mecanismos de distensión. El propósito fundamental de
las normas humanitarias es proteger a los no combatientes, y por lo tanto los
actores armados deben diferenciarse de la población civil para permitir su
protección.
Proponemos a los medios de comunicación que con su
compromiso con la construcción de la paz, se manifieste en abrir sus espacios a
las diferentes expresiones de la sociedad con criterio pluralista y
democrático, sin hacerle concesiones a la guerra en aras de captar sintonía o
ampliar circulación. Los comunicadores tienen el deber ético de aportar
elementos que contribuyan a la comprensión del conflicto y a fomentar valores y
actitudes de tolerancia y solidaridad.
Demandamos de la comunidad internacional su solidaridad, y
participación en mecanismos como la verificación, acompañamiento, y de otros
demandados y aceptados por las partes, asi como la creación de fondos y
diversos instrumentos que permitan llevar a la práctica los acuerdos logrados
en la negociación política, en el marco del respeto por el proceso de
negociación interna.
En la promoción de coordinación e integración de las
diferentes iniciativas de paz, la Asamblea se compromete en la realización de
diferentes eventos tales como la Semana por la Paz el próximo mes de Septiembre
en la Jornada del 26 de octubre y en el encuentro entre ciudadanos del 10 de
Diciembre, con ocasión del cincuenta aniversario de la promulgación de la carta
de los Derechos Humanos, llamamos al gobierno que se inicia el próximo 7 de
Agosto, y al Estado en su conjunto, a desarrollar un auténtico proceso de paz,
a comprometerse con una política efectiva de respeto y garantía de los
asociados ; la lucha contra la impunidad, de plena vigencia de las
libertades públicas para favorecer la organización y expresión de la sociedad
civil y, de diálogo y concertación para definir las políticas económicas y
sociales que afectan a la población. Es indispensable, para enfrentar la actual
situación económica, buscar medidas cuyo costo no recaiga sobre los sectores
menos favorecidos.
Reafirmamos una vez más desde este espacio de convergencia
de la diversidad regional, social, étnica, religiosa, política y cultural que
la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil es el encuentro de los diferentes
para buscar alcanzar consensos y precisar las diferencias, en el objetivo común
de construir una sociedad basada en la justicia social que haga sostenible la
paz.
ES DE TODOS Y DE TODAS, TODO EL TIEMPO, EN TODAS PARTES ES
LA PAZ !
Biblioteca Luis Angel Arango, Bogotá, 1998 07-31.
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