CRUZADA POR LA DEFENSA DE LOS
PARQUES NACIONALES NATURALES
Sandra Suárez Pérez*
El país entero está consternado y con razón:
Los Parques Nacionales Naturales están siendo amenazados.
Colombia tiene 9.257.859 hectáreas de áreas protegidas,
en 49 Parques Nacionales Naturales, como una de las principales
estrategias para la conservación de la biodiversidad y
la protección de las especies. Los cultivos de coca y
amapola y las actividades de procesamiento y tráfico de
droga amenazan con destruir esa riqueza. Por cada hectárea
de coca, se destruyen irremediablemente 3 hectáreas de
bosque y por cada hectárea de amapola, son arrasadas 2,5
hectáreas de bosque, mientras que los daños a las
fuentes hídricas por el vertimiento de precursores son
incalculables. No podemos ser indiferentes ante una devastación
de tal magnitud. Todos los colombianos debemos exigir a quienes
cometen este atropello, respeto por nuestro patrimonio natural,
que es el futuro de las generaciones venideras y el Gobierno
Nacional debe evaluar alternativas para evitar que esto continúe.
Si bien es cierto
que el Consejo Nacional de Estupefacientes modificó la resolución 1065 de 2001 y adoptó la
0013 del 27 de julio de 2003, mediante la cual se aprobó la
aspersión de cultivos ilícitos en las áreas
protegidas, hasta la fecha no se ha llevado a cabo esta medida
y no está prevista en el corto plazo.
La Unidad de Parques
viene adelantando programas con la comunidad. "Parques
con la gente", por ejemplo, parte de la convicción
que conservar los recursos naturales sólo es posible con
los actores sociales que hacen uso de ellos. El Proyecto "Desarrollo
Sostenible Ecoandino", del Ministerio y el Programa Mundial
de Alimentos de las Naciones Unidas, que ejecuta la Unidad de
Parques, apoya a 10.071 familias que viven con precarias condiciones
alimentarias, de salud y saneamiento ambiental, en las zonas
amortiguadoras de 17 áreas protegidas, en 353 veredas,
43 municipios y 13 departamentos.
A marzo de 2004
un total de 18.156 Familias Guardabosques, con contratos individuales,
hacen erradicación manual de cultivos
ilícitos y están comprometidas en la protección
y recuperación del bosque. De éstas, alrededor
de 3.000 están en las zonas de amortiguación circundantes
a los Parques Naturales.
Adicionalmente,
la Unidad Administrativa Especial de Parques Naturales del
Ministerio está evaluando nuevas alternativas
complementarias con apoyo comunitario y gestionando recursos
de cooperación para eliminar estos cultivos y detener
su expansión al interior de los parques. Ellas se implementarán
y se evaluará su efectividad.
La posición del Ministerio de Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial y de la Unidad Administrativa
Especial de Parques
Naturales es que no se debe proceder con la medida de la fumigación
de los parques hasta tanto no se ensayen otras alternativas como
la erradicación manual. En el caso que éstas no
muestren efectividad o no puedan llevarse a cabo satisfactoriamente
para el fin esperado, se evaluará por petición
del Consejo Nacional de Estupefacientes la posibilidad del uso
del glifosato, con todas las condicionalidades técnicas
y ambientales, la evaluación del impacto ambiental y la
supervisión de una comisión de expertos que se
definirá para tal fin, si esta situación llegare
a presentarse.
El país puede estar tranquilo porque el Ministerio de
Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial procederá en
lo que le corresponde con todo el rigor para proteger el medio
ambiente y garantizar un ambiente sano, como lo dice la Constitución
Nacional. Pero lo que sería a todas luces irresponsable
es hacer una invitación a los grupos armados ilegales
para que encuentren en los Parques Nacionales santuarios de ilegalidad,
propicios para actividades como el cultivo y procesamiento de
drogas, a costa de los recursos naturales, razón por la
cual el Gobierno Nacional no puede descartar la evaluación
de distintas medidas.
Ojalá el país entero se movilice y adelante una
cruzada para monitorear el tema y prender las alarmas, si el
problema de los cultivos ilícitos en Parques, en lugar
de ceder, continúa avanzando peligrosamente.
Indignación debemos sentir todos los colombianos y la
comunidad internacional frente a los grupos armados ilegales,
que además de sembrar el terror, se han convertido en
los mayores depredadores del medio ambiente.
*Ministra de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial