La Eloria noyesi, una especie nocturna,
nace, vive y
La Eloria noyesi, una especie
nocturna, nace, vive y
Mariposas contra la cocaína
Fernando Araújo Vélez
Las
leyendas de los náhuatl en México las fueron sacralizando hasta convertirlas en
el alma de los guerreros que habían muerto en el campo de batalla. Entonces
retornaban en forma de mariposa nocturna, con sus cantos casi imperceptibles
para contar lo que sabían sobre sus enemigos. En adelante nadie más las pudo
cazar, era prohibición y mal augurio al mismo tiempo. Su signo sagrado se
extendió, primero por todo México, y luego hacia el sur. En Colombia jamás las
asociaron con los guerreros, pero siempre fueron respetadas, en un tiempo,
mediados del siglo XIX, porque para los indios de la Amazonia su manera de
volar, en círculos irregulares, y su eterno canto, eran síntomas de buen
dormir.
Muchos
años más tarde supieron que la Eloria noyesi era la única especie de mariposas
que crecía, vivía y se alimentaba en las hojas de la coca. “La gringa, gringa”,
comenzaron a llamarla, irónicamente, por su adicción a la coca. “La gringa” era
uno de los 45
“La
propuesta era la misma de ahora: cambiar los métodos
De Calarcá
al ministerio
Las
mariposas se le transformaron en una obsesión. Supo
Beige,
pequeña, no más grande que dos moscas juntas, nocturna y eternamente cantarina,
“La gringa” volvió a ser
El
Gobierno aún no ha respondido. En los círculos de los entomólogos se suele
escuchar que hay intereses compartidos en el tema del glifosato, un asunto
económico, como en casi todo. “Lo que para la lógica es obvio, para ellos no”,
dicen. Y mientras esperan, cultivan más y más mariposas, y las cuidan, casi con
la misma devoción de los antiguos guerreros náhuatl.
Negocio
multicolor
Colombia
tiene 3.500 variedades de mariposas —de 15.000 que hay en el planeta— y el 35%
corresponde a especies endémicas, es decir, originarias del país. Por su
cantidad y calidad, hay una alta demanda de estos insectos en mercados como los
de Europa, Estados Unidos y Japón, para comercializarlos como pupas, insectos
secos y mascotas. En Oriente, por ejemplo, un coleccionista puede llegar a
pagar hasta 300 dólares por una mariposa colombiana. En Europa, los alemanes e
italianos son quienes más las apetecen. Sus precios oscilan entre los 100 y los
250 dólares. Por esto, en los últimos años, varias firmas nacionales se han
dedicado a investigar este nuevo campo de exportación.
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[2][1] Los naturalistas sostienen que el uso de esta mariposa
como arma en contra de
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