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PROHIBEN COMERCIALIZAR PRODUCTOS DERIVADOS DE HOJA DE COCA
En Colombia, una orden 
del Instituto de vigilancia de alimentos, una entidad del gobierno nacional, 
recorre las principales ciudades del pais. En ella 
se pide a la Policía y a las direcciones seccionales de salud, "recoger todos 
los productos derivados de hoja de coca que se esten comercializando en tiendas 
y almacenes", porque su libre distribucion viola la Convencion de Naciones 
Unidas sobre drogas de la cual el estado colombiano es signatario, en vista de 
lo cual en adelante, solo podran elaborarse y consumirse en los territorios 
indigenas.
La prohibición se registra 
justo antes de que en Viena se reuniera la Junta Internacional de Fiscalización 
de Estupefacientes JIFE y en el mismo momento en que ese ente internacional 
cuestiona la politica del gobierno de Bolivia de impulsar la industrializacion 
de la hoja de coca en ese país. Uno de los motivos que expone la medida 
prohibitiva es que la libre circulación de la aromatica y la gaseosa de coca 
esta condenada en las Convenciones de drogas de la ONU.
Los productos prohibidos 
son té de coca y un refresco que lleva el sugestivo nombre de Coka Sek. Estos 
son elaborados por la comunidad indigena Páez del resguardo Calderas del Cauca, 
región ubicada al occidente del país. La hoja de coca en los andes colombianos 
tambien es utilizada por los indigenas 
en practicas culturales y alimenticias desde hace 
miles de años tal como ocurre en varias partes de Bolivia y Perú. La medida del 
gobierno dice que el té y el refresco solo podrán consumirse entre los pueblos 
originarios prohibiendo a los demas miembros de la sociedad el acceso a estos 
productos que han sido promovidos como un energizante natural muy útil en el 
agitado mundo citadino.
El refreso y el té, a 
base de coca en estado natural, son impulsados por Nasha esh, una empresa 
comunitaria que ante la reiterada negativa del estado acudió a una legislación 
especial que según la Constitución permite a las autoridades de los resguardos 
indigenas producir sus alimentos y venderlos en el mercado para obtener fondos. 
La elaboración es sencilla pero sometida a controles de ingenieros de alimentos 
y se llevan al público en una atractiva presentación. La gaseosa es de hecho una 
clara competencia a la coca-cola en varias zonas rurales. La empresa por ahora 
ha pedido a la Procuraduría General investigar la conducta disciplinaria de 
quienes ordenaron la prohibicion y esta buscando ampararse en normas 
internacionales que le permitan sobrevivir. 
Recuerdo que siendo 
Representante a la Cámara por el Guaviare en 2004, presentamos un
proyecto de Ley con voceros indigenas, para que en Colombia se permitiera el 
uso, transporte, tenencia y consumo de hoja de coca en estado natural, con el 
único fin de abrir lugar a la conformacion de asociaciones de productores que 
destinaran la hoja a la elaboracion de productos beneficos como los prohibidos 
ahora. El Ministerio del Interior y el consejo de política criminal acudieron al 
Congreso a bloquear el trámite logrando que la mayoría uribista negara la 
iniciativa.
Con la absurda medida comentada 
una vez más se hace presente el dogma prohibicionista del gobierno del 
presidente Alvaro Uribe cuestionado por los vinculos de miembros de su gobierno 
con el grupo terrorista paramilitar causante de miles de asesinatos de 
campesinos e indigenas del país. Y es una muestra más de la ortodoxia represiva 
del régimen colombiano que impide la aparicion de alternativas beneficas para la 
humanidad en el uso de la hoja de coca.
Pedro Arenas
Excongresista de Colombia
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