ENCUENTRO REGIONAL DE LA COMISIÓN MUNDIAL INDEPENDIENTE (CMI)
Fuimos a Popayán cinco personas. La participación fue construida a partir de gestiones de Koinonia. El interés fue atender a las dos dimensiones que Mamacoca había indicado: fortalecer las articulaciones de productores o campesinos en medio a la producción de sustancias cualificadas como ilícitas y ofrecer contribuciones a la discusión de Reducción de Daños (RD).
Las negociaciones para la participación de alguien del área de RD eran debidas al indicativo que habrían interéses de parte de la Alcadia de Bogotá para un Programa de RD. Mientras toda gestión para la invitación generó tensiones, por fin la Asociación Brasileña de Reductores de Daños ha indicado a Luiz Paulo Guanabara.
Así la comitiva fue formada por tres estudiosos sobre cuestiones relativas al ciclo productivo de la cannabis en Brasil y sus consecuencias rurales y urbanas (Ana Motta; Paulo Fraga y Jorge Atilio Iulianelli), que representaban a la vez sus instituciones (Universidade Federal Fluminense, Universidade Estadual de Santa Cruz y Koinonia – Presencia Ecuménica y Servicio).
Además de esos dos instituciones del Movimiento Social, Pólo Sindical de los Trabajadores Rurales del Submédio São Francisco, representado por su Coordinadora Rita de Cássia Santos Nery; y la Asociación Brasileira de Reductores de Daños, representado por su Secretario de Relaciones Internacionales, Luiz Paulo Guanabara.
El FAA fue una oportunidad para profundizar las articulaciones de productores de hoja de coca, usuarios tradicionales de la hoja introduciendo los temas de los usuários de cocaína y de los productores de otras plantas cualificadas como ilícitas, como es el caso de la marihuana (cannabis), y de los campesinos afectados por ese circuito económico – por las cosecuéncias decurrentes de las actuales políticas prohibicionistas.
Algunos temas que a mi se me presentan destacables son los siguientes: cuestión ambiental; fumigaciones + violencia + derechos humanos; productores de hoja de coca; militarizacón de las políticas de drogas y la cuestión de los cultivos hechos ilícitos y sus efectos.
Sobre el primer tema, hay cuestiones relativas a la presencia del cultivo de la coca ancestralmente en la región andino‑amazónica. Más allá de la diversidad de la planta, hay consideraciones acerca de la integración de la coca y la cultura, religión, economía y ordenamiento político de los pueblos tradicionales – sobretodo en Bolivia y Perú. Además, el uso de la hoja de coca nada tiene que ver con drogodependencia. Así que la coca hace parte de una ecología social que no puede ser despresada en las discusiones.
La segunda cuestión y la tercera están íntimamente asociadas. Efectivamente, hoy por hoy el tema de las fumigaciones y sus efectos afectan más en directo las poblaciones de Colombia. Especialmente los indígenas y campesinos de Colombia pasan a ser estigmatizados y criminalizados. En todos los países se crea el epíteto de narcoterroristas. Eso apenas refuerza el juego ideológico desarrollado a partir de los EE.UU. El efecto es detención en masa de campesinos y aspersión aérea del glifosato. Ese agente químico, ese veneno, promueve la destrucción de la fauna y la flora, además de promover molestias graves para los seres humanos – desde la ceguera hasta deformaciones genéticas hereditarias. En términos regionales eso lleva a los gobiernos constituyeren política extremas de control de esa producción y circulación – sobretodo de la coca. En general eso amplia el uso de la fuerza en ese combate. En el caso de Brasil, una clara indicación de esa militarización es la reglamentación de la ley el abate.
La última cuestión nos lanza en directo sobre el tema de las políticas de drogas. No es tanto tratar de la cuestión de la producción de la hoja de coca solamente. Sino que e trata de construir una visión más profundizada sobre los efectos sociales, ambientales y en términos de garantías de derechos humanos que las actuales políticas de drogas poseen. Por eso, se trata de la necesidad de construcción de una lectura sobre las solidaridades posibles entre los diferentes grupos sociales afectados en directo por esas políticas.
Una evaluación de los procesos en el FAA permiten notar que hube avances y hay avances que necesitan ser más elaborados.
Es necesario elaborar más el proceso de discusión sobre RD, con la ampliación de la noción para más allá de su uso médico-terapéutico. RD de los efectos legales para los campesinos y indígenas; RD de los efectos de estigmatización de las capas subalternas de la sociedad que estén en directo en las actividades económicas del circuito de las drogas. Hay una necesidad de ampliación del concepto para que su efecto político y social sea también de promoción y garantía de los derechos humanos de todos los envolvimos en el proceso del circuito de las drogas, más allá de los usuarios.
Hubo avances en términos de articulación de los productores de hoja de coca, que estaban rearticulando el Consejo Andino de Productores de Hoja de Coca – incluso eso fue un puente para el Seminário Internacional Coca y Soberanía.
Hubo avances relativos a la inclusión del tema de la marihuana (cannabis) y hay necesidades de avances relativos al tema de la amapola. Hay necesidades de avances para una perspectiva más dirigida a la temática de promoción y garantía de derechos humanos de los enrollados en el proceso.
En relación a los participantes de Brasil, hasta donde hicieron saber, hay una impresión muy positiva del FAA. Hube dificultades de comunicación por parte de Rita de Cássia, y eso nos lleva a pensar sobre la necesidad de garantizar participación de campesinos brasileños en esa discusión con apoyo para comunicación. Hube problemas de realización de todas las actividades previstas, pero eso no apagó el brillo de la iniciativa. Una palabra evaluativo de congratulación a María Mercedes Moreno que hizo todo un esfuerzo, con su simpatía, para que el FAA pudiera ocurrir.
Algunas sugerencias:
1. Sobre discusiones políticas en el interior de la CMI y en nuestras articulaciones regionales: que ninguna articulación sea hecha sin un proceso de discusión entre aquellas personas y instituciones que se desee incorporar y que el sea el más transparente posible a fin de evitar problemas políticos entre las organizaciones involucradas en el proceso;
2. Leyes de drogas de los países de ALC (concentración en los países de América del Sur) – Más que una discusión sobre las leyes de coca deberíamos tomar en consideración las leyes de drogas de los distintos países;
3. CICAD-OEA – No hay ninguna confirmación, hasta ahora, de una comisión sobre fumigaciones en la OEA. Pero, hube una denuncia de efectos de fumigaciones hecha por una organización indígena colombiana. Entonces:
3.1. Deberíamos verificar si hay en la Cicad algo como una intención de constituir una comisión como esa;
3.2. Deberíamos acompañar en la Comisión de Derechos Humanos de la OEA la petición hecha por esos indígenas y politizada en nuestros países.
4. En relación al tema derechos humanos deberíamos profundizar la dimensión económica, social y cultural de esa discusión y involucrar a Amnesty Internacional, Global Justice e Serpaj-AL.
5. Para construir más alianzas deberíamos involucrar a los Consejos de Iglesias Cristianas: CLAI; CIC EE.UU.; CMI – Deberíamos aportar a ellos las relaciones entre la Década Ecuménica para la Superación de la Violencia y esas acciones que estamos desarrollando.
6. Para construir alianzas en Brasil es importante involucrar a algunos políticos, sería bueno que fuesen invitados a La Paz y que recibisen el documento de conclusión del FAA: Ministra Marina Silva, MMA; Ministro Nilmário Miranda, SEDH; Senador Sebastião Viana (PT-Acre); Deputado Fernando Ferro (PT-Pernambuco); Deputado Josias Silva (PT-Bahia); Deputado Fernando Gabeira (Independente-RJ).
Jorge Atilio Silva Iulianelli
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citando a Mama Coca.