La transición de Jibina*, de sujeto a objeto
Apreciaciones de un nuevo producto
Para
el pueblo uitoto, jibina es sinónimo
de fuerza, es medicina. La hoja de coca es la materia prima del mambe, que se
puede elaborar al interior del hogar para los hombres de la familia, o en la
maloka para toda la comunidad donde es parte fundamental de la celebración de
fiestas. El mambe es alimento, es vida; mambeando se planifica la chagra, que
es la porción de la selva destinada a los cultivos de consumo familiar y el
mambeadero, ubicado en el costado sur oriental de la maloka; un lugar de
reflexión y enseñanza.
El
presente ensayo recoge algunas apreciaciones en torno al significado de la coca
para los uitotos y de sus posibles transformaciones en el momento de entrar en
colisión con una economía de mercado; las ideas que siguen a continuación son
fruto de la investigación realizada para la elaboración de mi trabajo de grado[2].
En una de las entrevistas realizadas, me sorprendió este testimonio: “yo estoy
hecho de mambe...”; una frase que para mí es un claro reflejo del valor
simbólico que le asigna el pueblo Uitoto a la planta de coca. Sin embargo, poco
antes de terminar mi fase de campo observé en repetidas ocasiones que el mambe
se vendía; incluso yo compré una cantidad equivalente a 5.000 pesos colombianos
para mostrarlo en la sustentación del trabajo de grado. Este hecho hizo que, al
finalizar mi tesis, me quedara la sensación incipiente de haberme concentrado
demasiado en algunos aspectos macro-culturales y ecosistémicos del problema,
descuidando la cotidianidad de una comunidad.
La
venta de mambe hace parte de esa cotidianidad, y este ensayo es para mí la
mejor manera de entender y describir cómo una planta sagrada se comercializa y
se convierte en un producto. Pretendo entonces presentar un análisis, dentro
del marco de la ecología política, sobre la venta del mambe en
Antecedentes:
síntesis histórica del comercio de coca .
En
la investigación realizada por Hermes Tovar Pinzón en 1994[3]
se demuestra que el comercio de la hoja de coca no es nuevo, ni es una
inquietud que surja simplemente como respuesta a la cercanía a un centro
urbano. Esta historia se remonta al siglo XIII cuando la coca cultivada en las
zonas bajas de los trópicos, especialmente en las selvas del Amazonas, era un
articulador de estructuras de intercambio entre comunidades de selva y señoríos
que dominaban las alturas.
Según
Tovar[4]
la historia de la coca inicia con los incas, cuando éstos decidieron expandir
los cultivos y asumir el control y manejo de su producción (entre 1250 y 1315).
Así, Inca-Roca envió un contingente de 15 mil guerreros a ocupar tierras aptas
para el cultivo de la coca. La expansión continuó en 1471 con Tupac Inca, y de
1493 a 1525 en cabeza de Huayna Cápac. La coca se constituyó en el principal
proyecto tributario del imperio del Cuzco. Entre tanto, otros pueblos como los
chibchas, habían convertido a la coca en un producto importante de intercambio
y tributo.
La
misma investigación describe cómo durante la conquista de América, los
españoles reorganizaron la economía indígena y ampliaron el mercado de la hoja
de coca, especialmente después de 1545, cuando descubrieron las minas de plata
de Potosí (Ecuador) y los trabajadores demandaban las propiedades de
La
coca entonces pasó de ser un eje articulador de estado en culturas como la
Inca, a un elemento bien aprovechado por los españoles para diezmar los pueblos
a través del control de la producción y beneficiarse de la productividad que
generaba como suplemento alimenticio en las labores de minería; finalmente
decantó en una figura de poder legitimado en las altas esferas de la política
pública.
La Ecología
Política
Como
se advierte en esta síntesis histórica, las relaciones entre un producto como
la coca, con una dimensión ritual y simbólica indiscutible, y el mercado o el
intercambio comercial, no son nuevas, ni tampoco lo es la problemática
suscitada por esta relación. De ahí que, para abordar esta cuestión, se
requiera de un enfoque que integre estas perspectivas.
Autores
como Arturo Escobar son reiterativos en el énfasis que hace la ecología
política en las condiciones sociales; se trata de una crítica política a la economía,
destacando el hecho de que los procesos globales afectan las economías
regionales, lo cual pone en evidencia cada vez más el vínculo entre las
sociedades menos favorecidas económicamente y los problemas ambientales[5].
Por ejemplo, la relación entre el crecimiento demográfico y el deterioro
ambiental se justifica en políticas de crecimiento económico que expulsan a las
poblaciones pobres a zonas ecológicas frágiles[6].
La
ecología política es de gran pertinencia como marco de análisis de la
comercialización del mambe, en tanto ahonda en las diferentes maneras de
concebir los recursos naturales; así, además de proponer una interpretación de
su producción y distribución, la ecología política se ocupa del significado de
los mismos para las diferentes partes[7];
en este caso, los que elaboran el mambe y los que lo compran.
Amazonas: lugar de
origen fragmentado.
Si
bien la Amazonía es la cuna de varios pueblos, los procesos de desarrollo de la
sociedad occidental y especialmente los auges económicos relacionados con
productos como el caucho, han obligado a estos pueblos a dispersarse. Sin
embargo, al desarrollar mi trabajo de grado con una comunidad producto de estos
procesos y condiciones, se hizo evidente
la importancia que se le sigue asignando al saber tradicional, perpetuado a
través de la tradición oral. Esto se verificó al observar similitudes entre los
uitoto que habitan su lugar de origen (en inmediaciones del río Napo y el
Caquetá) y los que habitan los resguardos de la zona rural del municipio de
Leticia: el manejo de las chagras, la preparación del mambe y los relatos que se narran en la maloka del kilómetro 11,
son similares a los que describen investigadores como Fernando Urbina y Juan
Álvaro Echeverry, en sus trabajos sobre la dimensión cultural de la coca. En
este sentido, el conflicto entre tradición cultural y comercialización del
mambe ha de ser replanteado.
En
la constitución política colombiana (Decreto No. 2164 de 1995*)
los resguardos indígenas se configuran como territorios de propiedad colectiva
a título de las comunidades indígenas, de
carácter inalienable, imprescriptible e inembargable. Estos territorios
están sujetos al cumplimiento de la función social y ecológica de la propiedad,
conforme a los usos, costumbres y cultura de
El mambe: Negocio
sagrado.
Tras
el proceso de investigación, una de mis apreciaciones más fuertes es que la
venta del mambe en el resguardo
Tikuna-Uitoto Km. 6 y Km. 11 responde a la redefinición de los procesos de
producción de esta comunidad, debido a su continua interacción con el mercado y
con otras culturas. Para la ecología política, que aborda este tipo de
fenómenos en su ámbito “micro”
[8]
(cuando se refiere a una comunidad), es necesario establecer la incidencia de
factores externos en las actividades del resguardo, como el hecho de estar en
una zona fronteriza, en la que la competencia con otros productos del mercado
ocasiona la disminución de los precios finales y desmotiva la venta de
excedentes de la chagra.
Estos
factores son identificados por los integrantes de la comunidad y son fácilmente
apreciables en casos como el del tabaco para la elaboración del ambil, que ya
no es cultivado en la chagra sino que se compra procesado de fabricación brasileña.
La incorporación del ecosistema amazónico al mercado internacional es notoria
incluso desde las expectativas generadas en el campo del turismo, lo que lleva
a un sinnúmero de extranjeros a buscar en las malokas cercanas a Leticia
elementos rituales como el yagé, el mambe, el rape, etcétera, y motiva la comercialización de los mismos.
Por
otro lado, la venta del mambe también puede ser una respuesta a la demanda,
pues en algunos casos se paga un alto valor monetario que, en las condiciones
anteriormente descritas, neutraliza cualquier argumento basado en la identidad
y el recelo de las tradiciones. El nicho de mercado que se ha constituido en
torno al mambe: turistas, estudiantes
y profesores locales, es estable y, según parece, fácil de suplir.
La
microforma de organización establecida en el negocio del mambe comprende una zona de cultivo que, según las conclusiones del
trabajo de grado, es la chagra del Cacique[9].
Por otra parte, al preguntar en la fase de campo el por qué de dicha
producción, la respuesta fue que el mambe era para la comunidad, para la celebración
de fiestas, pero en realidad se recogía hoja de coca a diario y se preparaban
grandes cantidades. En la elaboración del mismo participaban varios integrantes
de la comunidad y si bien no quedó claro el mecanismo para repartir las ganancias
económicas, cada uno recibía una cuota equitativa en mambe sin importar la
labor realizada.
De
este modo, la redefinición del proceso productivo del mambe, del estilo de vida –en cuanto a las posibilidades de
tenencia de tierras para trabajar en chagras y del sentido de existencia de la
comunidad uitoto–, se ha producido por el cruce con la visión “occidental” de
consumo, por sus necesidades creadas y por la relación costo-beneficio. Y
aunque los Uitotos del kilómetro 11 argumenten que la venta de mambe es un
nuevo tipo de trueque, donde se recibe dinero para comprar bienes de la canasta
básica, no hay que olvidar el significado y el sentido de la moneda como icono
del poder adquisitivo propio de nuestra sociedad, que ya permea la suya.
Por
otro lado, la historia de la hoja de coca como objeto de comercio me hace
pensar que las economías exportadoras amerindias, similares a las economías
exportadoras de ciclo corto de nuestra sociedad “occidental”, son modelos
aprovechados por el mejor “tercero” y conllevan por lo general un deterioro de
las igualdades sociales, pues se nutren de la mano de obra mal paga, causantes
a su vez de una baja calidad de vida. Ejemplo de ello son las bonanzas de
varios productos como el tabaco en Ambalema (Tolima) y el caucho en la Amazonía
y en la Ceja (Antioquia), resultantes de un efecto del mercado que eleva la
demanda de un producto, hasta que éste encuentra nuevas condiciones para
mejorar la eficiencia en sus procesos de producción y por ende las ganancias, o
hasta que aparece un nuevo producto que lo desplaza.
La
comercialización de la jibina y del
mambe forma parte hoy en día de las prácticas cotidianas de la comunidad
Uitoto. De ahí que se hace necesario tener en cuenta las circunstancias
económicas y políticas más arriba descritas, antes de emitir cualquier juicio
de valor en torno al desdibujamiento de las tradiciones o la pérdida de
identidad si es que la hay. De pronto lo que existe es más un afán de parte de
nuestra sociedad occidental por encontrar y conservar condiciones teóricamente prístinas
en los pueblos indígenas, en una admiración de sus tradiciones o idealización
de sus conocimientos, que contrasta con la crisis de identidad y de valores que
ha significado hacer del mambe un negocio.
Bibliografía Citada
Constitución Política de Colombia de 1991.
Escobar, A. 1996, El Final del Salvaje: Cultura,
Desarrollo y Naturaleza en la Antropología Contemporánea, ICANH/CEREC
Leal, C. 2002, “La naturaleza en los estudios
sociales”, en Repensando la naturaleza. IMANI, ICANH, Colciencias.
Leff, E 1995 ¿De quién es la naturaleza?, sobre la
reapropiación social de los recursos naturales. Gaceta Ecológica. México
Paul. L, 1993. Ecología política de cuyabeno : el
desarrollo no sostenible de la Amazonía. ILDIS. Quito.
Tovar H, “La coca y las economías exportadoras en
América Latina”, en: Revista de la Dirección Nacional de Estupefacientes, año 2
No 2, 1994.
* Significa coca en
lengua Nepode de los Uitoto Muina
[1] Por:, Ecólogo de
[2] “Aspectos etnobotánicos de la coca (Erythroxylum coca) en las chagras de
[3] Cfr Tovar H, La coca y las
economías exportadoras en América Latina, 1994
[4] Ibidem
[5] Cfr; Escobar, A, El
Final del Salvaje: Cultura, Desarrollo y Naturaleza en
[6] Cfr; Leff, E, ¿De quién
es la naturaleza?, sobre la reapropiación social de los recursos naturales,
1995
[7] Op. cit., Leal, C. La
naturaleza en los estudios sociales, 2002
* Por lo cual se
reglamenta parcialmente el Capítulo XIV de la Ley 160 de 1994 en lo relacionado
con la dotación y titulación de tierras a las comunidades indígenas para la
constitución, reestructuración, ampliación y saneamiento de los Resguardos
Indígenas en el Territorio Nacional.
[8] Sugeridos por Paul E,
2001. en “Ecología política de Cuyabeno : el desarrollo no sostenible de la
Amazonía”, el otro ámbito es el “macro”, referente a los estudios del
Estado-Nación
[9] Capitulo 6 de la tesis
de grado “Aspectos etnobotánicos de la
coca (Erythroxylum coca) en las
chagras de
Inicio Iniciativas Ponencias Documentos Mama Coca Imprimir
©2004
Mama Coca. Favor compartir esta información y ayudarnos a divulgarla
citando a Mama Coca.