ENCUENTRO REGIONAL DE LA COMISIÓN MUNDIAL INDEPENDIENTE (CMI)
La Súper Coca
¿Intoxicación de la Tierra o super mentira de guerra?
En agosto del 2004 la AFP (Agencia France Presse) circula un comunicado de prensa: “La policía colombiana descubre una variedad de coca genéticamente modificada”.[1] Varios periódicos retoman las afirmaciones al respecto de Camilo Uribe, actual director de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) y de Diego Caicedo, Coronel de la Policía Antinarcóticos. [2]
Según cita la prensa, supuestamente esta nueva variedad de coca permitiría producir una mayor concentración de clorhidrato de cocaína (de un 24% con la variedad tradicional al 97% que se obtiene de la Súper Coca), cifra que se sale de las probabilidades reales aplicadas a la extracción de un alcaloide. La investigación para su desarrollo habría costado US $150 millones a los narcotraficantes. Estos narcotraficantes estarían desarrollando una variedad resistente a las fumigaciones con glifosato. La Súper Coca se encontraría en las tres regiones con mayor biodiversidad del territorio colombiano, la Sierra Nevada de Santa Marta, la Sierra de la Macarena y el Putumayo.
Lo que más sorprende de la noticia es que, quienes 'revelan' la Súper Coca dicen no tener pruebas de su existencia y, sin embargo, ya saben ‘al ojo’ la cantidad de cocaína que produce, la inversión de los narcotraficantes para su desarrollo y las regiones ‘bien selectas’ en las que se encontraría esta coca a prueba de fumigaciones. La importancia que revisten las afirmaciones de Uribe y Caicedo son comprensibles si se considera que, en los países del Sur, los agricultores son tratados como narcotraficantes y objetivo militar. Es justamente en este terreno en que se busca avanzar en la consecución de fondos para la guerra contra "el terrorismo" y la erradicación de sus fuentes de financiación. Fuentes de financiación que seguramente no proporciona el empobrecido y desplazado campesinado colombiano que ya ni si quiera encuentra una actividad rentable en el cultivo de la coca.
Campesinos cocaleros e indígenas coinciden en sus afirmaciones sobre la inexistencia de una tal coca genéticamente modificada. Los indígenas y campesinos de la Sierra Nevada de Santa Marta, que caminan estas tierras, afirman que lo que dice haber visto Camilo Uribe es un árbol de coca silvestre, posiblemente un remanente de un arbusto de coca en aquellas veredas en las que una vez se fumigó en contra de la marihuana y en donde el suelo ya impregnado transmitió a la planta de coca la información químico-genética para su sobrevivencia. Los cultivadores a lo largo del país afirman que la coca sobrevive bien a las fumigaciones y, con base en las técnicas de desarrollo de variedades resistentes, algunos científicos afirman que existe la posibilidad de una mutación genética producto de años de fumigación con glifosato. En ese caso, la Súper Coca —y su súper cocaína— serían producto de una medida de Estado: las fumigaciones. Los éxitos de la Guerra de las Drogas en Colombia se miden en número de hectáreas fumigadas y supuestamente erradicadas por ese medio. Lo que no se estima es el papel que desempeñan las fumigaciones en el fortalecimiento de los intereses de los laboratorios farmacéuticos de agroquímicos, semillas transgénicas y de otros productos sinteticos como el Éxtasis, que se encuentran ya abundantemente en todos los mercados desplazando lo natural y lo nacional. Desde el comienzo de su turno en el poder, Uribe ha promovido la siembra de los cultivos transgénicos de la Monsanto resistentes al glifosato para complementar los litros de glifosato que llueven desde aviones militares. La única forma de que exista una Coca Genéticamente Modificada es si se le incorporó glifosato, bien sea en un laboratorio o en el conejillo territorio colombiano. La pregunta es si la Administración uribe prohibirá el Glifosato por ser éste el componente esencial al desarollo de la Super Coca.
¿O servirá la Súper Coca, real o ficticia, de nueva disculpa para atacar con una aún mayor inclemencia al campesinado y la coca? Al buscar ganar con el discurso lo que en los hechos se está perdiendo, la actual visión política se cierra a la posibilidad de desarrollar un modelo agrario y ambiental que fortalezca la economía nacional. Lo que está en juego con cualquier acusación que justifique nuevas arremetidas en contra del agro colombiano es la existencia misma del campesinado; su habitación y pertenencia del territorio; y la soberanía alimentaria y riqueza natural de la nación.
Exista o no la Super Coca, la pérdida de la valiosa biodiversidad y aguas de la nación a raíz de las intensas fumigaciones, sumada al pelgiroso precedente de expropiación que está estableciendo Uribe en Colombia, convierte a Colombia en una inversión poco atractiva y muy riesgosa para la inversión extranajera.
<<. a la foto del super árbol de coca:
el Mamo Ruma pregunta ¿Cómo puede el Hayo tener enemigos?
[1] Ver compendio de artículos al respecto.
[2] AFP Général, International; Général, mardi 24 août 2004; Libération, 25 août 2004; Débat Science Société, 25 août 2004; Daily Telegraph, August 27, 2004; The Miami Herald, 2 September 2004; Chanvre Info 2000
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