LA DINÁMICA DEL COMERCIO DE LAS DROGAS EN LA INDIA
Molly Charles[1]
Introducción
La
criminalización
del uso y comercio de las drogas como un paso hacia su restricción y
erradicación sólo ha servido para agravar aún más la realidad local sin
alcanzar el objetivo fijado. Ha llevado a un giro hacia formas más duras de
consumo de drogas y a modalidades más arriesgadas de insumo de drogas haciendo
que la problemática del control de la demanda de drogas sea aún más difícil de encarar,
especialmente a través de un enfoque punitivo al control de drogas.
Para llegar a una verdadera
comprensión de la situación del comercio actual de drogas en la India es
necesario ver los siguientes aspectos (issues):
a)
Los factores históricos que moldearon el escenario actual de las drogas
La cultura local jugó un
papel definitivo en la forma como la moda del comercio y las normas aceptadas para
el uso de drogas fueron evolucionando a lo largo de las décadas. Cuando el país
estaba bajo el dominio británico y el opio era un artículo oficial de comercio,
ciertas comunidades se beneficiaban de su cercana interacción con los
británicos como parte de la maquinaria que organizaba la colecta con (el rentable)
comercio de opio.
El cultivador, quien
cargaba directamente con el peso del cultivo forzado, no ganaba mucho con este
comercio. Aun en aquellas épocas en las que había excedentes de opio, muchos
campesinos se morían de hambre y, en caso de que quisiesen sembrar cultivos de
pan coger, debían esconderlos entre las matas de amapola. Los beneficios de
poder interactuar directamente con los británicos estaban restringidos a una comunidad ya que su cultura no les impedía
interactuar con personas que comían carne y tomaba licor; algo culturalmente prohibido
a la
élite de la clase alta India.
Un análisis histórico detallado
de
Farooqui de 1998, informa en profundidad sobre los
diversos grupos empresariales que se beneficiaron con el comercio del opio.
Después de la Independencia,
y aún antes de ella, India estaba produciendo opio para satisfacer las
necesidades mundiales de opio medicinal. Como India no era el único país produciendo
el opio, la Comunidad Internacional−que participó en otras convenciones antes
de crear la base para la política de drogas: la Convención Única de 1961−
seguramente estaba consciente de las complicaciones que se generarían cuando
los países estableciesen cultivos de amapola a gran escala a través del método
de la paja de adormidera, como hizo Australia en la isla de Tasmania, cuando ya
existía una producción excedente de opio.
Al firmar la Convención Única,
India se fija un plazo de 25 años para transformar su cultura y aquellos factores
históricos que afectan el uso y comercio de drogas. Éste era una idea impracticable
nacida de la limitada imaginación de un grupo específico de países; el gobierno
de la India no hizo nada al respecto. Posteriormente, en 1985, para aplacar la
presión internacional, el gobierno de la India promulgó la legislación, el
Decreto sobre Drogas Narcóticas y
Sustancias Psicoactivas (NDPS, en sus siglas en
inglés). Un único sector de la sociedad respaldó este paso −algunos escogidos
de la elite que querían implantar programas en línea con los esfuerzos de intervención
occidental− mientras que la mayor parte de la población ni se enteró, o
no se preocupó.
Uno los esfuerzos hechos
bajo el intento de implementar el Decreto sobre Drogas Narcóticas y Sustancias Psicoactivas de 1985 se orientó a reducir sistemáticamente
las áreas cultivadas con opio en India. El país, con su método intensivo en mano
de obra, tenía pocas viabilidades en el mercado internacional. Lo único que
salvaba la situación eran los alcaloides, Codeína y
Tebaína,
contenidos en el opio indio y utilizados para fines
médicos, gracias a lo cual algunos países siguieron comprando el opio crudo
indio.
Informes recientes señalan
que se ha identificado una alternativa exitosa para estos alcaloides. Por
consiguiente, quiéralo o no, es posible que India tenga que buscar métodos para
reducir de manera drástica sus cultivos de adormidera. Aunque India decida dar
un giro hacia el método de cultivo de paja de la adormidera, es posible que se
vea abocada a enfrentar una serie de obstáculos:
·
Cualquier
partido político que decida enfocar con seriedad la problemática estaría lanzando
una apuesta política. Las pequeñas áreas de cultivos dispersos, que cubren tres
estados diferentes, cuentan con el apoyo de los habitantes locales y el partido
político que busque garantizar su continuidad se estaría fijando una meta que
le garantizaría una base de votos.
·
Amplios
sectores de la población del país dependen de los métodos de medicina
tradicionales y remedios caseros. Las actuales medicinas occidentales están
totalmente fuera del alcance del hombre común, a pesar de que muchos de estos
medicamentos occidentales son producidas localmente a costes mucho más baratos
que en otros países. Por otra parte, mientras el sistema tradicional de
medicina busca fortalecer la resistencia a las enfermedades, la medicina
occidental lo que busca es una destrucción generalizada con fines curativos u
objetivos preventivos. El opio, adicionalmente, es utilizado por los
veterinarios locales en sus curaciones cotidianas.
Aun bajo la presión de la Comunidad Internacional,
India ha sido incapaz de asumir una posición sobre la problemática: el manejo
actual del abuso de drogas no está ni basado en el Interés Nacional ni,
cabalmente, en el cumplimiento de las exigencias internacionales. La pregunta a
la cual no se ha dado respuesta es ¿por qué un país en desarrollo, utilizado en
una época por su colonizador para las Guerras del Opio, no puede hoy asumir una
posición propia basada en estrategias racionales para el control de las drogas
sin verse coaccionado por otros para asumir políticas autodestructivas de
control de drogas.
b)
Criminalización del uso y comercio de las drogas
Tanto el cannabis como el opio han sido tradicionalmente utilizados
con fines culturales relevantes en muchas partes del país. El cannabis sigue siendo utilizado con fines religiosos, en
particular entre los seguidores del dios
Shiva. El bhang (una bebida preparada con las hojas tiernas del cannabis) es utilizado por los legos para celebrar Shivaratri (el festival de los colores). Los saivite
sadhus (hombres religiosos
que viven vidas ascéticas y célibes, con frecuencia en condiciones de
aislamiento) también consumen haschish y/o marihuana
cotidianamente. Esto les ayuda a concentrarse y meditar bajo condiciones
climáticas particularmente rigurosas. Un buen número de estos sadhus viven como mendigos; con frecuencia quedándose en el
mismo sitio sólo durante unos cuantos días, salvo en los lugares de
peregrinaje. Los sadhus consumen derivados de la
planta de cannabis cotidianamente y en cantidades
significativas; para ellos ofrecer una pipa de
cannabis
para fumar es como quienes, en otras culturas, brindan una tasa de té o de
café.
El consumo diario de cannabis de los
sadhus es
cuantioso y, considerando el gran número de
Sadhus en
el país, habría que contemplar cómo va a hacer esta población para conseguir un
abastecimiento legal de haschish si el gobierno está
seriamente considerando manejar el uso de las drogas. De otra manera sólo se
podrá obtener a través de canales ilícitos, lo que complicaría aún más el uso y
comercio de las drogas. Aunque el uso religioso ha existido durante siglos, no
se ha previsto lo necesario; aparte de afirmar que el uso del bhang es legal y, no obstante, la hoja de cannabis -de donde se produce el
bhang,
es ilegal ya que no existen las medidas para cultivar el
cannabis
y cosechas las hojas tiernas legalmente.
Es esta compleja realidad
la que ha garantizado un encubrimiento conducente a quienes, en condición de empresa
criminal, participan del comercio de las drogas y de otras actividades ilegales
conexas. Las estrategias para emprender este negocio son con frecuencia
desarticuladas e informales en los niveles primarios de cultivo, procesamiento
y distribución. Sin embargo, a niveles ya más altos, las estrategias aparecen
mucho más organizadas; de otra manera, sería difícil explicar la facilidad con
las que se alternan las rutas y las modalidades de comercio.
El uso del opio con fines
culturales existió y continúa existiendo en ciertas partes de la India. En los
estados de Rajasthan y el
Gujarat
el uso de una bebida de opio formaba parte de la cultura; a los invitados se
les recibía con unas cuantas gotas de esta bebida. La criminalización
ha generado una falta de disponibilidad e incrementado los precios con lo cual
esta costumbre se ha visto drásticamente reducida. Los usuarios de opio, que
consumían opio de manera controlada y que actualmente tienen unos cincuenta
años o más, se han visto obligados por las circunstancias a pasarse al licor
ilícito. Esto es lo que ha sucedido en Gujarat,
adonde la Prohibición ha existido desde la Independencia de la India. Los
usuarios de opio afirman que tienen problemas para encarar los problemas de
salud generados por el consumo del licor ilícito. En
Rajasthan
el uso del opio está siendo sustituido por derivados del opio, la heroína o su
forma adulterada, "azúcar morena" (brown
sugar).
Otro de los productos del
opio que se utiliza es una bebida hecha hirviendo la paja de adormidera una vez
cosechado el opio. Este uso se acostumbra en diferentes partes del norte de la India;
en el estado de Punjab, el
Sikhismo
−la religión de la mayoría− no permite fumar. Aquí, el opio se come
o se prepara en una bebida aromática. A raíz de la
criminalización
y subsiguientes dificultades para conseguir la sustancia, las personas, hasta
en las áreas rurales, han comenzado a utilizar opiáceos sintéticos como por
ejemplo espasmoproximon.
El
cannabis
y de opio han sido utilizados por las personas para neutralizar el calor
extremo en regiones desérticas, así como en otros lugares. El opio es utilizado
por quienes viajan a través de los desiertos y también se da a los camellos que
los acompañan. La bebida preparada con las hojas de
cannabis,
llamada bangh, se hace mezclando la pasta de las
hojas de cannabis con leche y frutas secas. El tallo del
cannabis se utiliza para hacer cabuya, zapatos y ropa
en aquellas regiones invernales cerca del
Himalaya
con el fin de adaptarse al clima local. Hoy, éstos están siendo sustituidos por
productos plásticos que no respetan el medio ambiente y, actualmente, el único
sitio en el que se consiguen chaquetas
de cáñamo son aquellas boutiques a las que llegan productos alemanes
hechos a base de materia prima de los países en desarrollo.
c)
Limitaciones
en la aplicación de la Ley de Drogas Narcóticas y Sustancias Psicotrópicas
(NPDS, en sus siglas en inglés) de 1985
Antes de que se enmendase
la ley NDPS en el 2002, una persona podía ser arrestada por comerciar con drogas
si tenía en su posesión 250mg, un cuarto de gramo. Según los datos disponibles,
el consumo mínimo diario de un usuario de heroína variaría entre uno y dos
gramos. Inicialmente, durante la implantación de esta ley, cayeron tras las
rejas más usuarios de drogas −los chivos expiatorios más convenientes−
que personas que comerciaban con narcóticos. Como el proceso judicial es lento,
éstos permanecían en las prisiones durante años antes de que su caso pasara
ante los tribunales y fuese resuelto. Los pocos comerciantes de drogas
detenidos tenían acceso a la mejor asistencia legal, evitaban el encarcelamiento y rara vez
esperaban durante mucho tiempo para pasar a juicio ya que, o bien podían pagar
los mejores servicios legales o este les era brindado por sus protectores.
A raíz de la enmienda, se
ha hecho una distinción entre pequeñas cantidades y grandes cantidades. En el
caso de la heroína, una pequeña cantidad es, actualmente, definida como
cualquier cantidad menor e igual a 5mg y una cantidad comercial es aquella que
supera los 250 gramos. Para el cannabis, la cantidad
mínima era menos de 5 gramos y ahora es un 1kgm. Como consecuencia, se da un
giro en el perfil de las personas detenidas y hay un mayor número de mulas tras
las rejas y las penas están aumentando.
La corrupción al interior
de las diversas agencias también garantiza el no encarcelamiento de los
estamentos más importantes del comercio. Esto se puede observar en los
diferentes niveles del comercio bien sea cultivo, procesamiento, distribución o
venta al por menor. En lo que concierne los cultivos
locales, se está dando una desviación de cultivos lícitos a cultivos ilícitos
en diferentes partes de la India. Las limitantes inherentes a ley que impiden
que surta efecto se hacen evidentes en la continuación del comercio y el
surgimiento de nuevas rutas comerciales y modalidades de transporte. Otro claro
indicio de la ineficacia de esta ley es el precio relativamente estable de la
heroína/azúcar morena en las calles. A diferencia de otros artículos de
consumo, el precio de la azúcar morena se sostiene a 30 Rupias por pudi comparado con 10 Rupias en 1990. El lado positivo del asunto es que la estabilidad
de los precios y el grado de impureza conllevan a que la modalidad de consumo
siga siendo por chasing (aspiración)
y no por vía intravenosa.
d)
El
comercio de las drogas del crimen organizado en India
El crimen organizado ha
asumido la forma de una red desarticulada a nivel local, nacional e
internacional. Dependiendo del apoyo político con el que cuenten y su capacidad
para enfocar ciertas necesidades sociales, algunos grupos han florecido o
constituido redes con grupos más pequeños para mantener sus actividades. Entre
éstas figuran la resolución de problemáticas civiles, el contrabando de oro y
plata, la hawala (transacciones
monetarias al exterior de los canales bancarios), lavado de dineros a través de
la industria cinematográfica, obras de ingeniería civil, la
sub
o sobre facturación, y la creación de compañías de fachada.
Durante los años setenta y
posteriores, el tráfico de bienes de consumo ‘importados’ y de artículos
electrónicos era un negocio lucrativo y ahora, gracias a la apertura, el
comercio de drogas es uno de los rangos que sigue siendo lucrativos.
Inicialmente, las bandas se
involucraron en el comercio de las
drogas exportando hachís y luego fueron incorporando otras sustancias como la
heroína, el acético anhídrido y metadona. En la
medida en se mantenga un silencio estricto y redes desarticuladas de actores
desechables en el comercio de las drogas, las agencias encargadas de hacer
cumplir las leyes tendrán muy pocas posibilidades de incidir. La corrupción, en
cambio: el personal de las diversas agencias de drogas se asegura de que los
estamentos más importantes del comercio nunca lleguen a ser identificados ni
perseguidos.
El desolador alcance del
actual compromiso con un interés común o con el ciudadano común ha propiciado
la vulnerabilidad de un sector de la población y su búsqueda de empleo
remunerado en el comercio de las drogas y otras actividades criminales. El
arresto de personas originarias de ciertos estados en los que la exclusión
social y económica es extensa es un indicio de éste fenómeno. En el caso del
comercio de las drogas −dadas las severas sentencias de encarcelamiento
de 10 años o más− las capas de los
individuos detenidos ha aumentado de manera significativa, en particular en el
ámbito de los minoristas. Con los amplios márgenes de beneficio que existen a
nivel de las calles, dado el patrón de reducción de la pureza de la sustancia
de 30% al 3%, sería difícil para una red desarticulada de individuos emprender
el comercio sin el apoyo o la supervisión de los grupos de crimen organizado.
Cambios
en el uso y comercio de las drogas
Los esfuerzos dirigidos a
manejar el abuso y el comercio de las drogas no han surtido los efectos
deseados ya que han ampliado el panorama de su comercio y uso. La ejecución de
programas para el manejo de abuso de drogas durante los últimos 18 años ha
creado una plataforma para el uso de drogas sintéticas y derivadas en muchas
partes del país, incluso en las áreas rurales. El comercio se ha difundido a
través del país estableciendo rutas alternativas de exportación e importación
según los riesgos. El jibareo es contrabando,
es una opción lucrativa para muchos; lo que ha garantizado la disponibilidad de
participantes contribuyendo al fluido
funcionamiento de los diferentes niveles al interior del exterior de los
sistemas.
Conclusión
La criminalización del uso de drogas, incluso las tradicionales, garantiza su arraigo en la sociedad y la criminalización de este mecanismo cultural de control del uso de drogas, ha conllevado a un giro hacia el uso de formas más duras y potentes de las sustancias psicoactivas. Con respecto al comercio, los mecanismos de mercadeo, transporte, exportación e importación se han diversificado, expandido y penetrado diferentes partes del país. Es una presencia de lazos entre el crimen organizado y el comercio de las drogas, junto con la corrupción. Y el hecho de que el comercio de las drogas sea una opción atractiva o la única opción de cambio para algunos, ha sentado las bases para el fortalecimiento del comercio de los drogas.
[1] Psicóloga, especialista
en el uso del cannabis
y de otras substancias dentro de los rituales hinduistas, y comercio de
drogas.
Traducido del inglés por MM Moreno,
Mama Coca
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