EL SIGNIFICADO REAL DE LA "ESTRATEGIA ANTINARCÓTICOS"


Alfio Foti [1]

 

 

Antes que nada los saludo, siento la necesidad de expresar mi felicidad por la participación en este foro temático, este es un verdadero espacio de creación que junto con otros se abren en todo el mundo y que contribuyen de manera importante y significativa a la construcción de otro mundo posible cada vez más urgente y necesario.

Quiero también expresar mi agradecimiento a los compañeros que han preparado el foro y que han logrado una gran acogida, este es un signo tangible de la existencia de otro modo de concebir las relaciones entre los pueblos y las personas y que representan otro elemento de esperanza sobre la difícil y fascinante vía del cambio. 

Yo vengo de Italia, de Sicilia, sabemos que allí existe una fuerte presencia de la mafia y yo soy, militante de una asociación que se llama LÍBERA que representa una parte del movimiento de la antimafia social, a éste se adhieren otras 1300 asociaciones activas en todo el país. Este movimiento se trata de grupos que operan en pequeños centros o en las grandes ciudades y de la mano con asociaciones como ARCI, ACLI, LEGAMBIENTE, que se encuentran involucradas con el Foro Social Mundial así como con la Acción Católica, Los Scouts, La Cooperación Social, La Asistencia Pública, El movimiento que agrupa las asociaciones de voluntariado y el CNCA que representa la coordinación de las comunidades de acogida para los toxicodependientes. A LÍBERA se unen también la Diócesis de la Iglesia Católica y las Escuelas Públicas.

Evidentemente es una asociación plural que vive las diferencias que la componen como valores reales que nutren de manera cotidiana su iniciativa cultural y política con miras a la afirmación de la cultura de la legalidad democrática y la justicia social, contra la mafia, la corrupción y todas las formas de discriminación e injusticia.

Primero expresaré brevemente una valoración sobre las políticas antidrogas y antinarcóticos para poder ligarlas a la experiencia de la antimafia social italiana y a algunas experiencias de sinergia que son de hecho más que necesarias para desarrollar, construir, afirmar y hacer eficaz a nivel internacional un movimiento de antimafia social mundial en el movimiento de movimientos.

En lo que respecta a las drogas y el narcotráfico –hablo obviamente no como experto sino como militante de una asociación de promoción de social y que busca estar en el contexto cotidiano- Las problemáticas ligadas a la droga representan ciertamente una gran complejidad, uno de los aspectos que se manifiesta claramente es el siguiente:

El modelo de oposición llevado a cabo por algunas naciones encabezadas por los Estados Unidos se ha caracterizado por el binomio  prohibición – represión, modelo que ha fallado y que ha favorecido ciertamente al denominado “Circulo virtuoso criminal” lo que genera consiguientemente la expansión del mercado, la globalización de la oferta y consumo de estupefacientes.

No obstante, los poderosos medios empleados y los grandes recursos puestos a disposición, aún hoy el tráfico de drogas es la actividad más rentable para la mafia. En una sesión especial de la ONU celebrada en New York hace seis años fue proclamada una verdadera “Guerra a la droga” se afirmó que el problema debía ser tratado de raíz y que era necesario destruir aquellas denominadas “Plantas de destrucción masiva” en los llamados países productores. Los resultados son a los ojos de todos, casos como Colombia y Afganistán, países en los cuales la economía ligada a la doga ha multiplicado las tensiones sociales y esto se ha constituido como uno de los argumentos a favor de una intervención planteada cada vez más fuerte por potencias extranjeras, encabezadas por los Estados Unidos.

En Colombia las consecuencias –como tantas veces se ha dicho en este foro- son literalmente devastadoras: la producción se mantiene en niveles altos, el país está cada vez más militarizado, los derechos humanos son violados, el ecosistema se encuentra en peligro, hay un importante aumento de la migración forzada -desplazamiento- también la pérdida de competitividad de las exportaciones y producción local, aunadas a la máxima concentración de la riqueza y distorsión de los modelos de consumo, de la mano del crecimiento de la industria del reciclaje, se suman al aumento de la violencia, la criminalidad y la corrupción.  

En Afganistán, se ha combatido una guerra contra un pueblo y un régimen  que los Estados Unidos vienen combatiendo, inicialmente con los soviéticos, luego contra la producción de droga, luego en contra de los talibanes y el fenómeno sigue creciendo y se repite, la historia se repite. El prohibicionismo de las drogas de hoy se asemeja aquella prohibición sobre el alcohol de los años veinte – nos recuerda Humberto Santino, sociólogo y uno de los más grandes estudiosos del fenómeno mafioso- “Los grupos criminales devienen sujetos económico – financieros de primer orden con todo  aquello que los involucra en un rol socio – político y como interacción, como identificación con un entorno de poder ; inicialmente se hablaba de narcocracia, hoy de estado – mafia  -sin generalizar ni simplificar- el tráfico de droga  ha tenido efectivamente un rol determinante en los procesos de criminalización de las instituciones a tal punto que se da la coincidencia entre los grupos, criminales y sujetos, que detentan el poder”.

Los Estados Unidos son los máximos responsables de una errónea estrategia y del uso instrumental de la lucha a la droga; es una verdad histórica que la droga ha sido utilizada como forma de financiación  para acciones militares contra el peligro comunista  con complicidad  entre los servicios secretos y diversos organismos criminales (en China, Afganistán, Nicaragua, Laos). Es dramática la situación actual del uso de la lucha contra la droga para imponer su presencia y su control en territorios de absoluta  condición estratégica.

Es necesario resaltar que se ha demostrado que al menos en treinta conflictos del mundo, la droga ha cumplido un rol importante. Igualmente  se hace necesario mirar de nuevo la cuestión del narcotráfico en su complejidad, las drogas nuevas y viejas, naturales o sintéticas  en el ámbito del razonamiento en lo que respecta a las políticas alternativas, esto en el sentido de modificar profundamente los efectos de la globalización neoliberal que determina los terrenos y define los contextos que objetivamente favorecen las actividades criminales que buscan la acumulación ilegal.

Aquí el papel de la antimafia social local y el de la antimafia social global se torna decisivo para afrontar el problema en todas sus facetas y sea puesto ante todo en una dimensión cultural y política.  Es necesario dar respaldo y valorar aquellas experiencias que están en proceso de afirmación, no obstante sin contar los ostracismos fruto de posiciones dogmáticas y prejuiciosas, la propuesta se apoya sobre cuatro acciones desarrolladas en sinergia: prevención – terapia – represión del tráfico – reducción del daño.

Estas últimas en particular no están en contradicción con la reducción de la demanda  (prevención y rehabilitación), por medio de estas vías recíprocas e interdependientes estratégicamente, como afirma Leopoldo Grosso del grupo ABELE de Turín, uno de los grupos que ha estado desde siempre más empeñado en  el proceso de inclusión social de sujetos en riesgo de marginación por toxicodependencia, afirma que:

“Si el camino de la rehabilitación es metafóricamente el trayecto del equilibrista  sobre la cuerda floja, la reducción del daño es la red que amortigua la caída y permite volverlo a intentar, así a través del tratamiento es posible crear oportunidades concretas de actividad laboral, de habitación y de relación e integración social”

Así como las confrontaciones a los productores, a condición de que en este caso los cultivadores, acuerden estrategias basadas en el diálogo con programas realistas y viables que faciliten una reducción gradual de la producción, en relación a una reducción gradual de la demanda es necesario utilizar mecanismos realmente participativos, reconociendo a los cultivadores espacios en los acuerdos asegurando una presencia de la comunidad internacional, la cual tiene como tarea probar las posibilidades concretas de un desarrollo alternativo antes de pedir a las comunidades indígenas de poner en riesgo las frágiles bases de su economía de subsistencia.

Y así en el caso de desarrollar estas acciones siempre en la óptica de la reducción del daño haciendo énfasis en algunas indicaciones provenientes del Instituto Transnacional de Amsterdam  consistentes en el diálogo, el reconocimiento de pequeños propietarios como un eslabón débil de la cadena del narcotráfico, (sacar a los cultivadores de la necesidad de producir droga para sobrevivir sin encarcelación o asesinato). Flexibilización frente al cotejo de los pequeños cultivos en donde entran en relación los que apoyan la reducción del daño y los que apoyan la demanda y oferta. Todo esto al interior de las políticas que finalmente sustraigan a las mafias y a los narcotraficantes el poder de controlar la distribución y el comercio de los estupefacientes.

No quiero profundizar y no es mi tarea, pero quiero solo evidenciar la necesidad de un movimiento que unifique las experiencias de antimafia social para afrontar de manera adecuada y eficaz una problemática difícil y muy compleja, en el plano cultural, social y político al interior del análisis crítico a la globalización neoliberal y una ruta para construir una alternativa de la antimafia social en Italia, de la cual LÍBERA es  expresión y se configura como un nuevo sujeto político, que experimenta formas concretas de reforma de la política, antes que nada haciendo que se reintegre con la vida y reotorgándole la dimensión de efectividad que respecta a la cotidianidad de cada uno y cada una, de nosotros.

Todo esto con pleno conocimiento de que nos movemos en un horizonte cultural  y un contexto en el cual el éxito y el beneficio han primado sobre la justicia, en el cual la utilidad se ha tornado el parámetro casi único con el cual se mide, sirve y es positivo para la colectividad la competitividad mirada desde el conjunto de la vida del hombre y sin conducir a la exclusión.

Es en este contexto que las leyes de la economía y del mercado total ejercen un dominio sobre la sociedad, poniendo en la esfera mercantil la total experiencia de cada individuo. Se afirma cada vez más un fundamentalismo economicista que produce guerras, sea en la forma preventiva, masacrando la identidad  individual y colectiva y las dinámicas de globalización que altera las economías locales no competitivas y favorecen la acumulación ilegal, la criminalización de la economía misma, el nacimiento de nuevas mafias o el fortalecimiento de aquellas ya existentes.

En este contexto, a nivel más bajo han surgido los pillos, delincuentes, aquellos protagonistas que en un instante fugaz depredan los patrimonios que pertenecen a todos y que deberíamos garantizar a las generaciones futuras.

Se trata entonces de una experimentación en laboratorios abiertos un poco doquiera que hay necesidad, e individualizar y poner ante una instancia superior a la económica y de mercado, que pueda finalmente y de manera auténtica  pronunciarse sobre aquello que sea bueno o no para la colectividad y esta instancia  autoorganizada se responsabilice y esté  en capacidad de otorgar peso y valor a los vínculos éticos que guían  a la economía, la política, la información y que aún  dan importancia las personas y a los legados culturales que se encuentran fuera de las lógicas mercantiles y comprometidos con la labor de redescubrir la utopía que innova constantemente, que llena de esperanza el proyecto que tiene como objetivo la construcción de una sociedad de justicia.   

La Antimafia Social, también promueve lugares y organización de espacios  en los cuales ante todo se pueda cultivar el ejercicio crítico respecto a la homologación cultural generada por la globalización; espacios donde se pueda ayudar  -como dice Latouche-  a descolonizar nuestro imaginario donde las subjetividades puedan expresarse plenamente con la diversidad de la cual son portadores y establecer entre sus irrepetibles originalidades relaciones de reciprocidad y compartir donde se puedan producir preguntas por lo social, desarrollando el campo de la participación  y simultáneamente activar el rumbo de la inclusión, donde se pueda vivir la libertad como autorrealización, autodeterminación y encuentro con otras libertades  donde se activen redes que expresen una comunidad social para elaborar y gestionar  proyectos de desarrollo que sean socialmente y ecológicamente sostenibles. 

La antimafia social es ciudadanía activa, lidera procesos de gestión social para impedir la penetración de la cultura y las prácticas mafiosas, clientelismo y corrupción. Una de las experiencias  más importantes que la antimafia social vive en Italia  consiste en la confiscación de los bienes  de los mafiosos y ponerlas a disposición del uso social. En 1996 se aprobó una ley de iniciativa popular  en la cual LÍBERA  recogió un millón de firmas de ciudadanos que aprueba la confiscación de los bienes a la mafia y permite su utilización con finalidades sociales, de alguna manera la mafia entrega el terreno a la sociedad quien lo gestiona, a través de asociaciones o cooperativas, que operan a nivel social.

Otras experiencias significativas lo son en el ámbito de la “Caravana Antimafia” que en el 2003 reunió 16 regiones en 117 ciudades e involucrando a más de 50.00 personas lo cual representa un fuerte movimiento de información, sensibilización y promoción social. Los pactos territoriales para la legalidad construidos a través de una metodología participativa incluyen todas las decisiones políticas y los actores sociales comprometidos en definir un estándar cualitativo y de procedimiento con miras a garantizar la convivencia civil y democrática.

Todas estas son experiencias en las cuales por razones de tiempo no puedo profundizar aunque me encantaría hacerlo en la medida en que avance el debate.

Para concluir pretendo mostrar la necesidad de dar vida si se quiere a partir de este foro a un movimiento global de la antimafia social, expresión libre de todas las realidades comprometidas en este ámbito para contribuir al camino de liberación en la igualdad y la justicia de las cuales es protagonista el movimiento de movimientos en todo el mundo, un camino que simboliza aquello que Don Ciotti presidente y fundador de LÍBERA ha denominado:“el significado original de  un grupo de personas que atraviesan juntos lugares o desiertos peligrosos y donde levantarse juntos hace parte también del camino. Lo que cuenta no es llegar primero a la meta, es llegar juntos con el justo ritmo que la sabiduría impone, es la única velocidad posible”.

 


[1] ALFIO FOTI. Vicepresidente de LÍBERA, Consorcio de la Sociedad Civil Italiana de Lucha contra las Mafias - Italia

 


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©2003 Mama Coca. Favor compartir esta información y ayudarnos a divulgarla citando a Mama Coca.

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