PROPUESTAS PARA SUSTRAER AL CAMPESINADO
DEL MERCADO ILEGAL DE DROGAS
Henry Salgado Ruiz[1]
RESUMEN
La
búsqueda de soluciones integrales, sostenibles y participativas exige
comprensión política y sociológica de las condiciones que obligaron a
campesinos, indígenas y afro-descendientes a involucrarse con cultivos de uso
ilícito. Es necesario
reconocer: (1) el modelo de desarrollo agrario colombiano, concentración de la
propiedad y expulsión de campesinos a grandes ciudades o a zonas de
colonización; (2) las poblaciones campesinas que viven de tales cultivos están
ubicadas en regiones con dificultades para articularse al mercado, obstáculos
socio-económicos y ambientales para estabilizarse y condiciones de marginalidad
que las convierte en mano de obra de la producción del mercado ilegal de
drogas; (3) el Estado ha optado por salidas violentas y erradicación forzada,
que no atacan las causas socio-económicas y políticas, por lo cual estos
cultivos se convierten en actividad itinerante y las fumigaciones áreas con
herbicidas causan grave daño al ambiente, la biodiversidad, la salud y la
seguridad alimentaria de los pobladores.
La propuesta fundamental en
relación con la producción del mercado ilegal de drogas es sustraerle la
mano de obra campesina al narcotráfico. Esto se puede lograr a través de un
Desarrollo Rural, concebido como proceso socio-económico, político y
cultural, que busque niveles aceptables de producción
y productividad de la agricultura campesina, e incluya la democracia, igualdad
entre géneros, participación e inclusión política, creación de mercados locales
sólidos y diversificados, mejoramiento de infraestructura y medios de
transporte, distribución de la población, conservación de recursos naturales,
manejo apropiado de ecosistemas y respeto por la diversidad cultural. Para ello
es necesario trabajar por:
Construcción de nuevos modelos de desarrollo que atiendan las características
de los ecosistemas, amplíen las oportunidades a los más pobres; reforma
agraria que democratice la tenencia de la tierra en suelos de vocación
agrícola, política de recomposición de la economía campesina que fortalezca la
soberanía alimentaria del país, estabilice los
procesos de colonización, revierta los flujos migratorios y contribuya a
superar el desplazamiento forzado.
Estimulo a procesos
de ordenamiento ambiental territorial que delimite áreas ocupadas
y áreas protegidas, sustraiga los territorios de colonización situados sobre
ecosistemas frágiles o sin perspectivas para una reconversión productiva
sostenible; Extinción de dominio a las propiedades rurales de los
narcotraficantes y de las subutilizadas y desarrollo de Zonas
de Reserva Campesina en áreas de vocación agrícola y no sólo de colonización.
Suspensión de fumigaciones; no incriminación a pequeños cultivadores de coca y amapola, modificación del Estatuto de Estupefacientes, Ley 30 de 1986, programas de desarrollo alternativo ambiciosos, integrales y sostenibles; No incriminar el cultivo de coca y marihuana, o de cualquier otra planta utilizada en medicina tradicional, en rituales o como medio de socialización de comunidades indígenas que las utilizan como parte de su cultura o patrimonio del saber ancestral en la; Sustitución, no de la planta, sino del uso, para destinarla a la alimentación, la medicina, la industria y otros fines; Sustitución concertada, gradual, manual, limpia y compensada económicamente para los cultivos campesinos, y erradicación sin compensación y por medios manuales o mecánicos no contaminantes para las grandes extensiones comerciales; Defensa de la diversidad biológica y cultural, régimen especial de protección de conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales de pueblos indígenas, comunidades campesinas y afro-americanas.
[1] Investigador del Centro de Investigación y Educación Popular CINEP
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