ACTORES CRIMINALES Y DESARROLLO DE
SUSTITUCIÓN:
METODOLOGÍA DE PROBLEMÁTICAS
RESUMEN
Si bien todas actividades
criminales son ilegales, todos los ilegalismos no son
criminales y ciertos pueden hasta ser legítimos. Ésta es la base de la
distinción entre la delincuencia criminal ligada a los tráficos en bandas
organizadas y la delincuencia financiera ligada al lavado de dineros. Hoy en
día, las drogas, en su calidad de soporte de una actividad ilegal (de
producción, de transformación, de tráfico, de lavado-reciclado, o de consumo)
existen en la mayoría los países del mundo. De hecho, si bien la droga no es el
único soporte de las actividades ilegales (proxenetismo, contrabando, tráficos
diversos de obras de arte, de seres humanos, de armas) lo que la droga pone en
juego en el ámbito político y económico, al igual que su impacto social, hacen
de ella una de las grandes problemáticas de nuestro tiempo. Aunque banales,
estas observaciones desembocan en la definición de un objeto pertinente de
estudio científico pues plantean el problema de la relación entre el centro y
el margen de los sistemas políticos. Dicho de otra manera, las actividades
criminales ligadas a la droga no se desarrollan de la misma forma en todos los
países pues algunos sistemas políticos son más permeables que otros a la
tolerancia de la ilegalidad. Más aún, los actores de los márgenes pueden
condicionar, de manera diferente dependiendo del país, la orientación de los
sistemas políticos y económicos. ¿Pueden estos actores lograr una legitimidad
política en cuanto impulsan un desarrollo local de sustitución?
Por oposición a una
interpretación dualista de la realidad, nosotros nos cuestionaremos si aquellos
que defienden los valores de la legalidad no son los mismos que mantienen lazos
de connivencia con ciertos actores que controlan las actividades ilegales subterráneas,
ofreciendo a estos últimos la posibilidad de interferir en los sistemas
políticos, económicos y sociales al punto de contribuir a su transformación o a
su desestabilización. Convendría entender el término de connivencia en su triple
acepción: de proximidad, de complicidad, y de simultaneidad, teniendo cuidado
de distinguir entre ellas con el fin de no confundir la concomitancia de dos
fenómenos con una relación de causa efecto. No obstante, la proximidad
territorial, aunque no implique una complicidad, revela ciertas afinidades que
nosotros trataremos de precisar entrecruzando las redes de actores, las
alianzas entre Estados y las rutas de los tráficos. Efectivamente, no es por puro azar que los diferentes actores son cercanos los unos a
los otros en momentos coincidentes. Para comprender estos enlaces, es necesario
construir un esquema explicativo que se acerque más a la complejidad de lo real.
Un esquema que, por estar fundado en la observación y el análisis de diferentes
modalidades de interacción entre los márgenes y los centros de los sistemas
políticos, permita comprender y criticar el dinamismo " funcional"
que la margen puede infundir a los sistemas políticos en el seno de Estados clientelistas reales. Según esto, el clientelismo de Estado
se percibe, no ahogando el problema de las relaciones entre los márgenes y los
centros dentro de una mundialización desencadenada,
sino retornando al anclaje local o nacional de estas relaciones. De tal manera,
la orientación de los Estados clientelistas se torna
relativamente previsible, teniendo en cuenta la definición que los actores
asignen al enemigo interno o externo y la necesidad que tengan de ligar
alianzas (entre el centro y el margen) con el fin de disminuir las tensiones contrapuestas
a la reproducción o a la extensión de su poder.
La frontera entre lo legal
y lo ilegal permanece por lo tanto desdibujada en un sistema en el que el
respeto total y sistemático de las leyes es imposible y en el que los
individuos que conciertan las transgresiones o se benefician de elles siempre
llevan el ropaje de su estatus de representantes de una clase (poder político o
poder económico). En efecto, si el control estatal es ejercido concretamente
por la administración pública, ésta se convierte en un lugar en el que se desdoblan
una dimensión puramente institucional de "servicio público" y una
dimensión sociológica de actores que son funcionarios que operan bajo el
influjo de determinaciones individuales, sus instituciones de pertenencia
puestas al servicio de un enriquecimiento personal completamente ilegal. El
problema radica entonces en saber, antes que nada, lo que, en un momento dado y
determinado territorio, puede o no ser tolerado en lo que se refiere a la transgresión de las leyes con el objetivo de satisfacer sus
objetivos de legitimación y de reproducción de poderes. Y, de ahí, saber de
quién proviene dicha tolerancia y a quién beneficia, con el fin de delimitar
los actores dominantes y sus estrategias de alianzas entre amigos, o de
confrontación con sus enemigos. En últimas, si la norma misma no depende de que
tolere su propia transgresión y, si éste es el caso,
¿hasta qué punto es posible transgredir todo sin desestabilizar el sistema
global (los ámbitos sociales, políticos, institucionales y económicos
insertados en lo legal y lo ilegal)? Y si éste se ve desestabilizado por el
crimen, ¿cuál será el nuevo equilibrio hacia el cual tenderá? ¿Puede uno
imaginarse que estas actividades ilegales desemboquen en un desarrollo de
sustitución al interior de los territorios que abrigan producciones o
tráficos ilícitos y, ante todo, de espacios de pertenencia o regiones
perdedoras, es decir, de regiones geográficamente encerradas o desligadas del
crecimiento económico? Para intentar responder a esta última pregunta,
definiremos el desarrollo de sustitución como un desarrollo que escapa
parcialmente a la legalidad; aleja la sociedad de la instauración de un Estado
de Derecho; complementa o reemplaza las políticas de desarrollo (en particular
a través del uso de la corrupción); se refiere a las sociedades (rurales,
urbanas y regionales); implica poderes políticos constituidos; y alimenta las
economías tanto el Sur como del Norte (a través del lavado de las ganancias de
la corrupción y de las actividades criminales). En éste caso, los cultivos
ilegales de la droga contribuyen a reducir la pobreza o reproducen ellas las
ilegalidades preexistentes al igual que las relaciones de dominación
preexistentes (entre élites locales y grupos
dominados)?
Traducido del francés por
MM Moreno
Mama Coca www.mamacoca.org
* Investigador Instituto de Investigación sobre el Desarrollo
(IRD, en sus siglas en francés).
Inicio
Iniciativas
Ponencias
Documentos
Mama Coca
©2003
Mama Coca. Favor compartir esta información y ayudarnos a divulgarla
citando a Mama Coca.