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Conversaciones de Paz:
Cultivos ilícitos, narcotráfico
y agenda de paz
Ed. Indepaz – Mandato Ciudadano por
la paz, junio de 2000
CRISIS, NARCOTRAFICO Y NEOLIBERALISMO EN
COLOMBIA
Aportes para la construcción de un modelo
alternativo al neoliberal
Martha Alicia Duque García
INTRODUCCIÓN
La sociedad colombiana atraviesa por la crisis
más profunda del último Siglo, en todos los
órdenes: económico, social, político, institucional
y cultural. El origen de la crisis radica,
fundamentalmente, en los problemas estructurales
existentes, agudizados con la inserción al
proceso de globalización mediante el modelo
neoliberal, con mayor concentración de la
riqueza y de los ingresos en pequeños segmentos
de la sociedad, con incremento de la desigualdad
para la mayoría de la población en Colombia,
como en los países del denominado “Tercer
Mundo” y, en menor proporción, en los países
hegemónicos. Los problemas estructurales,
agravados con al aplicación del modelo neoliberal,
hacen parte de las condiciones objetivas
para la violencia y la guerra que vive el
País.
La globalización es un fenómeno irrefutable,
como producto de la extraordinaria revolución
tecnológica, en especial en las áreas de
la informática, las comunicaciones y la biología
de la ingeniería genética. Esta revolución
ha impactado las esferas económica, social,
política, institucional y cultural. El reto
para la humanidad es revalorarla, para colocarla
al servicio del conjunto de la sociedad y
no de pequeñas franjas de población, tal
como ha sucedido con el modelo neoliberal
con el cual se ha instaurado una nueva era
del capitalismo con efectos devastadores
para la mayor parte de los Colombianos y
de los países pobres.
En otros términos, se trata de la construcción
de un nuevo modelo de sociedad para insertarse
en el marco de la globalización, sustituto
del modelo neoliberal. Analistas del proceso
de globalización y de la aplicación del neoliberalismo
en Colombia, como Luis Jorge Garay (Véase: Garay Luis Jorge, ¿Hacia un Nuevo
Modelo Económico?, Revista Semana, Santafé
de Bogotá, Dic. 19/99), llaman la atención sobre la agonía de este
modelo y sobre la necesidad de buscar otros
caminos para administrar la globalización
en el milenio que comienza. Es necesario
partir de los factores estructurales, internos, regionales e internacionales,
generadores de la crisis de la sociedad colombiana,
con miras a la búsqueda de un modelo alternativo,
en el contexto del proceso de paz.
HACIA LA BUSQUEDA DE UN MODELO ALTERATIVO,
PARA SUPERAR LA CRISIS ESTRUCTURAL Y EL IMPACTO
DEL NARCOTRÁFICO Y DEL NEOLIBERALISMO
En Colombia, más de la mitad de la población
es pobre (55%); en la zona rural esta situación
es alarmante, 80% de pobres en términos de
ingresos y 46% en condiciones de indigencia.
La tasa general de desempleo es del 20%,
cae verticalmente la demanda agregada, se
estrangula el mercado interno, por la baja
capacidad de compra, arrastrando a la población
al narcotráfico, a la delincuencia común
e indigencia como forma de vida, en medio
de la desintegración, la más escandalosa
corrupción de diversos estamentos del Estado
y de los partidos políticos y del saqueo
de las finanzas de públicas, acompañada de
impunidad. Un país, con estas características,
no es viable económica, política y socialmente,
ni en el marco de la globalización, ni para
las multinacionales y se coloca en el umbral de la desintegración social
y el caos como nación.
La expansión y generalización de la confrontación
armada, sin condiciones para la solución
del conflicto por esta vía, llevaría costos
incalculables de vidas y en la infraestructura
física y económica del país; por lo cual
se impone como necesidad emprender las transformaciones
profundas en todos los órdenes, para evitar
la disolución del Estado y el caos. Las transformaciones
profundas demandan la definición y construcción
de un proyecto nación, que modifique las
estructuras económicas, políticas, sociales,
culturales e institucionales del País y que,
contando con la experiencia de la Mesa de
Negociación del Caguán, se involucre y extienda
al conjunto de la sociedad civil desde lo
local y regional, donde además confluyan
los demás grupos guerrilleros. Si bien el
proyecto nación, debe contener las propuestas
de reformas y estrategias nacionales en el
marco de la globalización, también debe incorporar
las reformas y estrategias regionales, sobre la base del reconocimiento
de la heterogeneidad, donde se expresan los
problemas estructurales, la pobreza, el desempleo,
las relaciones sociales, la ingobernabilidad
e ilegitimidad de los entes subnacionales;
es allí desde las células básicas de la sociedad,
de abajo hacia arriba y viceversa, donde
se deben diseñar y ejecutar las alternativas
para la construcción del proyecto nación,
profundizando la descentralización y autonomía de los entes territoriales.
El proyecto nación tendrá fuerza y reconocimiento
nacional e internacional, si se construye
con el gobierno, los grupos guerrilleros,
y el conjunto de organizaciones representativas
de la sociedad: comunitarias, gremiales,
sindicales, políticas, eclesiásticas, entre
otras, con un papel protagónico de los sectores
pobres de la población y los trabajadores; es decir debe ser resultado
de un consenso nacional con solidez para
buscar la concertación y apoyo de los organismos
internacionales y los países.
El proyecto nación, debe tener como médula
el logro de la equidad, asociada con la redistribución
del ingreso, como compensación histórica
de parte de quienes se han beneficiado de
la descomunal concentración de la riqueza
y, además, como medio para potenciar el mercado,
el crecimiento económico y la modernización
productiva, en aras de la competitividad
en el mercado interno y mundial.
El proyecto nación debe tener, como objetivos
básicos, el crecimiento económico, la equidad,
la gobernabilidad y la sostenibilidad ambiental.
Sobre la equidad y el crecimiento económico
Duncan Green, trae reflexiones importantes:
La Cepal sostiene la necesidad de combinar
crecimiento con equidad. En este sentido
considera que el fomento de la equidad es
requisito previo al desarrollo sustentable,
yendo más allá de la mitigación de la pobreza,
con injerencia mayor del Estado como gestor
y en alianza con el sector privado (P. 236
y 237). En este marco programático, contempla
la necesidad de la redistribución de la riqueza,
de la reforma agraria y de aumento de las
tasas de impuesto sobre la renta (P. 238).
En el contexto de la igualdad, de la experiencia
histórica y de la reforma agraria en el sudeste
asiático, se señala que la reforma agraria
se constituye en uno de los motivos del desarrollo
de países en proceso de industrialización.
Antes de iniciarse la descentralización,
se amplió el programa de reforma agraria
(Corea, Taiwan), apoyado por los Estados
Unidos, para ponerle freno a la amenaza de
la sublevación comunista. En Asia la reforma
agraria, dio origen a la formación de pequeños
productores, que conformaron un mercado para
la fase de sustitución de importaciones (P.
226). Hoy Taiwan continua rechazando a Estados
Unidos por la privatización de empresas estatales,
y concertó la protección selectiva temporal
para industrias vitales. (P. 228).
El proyecto nación, debe convertirse en un
propósito de sociedad que se desea construir,
plasmado en un nuevo marco legal Constitucional.
Su ejecución debe tener temporalidad, que
puede ser de 10 años. Las estrategias y políticas
que se adopten en el corto plazo o etapa
de transición, deben estar orientadas hacia
el cumplimiento de los objetivos del proyecto
nación, dimensionando las metas físicas y los recursos
financieros.
La construcción y puesta en marcha del proyecto
nación para la reconstrucción económica,
social y política en los ámbitos local, regional
y nacional, tiene como un requisito básico
el cese al fuego, materializado en un acuerdo
entre el Estado y los grupos guerrilleros,
en el cual se establezcan claros compromisos
y reglas del juego, con mecanismos estrictos
de verificación y cumplimiento.
Marco de referencia contextual
- Dada la importancia del narcotráfico en la
estructura económica del País en el ámbito
rural y urbano, las alternativas de solución
a la problemática asociada con este pasan,
necesariamente, por resolver las fallas estructurales
históricas y las derivadas de la aplicación
de las políticas neoliberales. Por ende,
el proceso de sustitución de cultivos para
uso ilícito, no pueden tratarse en forma
aislada. Ello no obsta para que se emprendan
acciones en el corto plazo, pero enmarcadas
en el proyecto nación de largo plazo.
- El problema agrario recobra plena vigencia
dada la concentración improductiva de la
tierra, acentuada por el narcotráfico dentro
y fuera de la frontera agrícola, acompañada
de procesos violentos de desalojo y descomposición
campesina y de migraciones hacia las zonas
rurales de colonización, de explotación minera
y hacia los grandes centros urbanos. En estas
zonas rurales es donde se expresa con mayor
crudeza el conflicto armado, el narcotráfico
y la pobreza (Magdalena Medio, Piedemonte
y llanura Amazónica, Urabá, Suroccidente,
Cauca, Nariño y Putumayo), acompañados del
deterioro grave del patrimonio ambiental
y la biodiversidad. Recientemente, el narcotráfico
se ha expandido hacia zonas en crisis al
interior de la frontera agrícola.
- El País cuenta con una larga historia de
intentos de reforma y contrareforma agraria
que, como balance histórico, ha dado como
resultado unas políticas y programas de tierras
asociados al saneamiento de la propiedad
(titulación de baldíos y de resguardos indígenas
y extinción de dominio), con el 96.3% de
hectáreas, y unas acciones marginales de
reforma agraria, con el 3.7% de hectáreas,
con suelos de mala calidad.
- Las políticas tributarias y de renta presuntiva
con miras a un uso eficiente del suelo y
a crear un mercado de tierras, han fracasado
debido al poder político de los terratenientes
en el ámbito nacional y municipal, situación
agravada por la concentración y violencia
generadas por el narcotráfico con fines de
lavado de dólares y de explotación extensiva,
principalmente “praderización” ganadera
- La concentración improductiva de la tierra,
constituye una barrera para el desarrollo
económico y social en diversas regiones del
País. De igual modo, la redistribución de
la tierra al interior de la frontera agrícola,
se convierte en un elemento vital para una
política de reordenamiento territorial y
poblacional que, además, permita preservar
y desarrollar el patrimonio ambiental y la
biodiversidad, por fuera de la frontera agrícola.
- El carácter oligopólico de la industria en
Colombia dio lugar a los cuatro conglomerados
económicos y financieros, con baja capacidad
de generación de empleo; con un sector financiero
progresivamente desligado del aparato productivo
y dedicado a actividades especulativas. Históricamente
ha sido recurrente el tema del desempleo
urbano como problema nacional (principalmente
en las décadas del 60 y 70), agravado por
el sobrepoblamiento de los cuatro centros
urbanos e industriales receptores de las
crecientes migraciones rurales, como producto
de la violencia y la descomposición campesina.
En el centro de la discusión, se ha esgrimido
la reforma agraria como solución al desempleo.
Durante la década del 70 se optó como alternativa
masiva de generación de empleo mediante la
construcción de vivienda, proceso que se
agotó. La apertura económica afectó, adicionalmente,
a sectores industriales en proceso de estancamiento
y crisis. En las circunstancias actuales
revive el problema del desempleo y subempleo
estructural, con características dramáticas,
arrastrando a amplios sectores de la población
a la pauperización, indigencia y, lo más
grave, a la economía ilegal y criminal (narcotráfico
y diversas formas de delincuencia común).
Paradójicamente, la modernización de la industria
con miras a la competitividad en el marco
de la apertura económica, conlleva despidos
crecientes de trabajadores y agudiza el problema
del desempleo.
- En este contexto, se hace imperioso revalorar
lo rural como una estrategia fundamental
de desarrollo, que desestimule las migraciones hacia los grandes centros
urbanos y tienda a la búsqueda de un equilibrio
demográfico, que reduzca los elevados costos
de la infraestructura de servicios y el deterioro
ambiental. Revalorar lo rural, a partir de
las experiencias de encadenamientos productivos
en los cuales el sector agropecuario se liga
a otros sectores como comercialización de
productos e insumos, transporte, financiero,
agroindustrial e industrial, y tienden a
desaparecer los límites entre lo rural y
lo urbano, ha conducido a que se trascienda
a una nueva concepción de economía rural
ampliada que ha permitido desarrollar, de
manera incipiente, las cadenas productivas
ubicadas en espacios territoriales donde
se expresan las relaciones económicas, sociales,
políticas, culturales y con el medio ambiente,
configurando lo que actualmente se ha denominado
“sociedades rurales locales”. Este proceso
se ha caracterizado como “recomposición del
empleo rural”, en el cual el 45% de la población
rural se emplea en otros sectores, e implica
superar las visiones primarias, prediales
y sectoriales para la formulación de estrategias
de desarrollo. Se trataría entonces de apoyar
la dinamización de procesos integrales de
desarrollo de las sociedades rurales locales,
con un enfoque de economía rural ampliada,
proyectados regionalmente (provincias), que
constituyan un freno a la migración y una
especie de cierre virtual de los grandes
centros urbanos.
- La superación de la pobreza está asociada
al acceso y uso racional de los activos productivos
y de los servicios e infraestructura productiva,
física y social, así como también al ejercicio
pleno de los derechos económicos, políticos,
sociales y culturales. Asimismo, se requiere
un nuevo enfoque que parta del reconocimiento
efectivo de la heterogeneidad regional, por
tipos de actividad: productores con potencial
productivo; productores con potencial pero
con limitaciones de tierra; trabajadores
rurales e indígenas.
- La función del Estado debe ser proactiva
y crear las condiciones para que los pequeños
productores y trabajadores rurales obtengan
ingresos por sí mismos para la satisfacción
de sus necesidades y, así, potenciar sus
capacidades. El Estado, además, debe cumplir
un papel central como gestor y dinamizador
de la equidad y del desarrollo rural, en
alianza con el sector privado. El mercado no resuelve el problema de la pobreza, ni
de dotación de activos productivos, porque
en el mercado prima la búsqueda de la ganancia
máxima privada.
- Las políticas de ayuda o subsidios a los
pobres (tipo Red de Solidaridad), son de
corte asistencialista, inhiben el desarrollo
de las capacidades de los seres humanos,
crean una mentalidad de mendicidad, se prestan
para la corrupción y el clientelismo y, si
bien alivian o mitigan la pobreza, han demostrado
su fracaso en Colombia y en otros países,
porque no se remontan a las causas que originan
la pobreza (acceso a factores productivos
y empleo estable), contribuyendo a incrementar
el endeudamiento externo. El Programa contra
la pobreza, anunciado recientemente por el
gobierno, por cerca de $2 billones a financiar
con recursos del Banco Mundial, el BID, la
CAF y la AID, se inscribe básicamente en la óptica de
la mitigación de la pobreza y debe ser revisado
en el marco del proceso de paz.
- El "Plan Colombia", de los 1.574 millones de US$ de aporte
de EE.UU., de acuerdo con su estructura financiera,
fundamentalmente prevé destinar los recursos
para el fortalecimiento de la fuerza pública
y la lucha contra el narcotráfico y el resto
para el desarrollo alternativo -sustitución
de cultivos ilícitos- política de derechos
humanos, fortalecimiento de la justicia y
del sistema democrático, con apenas US$238
millones (15%) que no permite enfrentar en
forma adecuada e integral la crisis estructural
de la sociedad colombiana.
Estrategias en la perspectiva de un nuevo
modelo
A continuación se esbozan estrategias que
podrían configurar elementos que se consideran
claves para la discusión y análisis, en la
perspectiva de construir un proyecto nación
autónomo, que permita superar la crisis de
la sociedad Colombiana en el marco de la
globalización y del proceso de paz. En las
propuestas se hará énfasis en materia rural.
El nuevo enfoque de desarrollo rural para
generar empleos e ingresos y combatir la
pobreza, tiene como requisitos básicos la
focalización e incremento del gasto público
social, y la redistribución del ingreso acompañado
de la dotación de activos productivos, para
modernizar el sector rural y crear las condiciones
para la competitividad en el contexto de
la globalización.
Definir e impulsar como estrategia global,
programas de reconversión y/o reestructuración
productiva que contemplen, de acuerdo con
la heterogeneidad regional, acciones de reforma
agraria en zonas de concentración de la tierra
improductiva, y redefinir y ajustar los instrumentos
de política para acompañar tales procesos
de tal manera que se definan como políticas
de Estado, con temporalidad de 10 años. Estos
programas deben partir de una nueva visión
de desarrollo rural para enfrentar los problemas
estructurales, combinando diversas estrategias
de reactivación económica para los pequeños
productores o de reforma agraria, privilegiando
zonas de cultivos ilícitos y/o de economía
campesina en crisis, en aras de la seguridad
alimentaria, y promoviendo la integración
de cadenas productivas para crear las condiciones
de competitividad en el marco del mercado
interno y/o internacional. El contexto institucional
sería el de los acuerdos de competitividad,
en los cuales el Estado debería jugar un
papel crucial para que confluyan, coordinadamente,
los instrumentos de política, estímulos e
incentivos nacionales con los regionales
y locales. El Estado, además, debe estimular
la vinculación de los diferentes agentes
de las cadenas y las alianzas entre el sector
público y privado, convirtiéndose en garante
de los intereses de pequeños productores
y trabajadores. Estos programas deben contener
metas físicas y financieras concretas.
Reforma agraria, régimen de tierras y tributario
- Adelantar un plan de reforma agraria, que
permita incorporar las tierras de buena calidad
e improductivas a procesos de modernización
al interior de la frontera agrícola, en un
plazo de 5 años. Para tal fin, se demanda
la intervención directa del Estado en un
proceso de adquisición de tierras donde se
combinen la compra directa y la expropiación
por vía administrativa, desligándola de los
trámites engorrosos de calificación sobre
“adecuadamente explotados”, lo cual ha sido
uno de los principales obstáculos para adelantar
la reforma agraria, retomado en la Ley 160
de 1994; la adquisición en el mercado de
tierras deberá ser una opción marginal ya
que en el País no existe o es incipiente
el mercado de tierras, debido a los fenómenos
de concentración improductiva de la tierra
y a la violencia.
- Dimensionar las zonas de latifundio improductivo
y de riqueza de biodiversidad en proceso
de deterioro, discriminando regímenes de
protección ambiental y cultural (reservas
forestales, parques naturales, santuarios
de fauna y flora, resguardos indígenas),
como potenciales zonas de desarrollo sustentable.
Para tal efecto se dispone de material (mapas,
planos cartográficos, fotografía aérea y
satelital), que sirve a la caracterización
sobre calidad y uso actual y potencial del
suelo, material técnico que debe complementarse
regional y localmente.
- Para las zonas de colonización es de vital
importancia evaluar detenidamente, dada la
predominancia de suelos frágiles, la viabilidad
agroecológica, económica, técnica, social
y ambiental, en la perspectiva de incorporar
a los pequeños productores en procesos de
sustitución de cultivos ilícitos, así como
también valorar los costos de oportunidad
para el Estado, en infraestructura física,
productiva y de servicios, para incorporarlos
a procesos de modernización y competitividad.
En tal virtud, habría que contemplar alternativas
flexibles como la conformación de zonas de
reserva campesina, que se acompañen de procesos
de investigación y transferencia de tecnología
en la perspectiva de impulsar estrategias
de desarrollo sostenible y de relocalización
concertada de la población, hacia zonas al
interior de la frontera agrícola.
- Formular una política de ordenamiento territorial
y poblacional, articulada a la de reforma
agraria.
- Definir un porcentaje sobre el avalúo catastral
para efectos de fijar el precio de adquisición
de tierras por parte del Estado.
- Hacer efectivo el proceso de extinción de
dominio de propiedades provenientes del narcotráfico
y evaluar la viabilidad agroecológica, económica
y social para incorporarlas a programas de
reforma agraria o, en su defecto, ofrecerlas
en el mercado de tierras y con el producto
de las ventas, destinar los recursos a financiar
parcialmente costos de la reforma agraria.
La tierra debe adjudicarse sobre la base
de fallos definitivos que dejen en firme
la extinción de dominio.
- Garantizar el retorno de la población desplazada
para que recupere sus tierras.
- Proteger las propiedades que han sido objeto
de desalojo a causa de la violencia, mediante
una Ley que congele las transacciones de
venta y derechos de posesión en tales propiedades,
durante 5 años en zonas previamente definidas.
- Definir un régimen tributario para la propiedad
rural con criterio de equidad y de progresividad,
de tal manera que, el que tenga más tierra,
pague más por hectárea y globalmente, estableciendo
tarifas mínimas para los pequeños propietarios
campesinos. Establecer tarifas diferenciales
como estímulo para las propiedades que generen
empleo. Establecer un plazo perentorio (un
año), para los municipios que no han efectuado
la formación catastral y, sobre esta base,
el ajuste del sistema tributario.
Reactivación de la producción cafetera y sustitución de cultivos ilícitos
- Diseñar un plan de renovación y tecnificación del café que permita reintegrar
eficientemente a los productores campesinos
y reestructurar los créditos, que incluya
la evaluación de variedades actuales (Caturra) y otras potenciales; fortaleciendo
la investigación y transferencia de tecnología
con cargo a los recursos del Fondo Nacional
del Café, especificando las metas físicas
y financieras; para recuperar el empleo y
los ingresos y sustituir las tierras desplazadas
por los cultivos ilícitos. Establecer un
sistema de evaluación y seguimiento, con
indicadores de desempeño y eficiencia y amplia
participación y concertación con los pequeños
productores.
Crédito y capitalización.
- Adecuar las líneas de crédito, reinsertar
a los pequeños productores y vincular a los
beneficiarios de reforma agraria al sistema
financiero, sobre la base de programas de
reconversión o reestructuración productiva
rentables, que incluyan la reestructuración
de las obligaciones, suspensión de embargos
judiciales y procesos de remate de fincas,
demostrándose la crisis productiva y/o buena
fe, con el apoyo de las UMATA o quienes hagan
sus veces. La adecuación del crédito debe
contemplar las condiciones de oportunidad,
plazos ajustados a los ciclos productivos,
intereses y garantías personales para cultivos
transitorios, Fondo de Garantías y seguro
de cosechas.
- Adaptar los incentivos a las necesidades
de los productores campesinos y beneficiarios
de reforma agraria, en particular los ICR
(Incentivo a la Capitalización Rural) y el
CIF (certificados de Incentivo Forestal),
y dimensionar y asegurar el monto de recursos
necesarios para la asignación de crédito
y de incentivos.
Generación y transferencia de tecnología.
Fortalecer la investigación y transferencia
de tecnología, requisito esencial para subsistir
en un mundo globalizado y jalonado por una
gigantesca revolución tecnológica. Se deben
definir unos criterios fundamentales en el
área rural:
- Sustituir el modelo de revolución verde por
tecnologías limpias;
- Identificar productos estratégicos y competitivos
para el mercado interno y externo, privilegiando
la sustitución de cultivos de uso ilícito,
dentro y fuera de la frontera agrícola y
la seguridad alimentaria, asociados a sistemas
productivos de la economía campesina y seleccionados
en los programas regionales.
- Centralizar regionalmente y evaluar la aplicabilidad
de experiencias en biotecnología tropical
(por ejemplo, la agricultura de manto y sol), sistemas indígenas tradicionales de producción,
y otras nacionales e internacionales que
sean susceptibles de socialización.
- Valorar y desarrollar el conocimiento acumulado
por las comunidades locales e indígenas durante
años sobre la biodiversidad, precisar los
instrumento legales de protección de los
derechos intelectuales y colectivos de estas
comunidades, gestionar las patentes, buscar
el establecimiento de regalías en el marco
de la OMC y la definición de mecanismos de
regulación para evitar el saqueo los recursos
genéticos y en general de la biodiversidad,
garantizando su conservación y utilización
sostenible.
- Desarrollar la capacidad de evaluación de
la tecnología transgénica y demás formas de manipulación genética,
con miras a determinar su impacto (sobre
la salud humana y sobre el entorno natural),
promoviendo la conformación de entes en el
marco del grupo andino y de América Latina
que recojan además las experiencias internacionales
(Unión Europea). Definir metas físicas y
financieras en un horizonte de 10 años.
- Identificar alternativas a la fumigación
aérea de cultivos ilícitos, para ponerle
freno a la destrucción de la fauna y flora y a la biodiversidad en general.
- Diseñar e impulsar un plan masivo sostenible
de reconversión del capital humano y social
con un enfoque integral de economía rural
ampliada, partiendo de las necesidades identificadas
regionalmente.
Comercial
- Concertar un programa compensatorio con la
OMC, a 10 años, de desmonte a la protección
arancelaria en Europa, Estados Unidos y Canadá, para
productos agrícolas y agroindustriales y
protección para los productos asociados a
la seguridad alimentaria y a la sustitución
de cultivos para uso ilícito, identificados
en los programas de reconversión y/o reestructuración productiva,
como apoyo esencial de los países desarrollados,
a la solución de los problemas críticos,
para el logro de la paz y para viabilizar la inserción de Colombia
en el marco de la mundialización de la economía.
- Crear un fondo de capitalización con los
recursos provenientes de la protección arancelaria,
para apoyar las políticas de desarrollo rural
en el marco de los programas de reconversión y o reestruración productiva, con estímulos
e incentivos tales como el Incentivo a la
Capitalización Rural (ICR), Certificados
Incentivo Forestal (CIF), generación y transferencia
de tecnología, destinados para los pequeños
productores y beneficiarios de reforma agraria.
- Contribuir a modernizar los sistemas de comercialización,
apoyando la consolidación de pequeños y medianos
productores y su vinculación a cadenas de
distribución final o a cadenas productivas, para reducir costos
de intermediacion y responder a las necesidades
del mercado en términos de calidad, presentación
del producto y oportunidad. Diseñar un ICR
para apoyo a la inserción productiva en comercialización
y transformación.
Infraestructura física, social y productiva
- Fortalecer la infraestructura física productiva
de acuerdo con las necesidades identificadas
en los programas de reconversión y o reestructuración
productiva como proyectos de pequeña irrigación
con subsidio para los campesinos, vías, electrificación,
centros de acopio y de distribución mayorista,
concertando la inversión con el sector privado.
Ampliar la infraestructura en agua potable y saneamiento
básico en función de las necesidades básicas
insatisfechas (NBI). Fortalecer los programas
de autoconstrución de vivienda privilegiando los beneficiarios de reforma agraria y en saneamiento básico a la población pobre.
Generales
- Revisar la política de privatización de empresas,
e identificar las estratégicas para la economía,
dentro de las que aun quedan, en especial
las asociadas con los recursos naturales,
con potencial competitivo y rentabilidad,
con miras a la generación de ingresos, para
fortalecer los planes y programas de reestructuración y/o reconversión productiva,
para beneficio de los sectores pobres.
- Definir y concertar un plan de financiación,
para la reconstrucción económica y social,
como compensación histórica, atendiendo al
exorbitante proceso de acumulación de riqueza
e ingresos y de pauperización y desempleo
para gran parte de la población, que colocan
al país en condiciones de inviabilidad y
teniendo en cuenta que los representantes
de los conglomerados industriales y financieros
han manifestado, a través del Presidente
del Sindicato Antioqueño, su voluntad de
discutir cambios en el modelo económico y
políticas de redistribución de y ingresos. Para tal efecto, se establecería una contribución
para patrimonios superiores a $1000 millones,
durante 5 años, cuyos recursos se destinarían
a la conformación de un Fondo para la Paz,
definiendo rubros de Inversión y mecanismos
de control y vigilancia ciudadana para garantizar
su uso transparente.
- Realizar el ajuste institucional de las fuerzas
armadas, que conlleve su modernización, tecnificación,
depuración, desvinculación de los sectores ligados al
paramilitarismo y la apropiación de una visión
ética y del Derecho Internacional Humanitario.
Retomando a Alejandro Reyes se trataría además,
“Preparar, impulsar y concluir una paz negociada
entre el Estado y la guerrilla, en el cual
el primero recupere de manos de los paramilitares
el monopolio de la fuerza, reforme a fondo
las estructuras de mando y las estrategias
de seguridad de la fuerza pública y las estrategias
de seguridad de la fuerza pública y garantice
los derechos de la población y la vida de los desmovilizados en la negociación”.
- Concertar el proyecto nación en el ámbito
internacional, en tanto el país, en el marco
de la globalización, no cuenta con autonomía
para ejecutar un proyecto nación; por los
compromisos asumidos con los organismos multilaterales
internacionales, necesariamente requiere
abordar un proceso de negociación, especialmente
con el FMI, el Banco Mundial, la OMC, la
Unión Europea y países tales como Estados
Unidos y de Europa, en el cual deben intervenir, además del gobierno, representantes
del conjunto de actores participantes en
la construcción del proyecto nación. Además,
partiendo de la base que el gobierno no cuenta
con recursos para emprender las reformas
estructurales que se demandarían, a pesar de los esfuerzos internos,
que se podrían hacer en materia de distribución de ingresos, habría
que hacer una revisión del crédito externo
que incluya su reorientación.
- Retomar y ajustar las políticas de regulación
cambiaria y controlar el flujo de capitales
especulativos, como instrumentos indispensables
para mitigar el impacto negativo causado
por las fluctuaciones de capitales internacionales, para buscar que el ingreso de capitales se
oriente a la inversión productiva y establecer
controles básicos al lavado de dinero proveniente
del narcotráfico.
- Definir una estrategia de diversificación
productiva y geográfica de exportaciones
con productos estratégicos industriales y
agroindustriales, hacia Europa y Asia y reducir
la dependencia de Estados Unidos.
- Concertar una estrategia agresiva tendiente
a la conformación de un bloque Latinoamericano,
a parir de las experiencias del Grupo Andino,
y Mercosur, superando los regionalismos localistas,
con miras a elaborar una Agenda Común a presentar y negociar alternativas
de solución a los problemas estructurales,
de pauperización, desempleo y concentración
de la riqueza, ante los organismos multilaterales
internacionales. Simultáneamente, se debe
propender por la articulación y fortalecimiento
institucional de los países No Alineados,
a fin de ampliar la Agenda Común de los países
pobres; propuestas que tendrán una proyección
al mediano plazo.
- Promover la democratización de los organismos
multilaterales tales como el FMI y la OMC,
modificando el sistema de votación de voto
por dólar, para que los países pobres tengan
representatividad.
- Definir estrategias de democratización de
la información sobre Acuerdos y Pactos de
Colombia con los organismos multilaterales
internacionales y países, mediante la divulgación masiva a través de los medios
de comunicación.
- Definir y materializar como política de Estado
la construcción de una ética social y ciudadana,
que conduzca a la transformación de los individuos,
como seres inmersos en una sociedad, que
interioricen el sentido del deber, de la
solidaridad, de lo normativo (derechos fundamentales
y los consagrados en el Derecho Internacional
Humanitario), como bases del comportamiento
social y político y de supervivencia de la
sociedad. La construcción de esta ética es
requisito indispensable para superar la crisis
de Colombia y debe llevar a la movilización
del conjunto de la sociedad y plasmarse en
cambios en los estamentos públicos y privados
y del sistema educativo. La construcción
de una ética social debe acompañar la solución
de los problemas estructurales, de pauperización,
desempleo, e iniquidad social.
- Si bien, la pobreza y el desempleo constituyen
el drama para la mayoría de la población
mundial, la tragedia más profunda en el marco
de la globalización es la emergencia de la
economía criminal. Con la liberación de los
mercados de bienes, servicios y capitales,
se ha dado lugar a la conformación de multinacionales
en los más variados campos: tráfico de drogas,
armas, precursores químicos, de niños y jóvenes para la prostitución; piratería,
lavado de dinero y consolidación de “paraísos
fiscales”, producción parcial de mercancías
con destino al contrabando, operación de
siniestras organizaciones de corte sicarial,
privatizándose la seguridad, proceso acompañado
de la destrucción social y de los valores
éticos que se habían proclamado como aportes
de la modernidad; generándose la más gigantesca concentración de activos
e ingresos en el ámbito mundial, con ilegitimidad
y pérdida de la gobernabilidad, conduciendo
al caos y poniendo en cuestión la sostenibilidad
del capitalismo. Surge entonces como necesidad
imperativa la sustitución del modelo neoliberal
y una movilización que se traduzca en el
diseño de un plan mundial de combate contra
todas las formas de criminalidad.
- En este contexto mundial, es imposible que
un país en forma aislada como Colombia enfrente
la lucha contra la criminalidad y el narcotráfico,
cuando irónicamente en el contexto internacional
es apenas un pequeño eslabón en la cadena
del negocio, como lo señala Luis Jorge Garay.
- En el marco del diseño del plan mencionado
se debe abordar la discusión que han planteado
varios economistas, entre ellos Milton Friedman
y recientemente Robert Barro, quienes abogan
por la legalización de la droga, por considerar
que el mercado ligado a la ilegalidad encarece el producto, como sucedió
en Estados Unidos en otras épocas con los
licores y en años recientes con la Marihuana,
cuya producción y consumo se extendió a lo
largo del país, bajaron los precios y perdió
rentabilidad en el plano internacional. En
días pasados el profesor Barro, revivió la propuesta y sugirió que la mejor
ayuda, refiriéndose al Plan Colombia, es
legalizar la droga, basado en que, a pesar
de las victorias de Colombia con la destrucción
de los carteles de Medellín y Cali, la respuesta
fue la transferencia de las operaciones a otros
lugares; si se lograra otra victoria similar
las operaciones se transferirían a Ecuador
u otros países, pues se mantiene la demanda
y el crecimiento del consumo en Estados Unidos
y otros países. Igualmente sería fundamental,
desde el punto de vista de la Salud, evaluar
los efectos de la coca y de la heroína y,
en caso de ser similar a los del alcohol
y la marihuana, optar por su legalización
y emprender campañas similares a las del
cigarrillo y el alcohol. También se tiene
conocimiento del potencial de la coca y de
la Heroína para uso de la industria farmacéutica
y cosmética, que sería importante explorar.
Cultivos ilícitos, narcotráfico
y agenda de paz: retorno al índice
Investigadora, Economista
y Abogada.
Varios de estos aspectos fueron objeto de
discusión y análisis en la Misión Rural.
La revolución silenciosa y el auge de la
economía de mercado, Op. Cit.
Sobre estos temas, y de la revaloración
de lo rural, ver Gómez, Duque, 1998, y Echeverry
Perico Rafael, 1998, Op.Cit.
Ver: El Tiempo, Programa de subsidio a los
pobres, P.
1 y 3 A, Marzo 6, de 2000.
Ver estructura en : El Tiempo, "Clinton
le apuesta al Plan Colombia, P. 1 y 3 A.
Enero 12 de 2000.
Amplia información sobre este tema se encuentra
en IICA Roberto Forero.
Véase Revista "Abeja", No.2, Cali
abril - julio de 1999: "El caso más
denunciado de la ingeniería genética ha sido
el de la tecnología Terminator o Exterminador.
El 3 de marzo de 1998 la compañía Delta and
Pine Land Co. anunció la patente 5.723.765,
que protege la propiedad intelectual exportable
para impedir que los hijos de una semilla
nazcan. Por alguno de los mecanismos de transgénesis
horizontal el gene de la esterilidad podría
-no es ya ciencia ficción- propagarse por
la naturaleza, creando un peligro más en
contra de la continuidad de la vida".
Ver: El Espectador, el
Negocio de la Paz, Entrevista a Nicanor Restrepo
S.P. 4 A, Santafé de Bogotá, 20 de Febrero,
de 2000.
Reyes Posada Alejandro, La regionalización
de los
conflictos agrarios y la violencia
política en Colombia, P. 285, Municipios
y Regiones de Colombia, Op. Cit.
Estos temas son tratados más ampliamente
por: Moncayo J. Héctor León, Un posible Programa
alternativo de Internacionalización
y González, Jorge Ivan, Hacia una Economía
para la Paz, en La economía en la mesa de
negociación, Mandato ciudadano- Redepaz,
Santafé de Bogotá, 1999.
Robert J. Barro, profesor Universidad de
Harvard, L Mejor ayuda: Legalizar la droga;
en: El Tiempo, P. 4 A , Marzo 5 de 2000.
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